Rita Barberá

Rita irrita

Rita irrita

Raquel Agüeros (Ctxt)

- Que pase María Rita Barberá Noya- dijo la presidenta a las 9.35h.

Y se oyeron unos tacones cada vez más cercanos.

Para viajar de Valencia a Palma Rita Barberá es de las que pasan por La Coruña. Por su falta de concreción en las respuestas, su declaración como testigo se prolongó durante dos horas.

Vestía Rita de sanfermines pero al revés. Americana y falda por debajo de la rodilla, en rojo. Con blusa blanca de pico, por el que asomaba el nacimiento de su canalillo. Calzaba color coral, en ante, de tacones minúsculos. Y maquillada como si fuera a salir por la tele.

La ex todopoderosa alcaldesa de Valencia entró en la sala de vistas y saludó a todos. Educada. Seria. De los más de 150 testigos que han desfilado por Nóos, Rita fue la única que llegó hasta ese lugar en el que nadie quiere sentarse con su bolso negro, de ante y con remaches de cuero, del que colgaba un pañuelo de seda atado a las asas. Barberá completó el estilismo con sus perlas fetiche al cuello y en las orejas. Y con una carpeta verde aturquesada. Eso y la medalla de la virgen que sobresalía de las perlas le daban un toque glam.

- He tenido una buena relación hasta hace unos meses con Grau - respondió Rita de Valencia a Samantha Romero

- ¿La calificaría de enemistad?- ahondó la presidenta

- Espero que no- remató con sorna la ex alcaldesa

Con Rita renació Nóos. Volvieron los periodistas de Madrid, llegaron los de Valencia y los freelance, por fin, facturaron.

La del martes fue una declaración explicativa, plagada de aclaraciones del tipo: "La regata se realiza en mar abierto, siempre en mar abierto", "cada team...cada equipo" o "el turismo era una maría". Rita esclareció más cosas, pero costaba entender lo que decía. Su voz grave y la colocación de su lengua hicieron muy difícil saber lo que estaba diciendo, como cuando Mariano Ozores hablaba así adrede.

Luis Lobón, acusado valenciano, observaba de canto la pantalla que tenía más cerca, con los brazos cruzados y una sonrisa irónica.

"Me importa mucho decirlo y repetirlo que era una entidad sin-á-ni-mo-de-lu-cro, que no era para ganar dinero" justificó Rita sobre Nóos, a la que su ayuntamiento untó de pasta. Barberá confirmó una reunión en su despacho con Iñaki Urdangarin y Diego Torres.

El caso Nóos es un máster para todos: acusados, abogados, periodistas, personal de seguridad, policías. El preso Miquel Bonet, fijo en el juicio, está aprendiendo a marchas forzadas. Sabedor de la repercusión mediática que iban a tener las palabras de Rita Barberá quiso dejar su huella en la Historia de España.

Y se le ocurrió una idea brillante: colocar su cuaderno amarillo y su boli en una silla contigua a la suya, de manera que el cuaderno se coló en todos los planos de la declaración de la ex alcaldesa, excepto durante los primeros minutos de interrogatorio.

Barberá siguió poniendo contexto al asunto y se le secó la boca. El agente judicial le llevó un vaso de agua. De plástico. Rita tragó.

- Para mi...y me gustaría mucho que me creyeran...- contestó a la desesperada al fiscal

- Es difícil, señora Barberá- le cortó Horrach, con sincera sonrisa

- Mire, eso le corresponde decidirlo al tribunal- le grapó la boca la presidenta al fiscal

Hace tiempo que Horrach ha asumido con resignación y aparente naturalidad los sopapos que le arrea Samantha Romero. Otro más para la colección.

Rita habló más por las manos que por la boca. En uno de sus ademanes casi tira el segundo vaso de agua, ya a la mitad, que se bebió. El soniquete de las pulseras finas de oro que llevaba la ex alcaldesa en sus dos muñecas salpicó los 120 minutos vacíos de contenido.

Alfonso Grau acompañó a Barberá durante dos décadas. Fue su segundo de abordo. El que gestionaba los duros. El culpable de todas sus desgracias. Ahora él es acusado y ella testigo.

- Señor fiscal, señoría (a la presidenta)...13 años...han pasado 13 años- clamó Rita, con las manos en posición de rezar el jesusito de mi vida-. Yo jamás he dao ni una sola instrucción, ni una sola orden, ni una sola firma, nada.

Eso era cosa de Grau: "pregúntele a él"- contestó Barberá a la pregunta del abogado de la Comunidad Valenciana. Porque Rita todavía se siente poderosa: "yo soy, era...mejor dicho, la alcaldesa". Sigue viviendo de lo que una vez fue.

Si Julita decía restauranes, Rita dice generalidad. Se le olvidó, también, afirmarlo en plural. En Mallorca están hartos de que se refieran a la isla como Palma, la capital, y no como Mallorca. La senadora popular metió el dedo en la llaga: "Palma es una isla adorable", dijo, recordando a aquella miss que salió del apuro balbuceando que Rusia era un país con gente maravillosa.

La jueza Eleonora Moyá cada vez entra en trance con más frecuencia, como para recuperar la concentración. Cierra los ojos durante unos 20 o 30 segundos, en modo zen. Ella y la presidenta del tribunal comparten toses estos días.

Cuando terminó de declarar Rita quiso cerciorarse: "¿me puedo ir ya a Valencia?".

La senadora se levantó pero no se fue. Se acercó a la mesa de las juezas para saludarlas. Después al fiscal Horrach y así con casi todos. Tipo besamanos. Las caras de algunos eran del todo indescriptibles. No podían creer lo que estaban viendo. Rita Barberá se cree infanta o más.

CTXT esperaba en el rellano de la entrada a la sala cuando Rita salió hablando con el abogado de Alfonso Grau. Según avanzaban, el letrado le avisó de nuestra presencia, así que Rita se dio la vuelta y siguieron hablando. Muy bajito.

Cuando terminaron CTXT se acercó a la ex alcaldesa:

- Señora Barberá, Raquel Agüeros, de CTXT

- ¿De quéeee?- contestó Rita

- De CONTEXTO, una revista digital- Y Barberá torció el morrete

- Ya pensábamos que no iba a venir por aquí- insistió CTXT

- ¿Yo? Ahora mismo me voy a Madrid

Y Rita pasó de largo.

Por su camino se encontró con Luis Lobón y con Diego Torres entre otros. El ex socio de Urdangarin le recordó que en la primera reunión no estaba él, sino Juan Pablo Molinero.

"Ha pasado tanto tiempo desde entonces"- elevó la voz Rita para que le oyéramos-. "Es que yo todavía no entiendo nada"- remató.

Abajo, tras las vallas, los periodistas esperaban la salida de Rita.

Apretujados.

- Por favor- rogó una periodista- que alguien le pregunté si el pañuelo que lleva es de Hermés

- Pobre Hermés- le respondió otra

Y salió Rita, con su abrigo hasta los pies en tono beig-camel puesto como una capa. Con su caminar lento. Lentísimo. Como paseándose. Con la cabeza alta y la mirada al frente.

Viernes, 8 de abril de 2016 Fuga de talentos

- Según su código- preguntó el abogado de Urdangarin- ¿000009 es pago al contado?

- Sí- respondió el testigo Teodoro

No es que Nóos desvaríe, es que ha entrado en barrena. Una ya no sabe si está en una peli de James Bond o en una reunión del CNI presidida por Petit Nicolás. Cualquier cosa antes que un juicio.

Los acusados habían desgastado el nombre de Maite Zazo, una empleada de Nóos. Por eso su declaración, el jueves 7 de abril, se esperaba con curiosidad. Cuando la presidenta del tribunal anunció la comparecencia de la señora María Teresa Zazo el mundo se derrumbó. Nació en dictadura. Prohibido lo vasco.

Superado el susto, un nuevo mazazo amputó la esperanza de que iba a ser un día cachondo.

- Usted, ¿qué cualificación profesional tiene?- preguntó la fiscala Lamas

- Bueno... Tengo hasta el Bachilletaro- contestó, con pudor, la testigo

Sin embargo Maite Zazo había llegado a ser ayudante de consultoría e investigadora de mercados. Además, se encargaba de hacer los powerpoints y de identificar a los ponentes. Hasta que confesó: "También hice de secretaria". Tenía entre 8 y 10 personas a su cargo y cobraba alrededor de 2.000 limpios.

Desde finales de 2001 hasta el año 2006 la señora Zazo trabajó para Torres y Urdangarin. Pasó por Virtual, "Nóos Institut" y por la Fundación Deporte, Cultura e Integración social.

A pesar del baile de empresas, Zazo no cambiaba de despacho, ni de mesa, ni de ordenador, ni de sitio. "Era todo como seguido"- respondió a Ana Lamas. Cuando la fiscala apretó con las distintas empresas por las que había pasado Zazo, Diego Torres clavó la vista en la pantalla que proyectaba la imagen de la testigo, desde Gavà. Atento, rígido, estático.

Hacia mediados de 2007, lo más que precisó, la testigo dejó de ver a Iñaki Urdangarin. "Cada vez iba viniendo menos"- recordó- "y en un momento dado dejó de venir". Para entonces la Casa Real ya le había advertido al marido de la infanta de que así no. Es la versión oficial.

En noviembre de 2005 se celebró uno de los dos Illes Baleares Fórum que organizaron Urdangarin y su socio y por los que el Govern presidido por Matas se quedó con 2,5 millones de euros menos. Había que preparar el evento a la perfección. Por eso, entre el 1 y el 29 de julio consta una factura de 3 folios de Viajes Vincit.

8.300 euros en vuelos. La maquinaria Nóos se había engrasado para organizar como dios manda el tema. A pesar del sofoco húmedo estival. De ahí que viajaran en bisnes.

Ningún detalle quedó al azar. Contrataron un piano de cola con un pianista. Y a una cantante.

Llevaba Zazo dos horas declarando cuando uno de los dos policías nacionales que custodian, desde dentro, la sala de vistas, se quedó frito en la silla. Roque del todo. Si alguien tiene la ocurrencia de asistir al juicio que lo haga con el estómago vacío. Con un café con leche como mucho. Si no correrá el riesgo de sobarse durante la digestión.

Luis Lobón, acusado, del clan de los valencianos, pillaba apuntes a discreción. Ha vuelto para ver declarar a Gerardo Camps, ex conseller de Economía de la Generalitat Valenciana, al que apuntó directamente en su declaración. Hoy viernes don Gerardo Camps abrirá la ronda de valencianos ex top que viajarán a Mallorca para ser interrogados ante un tribunal que ya ha asumido las riendas de esta pesadilla llamada Caso Nóos.

El volumen de los suspiros de Zazo crecía conforme pasaban los minutos.

En el receso, café en mano, Diego Torres aprovechó que dos periodistas estaban a tiro para explicarles bien lo del saxofonista. Resulta que, aparte de la cantante y del pianista que tocaba el piano de cola, cuando se celebraron los foros también había un señor rubio que tocaba el saxofón. Hete aquí que no era para ambientar las veladas, sino para avisar a los conferenciantes de que tenían que terminar de dar sus chapas.

Al toque leve de dos notas, los ponentes se daban por enterados de que les quedaba un minuto de palique. Qué sutileza. Una idea tan brillante que hasta la copiaron en otros foros. Internacionales, siempre. Exportando talento.

"El problema es que ha pasado tanto tiempo..."- se lamentó Torres, apurando el último sorbo de café.

El resto de testigos fue pasando por el trago de responder en un juicio, alternando videoconferencias con declaraciones presenciales.

El toque de gracia lo puso Ana Encabo Balbín, que había sido la Responsable de Empleo de la Conselleria de Hacienda de la Generalitat valenciana. Con voz nerviosa, Encabo utilizó varias veces la expresión "de forma sucinta". Ana Encabo es una señora resalada que habla como una madre respondería a una encuesta en la calle: "Ayyyyy, es que eso...no lo séeee...". Y arrancó la risa de toda la sala.

La variedad de actividades en las empresas que trabajaron para Nóos es tan variada como las nacionalidades de los trabajadores que alguna vez fueron contratados por Duque y su socio.

María Ángeles Gasset relató los servicios que ofrecía su empresa: "Servicios de familia, prestaciones al hogar, paseo de perros...". Guau.

- Gracias- concluyó la presidenta del tribunal-. Su declaración ha terminado

- No se preocupe, ¡a servir!- zanjó don Teodoro.

“Hay que acabar con el euro”

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Continúa en Obras son amores

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