La asociación
Europa Nostra, que agrupa a más de 250 asociaciones, fundaciones y movimientos ciudadanos en defensa del patrimonio cultural europeo (a las que se suman como colaboradoras otras 150, entre las que se encuentran ayuntamientos y otros Gobiernos, como la propia UE) ha concedido uno de sus
premios al Proyecto Cabanyal Archivo Vivo, en defensa del histórico barrio valenciano, amenazado por los planes urbanísticos que la alcaldesa
Rita Barberá le tiene reservado desde hace años, y que contemplan su destrucción para que la ciudad gane un nuevo paseo hacia el mar. En concreto, su galardón corresponde a la
categoría de Educación, Formación y Sensibilización.
El lema de la asociación que concede el premio (
“Somos la voz de la herencia cultural de Europa”) define un objetivo que para los creadores del proyecto premiado, liderado por
Emilio Martínez y Bía Santos, encaja a la perfección con la reivindicación que, desde 2011 con Cabanyal Archivo Vivo pero desde mucho antes con otras asociaciones de la sociedad civil en del histórico barrio valenciano, llevan adelante.
“El proyecto
Cabanyal Archivo Vivo nace en 2011, aunque el trabajo lo llevamos realizando desde hace muchos años”, cuenta en conversación telefónica Bía Santos. “Cuando diseñamos el proyecto quisimos que se alargara en el tiempo, tanto como durara este estado en que el se encuentra el Cabanyal”.
Las ideas premiadas por Europa Nostra (que entrega este premio en asociación con la Unión Europea) se han resumido en los
cinco puntos de actuación de Cabanyal Archivo Vivo, que consistieron en crear una plataforma
online de encuentro de ciudadanos; una campaña de concienciación con vecinos y turistas llamada “Hablemos sobre el Cabanyal”; un proyecto pedagógico que llevó la historia del barrio, mediante juegos y charlas, a
más de 100 colegios; visitas a una Valencia virtual creada por informáticos de la asociación sobre cómo habría quedado el barrio si no hubieran demolido algunos edificios históricos; y una yincana que se utilizaba para dar a conocer el barrio y sus particulares “tesoros”.
El premio, que
se entregará en Atenas el 16 de junio, no tiene una dotación económica asegurada, pues será en la propia ceremonia donde se elegirá entre los premiados quién ha de recibirla. “No es nuestro objetivo ganar ese dinero, pero nunca viene mal para continuar con las actividades?”, dice Bía Santos.
Lo que parece claro es que el premio, aunque suponga un
espaldarazo moral (y quizá económico), no supondrá un cambio en el
impasse que sufre el barrio valenciano. “Ha habido tantas personalidades, tantas instituciones y tantos organismos que le han dicho a la alcaldesa [Rita] Barberá que está equivocada, que no creo que le importe una más”, dice
escéptico Emilio Martínez.
El Cabanyal vive una
situación paradójica, como explica el mismo Martínez. “
El Tribunal Supremo paralizó el proyecto de Barberá, amparándose en unos informes del Ministerio de Cultura que afirmaban que, efectivamente, allí existía patrimonio histórico protegido”. ¿No era lo que buscaban desde Cabanyal Proyecto Vivo y otras asociaciones civiles? “Sin embargo, la alcaldesa se ha agarrado a esa sentencia para no hacer
ningún tipo de mejora en el barrio y dejarlo morir con la clara intención de que luego se acepte su proyecto”.
Para evitar esta estrategia subterránea que denuncia Martínez,
se han unido distintas asociaciones de la sociedad civil, desde Unidos por el Cabanyal hasta la Asociación de Comerciantes o la Plataforma Sí Volem,
algunas cercanas al PP, partido de la alcaldesa Barberá. Todos piden inversiones en el barrio, amparados en
informes de la abogacía del Estado que afirman que la paralización del macroproyecto original de Barberá para el Cabanyal (que Martínez califica de expolio), no impide reformas que no supongan daño al patrimonio histórico, porque lo permite el Plan Urbanístico de 1988, vigente en la ciudad. Parece lógico que se pueda reformar una acera o mejorar el alumbrado sin dañar un palacete. De momento, otra asociación más y otro premio, les da la razón a los defensores del histórico barrio valenciano frente al Ayuntamiento, cuyos proyectos de reforma municipal Martínez califica de "expolio".
Enhorabuena a la Plataforma del Cabanyal, aunque seguramente el acoso municipal continúe. Desde hace veinte años, el Ayuntamiento de Valencia, con Rita Barberá al frente, aplican en el barrio del Cabanyal la "sutil" táctica del bulldozer, es decir: descuidan los servicios de todo un barrio, deniegan licencias de reformas en las viviendas, deniegan licencias de apertura de negocios,etc... para que la población original se vaya y así poder echar más facilmente a la población empobrecida del barrio. Veinte años de trileros municipales acosando a un barrio, rateándoles servicios y denegando licencias que dinamizarían la vida del barrio. Por cierto, es una táctica que parece tener bastante predicamento entre las filas del PP, y si no, miren cómo se están cargando la sanidad o la educación pública: tras ahogarlas económicamente y dejarlas que se caigan a pedazos, nos venden su modelo privatizador como la única solución.
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