“Caballero Bonald es indesmayable en su indignación”

Es José Manuel Caballero Bonald un poeta y novelista de connotaciones infinitas. Entre el compromiso y el barroquismo, con la coherencia siempre por montera. Voz viva (como también Francisco Brines) de una grandiosa generación poética, la de los 50, junto a los fallecidos Jaime Gil de Biedma, Claudio Rodríguez o Ángel González.

El Premio Cervantes le llega a sus 86 años, pero él mantiene la misma lucidez que presidió su militancia antifranquista y su azote del Gobierno de Aznar. Así lo reconocen algunos de los escritores que más le admiran. También los creadores de otros ámbitos que se sienten influidos por su estética y su ética:

Francisco Brines: “La suya es una obra muy completa, entre la novela y la poesía. Hay quien dice que el galardón es un poco tardío, pero el jurado es la voz de los lectores y se le da porque es conocido y valorado por la gente. También se dice que es muy barroco, pero creo que él ha dado un giro hacia la transparencia, ésa ha sido su evolución lineal. En cuanto a su compromiso, ha sido desde una doble posición: con la sociedad y con la literatura”.

Felipe Benítez Reyes: “Es un autor radical, exigente consigo mismo, con sus métodos estilísticos. Su compromiso ha estado siempre muy marcado, tanto en los tiempos difíciles de ayer como en los de hoy. La edad suele atemperar a la persona, pero él es indesmayable en su indignación. Yo suelo tener con él una complicidad ideológica. Bueno, ya sabíamos que nos esperaba algo malo [con el Gobierno del PP], pero nos hemos encontrado con algo mucho peor, obsceno”.

Luis Antonio de Villena: “Conocí a Caballero Bonald en el año 74, cuando tenía mucho más éxito como prosista que como poeta. Recuerdo que él detestaba a Celaya o Ángel González, y decía que Gil de Biedma no era un buen poeta. Ahora es el prototipo de aquella generación de los 50, entre otras cosas porque los demás están muertos. Siempre fue un escritor de izquierdas, aunque su literatura es más estética y neobarroca. Nunca olvidaré algunas frases que decía, como 'Todo lo que no es barroco es periodismo', por ejemplo”.

Antonio Colinas: “Estamos ante un escritor que continúa y renueva la fértil tradición barroca andaluza. Su legado muestra un indudable compromiso, pero no al uso ni de una manera testimonial. Su lenguaje es muy especial, como también le ocurría a José Hierro”.

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Luis Eduardo Aute: “Su obra es inmensa, imprescindible para entender la última historia de este país. A él le debo seguir grabando discos porque, en 1968, me retiré durante cinco años... hasta que le conocí. Escuché las canciones que estaba componiendo y me convenció de que tenía que grabarlas. Me produjo cuatro o cinco discos. Caballero Bonald siempre fue un desobediente, y así continúa. Y, como buen andaluz, lleva el barroco en los genes”.

Cristino de Vera: “Tiene un sentido muy profundo de la realidad. Su búsqueda de la belleza y de la verdad es realmente infatigable”.

Raúl Rivero: “Fue un hombre muy importante en Cuba gracias a su poesía tan poderosa y a que tiene un gran rango de comunicación, además deuna música muy especial. Es conocido, respetado y querido en Latinoamérica. Su compromiso resulta esencial”.