Arte

El Rijksmuseum luce su nuevo rostro, diseñado por Cruz y Ortiz

El Rijksmuseum luce su nuevo rostro, diseñado por los sevillanos Cruz y Ortiz

Francisco Chacón

El Rijksmuseum de Ámsterdam luce de nuevo en todo su esplendor después de una década de rehabilitación siguiendo las pautas de los arquitectos sevillanos Cruz y Ortiz. Cerca de 400 millones de euros para poner en pie una remodelación espectacular que subraya los pasajes diáfanos, antes solapados por las galerías oscuras.

Los Antonios, como se conoce a los dos profesionales españoles que ganaron el concurso internacional convocado por el Gobierno holandés, se erigen en anfitriones de la magnánima obra este miércoles, aunque será el próximo día 13 cuando el museo reabra sus puertas al público.

Los más de dos millones de visitantes anuales que se esperan podrán contemplar en las mejores condiciones posibles las impresionantes piezas maestras que atesora esta bicentenaria institución artística: Rembrandt (especialmente 'La ronda de noche', por supuesto), Vermeer, Rubens, Fra Angelico, Frans Hals y un largo etcétera.

La joya arquitectónica de la intervención es, sin duda, el atrio central, de 2.250 metros cuadrados, flanqueado por dos patios y hasta 80 salas de exposiciones. El café, el restaurante, la tienda y el auditorio completan el edificio de Pierre Cuypers (1885), ahora preparado para cubrir las necesidades de los amantes del arte en el siglo XXI.

“La dirección no quería un museo mayor, sino un museo mejor”, declaran Cruz y Ortiz. Y añaden: “Va a tener menos espacio expositivo que antes, pero recupera su carácter y esa luminosidad que se había perdido”.

Atrás queda la dura batalla que han tenido que solventar Cruz y Ortiz, autores de la Estación de Santa Justa (Sevilla), el Estadio de la Cartuja (también en su ciudad natal) o el madrileño Estadio de la Peineta, emblema de la candidatura olímpica para 2020.

Cuando se dio a conocer su proyecto, los ciclistas de la capital holandesa (un auténtico lobby popular pues tienen incluso más derechos garantizados que los peatones) pusieron el grito en el cielo al comprobar que se iba a suprimir el carril central para estos vehículos. Arrancaron ahí las sucesivas demandas judiciales y el Rijksmuseum se vio obligado a pedir nada menos que 80 nuevos permisos de obra.

Al final, los ciclistas se salieron con la suya y los trabajos se pospusieron cuatro años más para dar cabida a sus reivindicaciones. Así es Ámsterdam, una ciudad que recupera también en breve el Stedelijk Museum tras otro laborioso proceso arquitectónico.

Como una suerte de diario en imágenes del 'nuevo' Rijksmuseum, el fotógrafo José Manuel Ballester ha documentado la transformación, como podrá apreciarse en una próxima muestra.

El éxito de Cruz y Ortiz en los Países Bajos a raíz de este proyecto les ha llevado a concebir igualmente la nueva Facultad de Humanidades de Ámsterdam o las Torres Wilhelminapier en Rótterdam. Tanto es así que, además de su oficina en Sevilla, tuvieron que abrir otra justo enfrente del Rijksmuseum.

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