Arte

¿De qué hablamos cuando hablamos de Europa?

Monedas de Euro pulidas para borrar su identidad, obra de Marco Godoy.

La realidad ha adquirido últimamente un aura tan apabullante que incluso el arte, derroche de imaginación en su mismo ser, escapa cade vez más difícilmente de su influjo. Pensar y redefinir el statu quo se ha convertido en casi una obsesión que inunda la televisión, los periódicos o las charlas entre amigos, pero también las salas de teatro o las de exposiciones. La Nave 16 del Matadero de Madrid acoge la más reciente propuesta al respecto, una muestra dedicada a la reflexión sobre un tema que, de darse por sentado, ha pasado a ser objeto de encendidas polémicas: la identidad europea.

Con el título de Quién hace Europa, 19 jóvenes artistas de 9 países del continente han elaborado, con la ayuda de la comisaria alemana Susanne Hinrichs, un discurso visual “crítico” en el que, no obstante, también se deja un espacio para la “positividad”. “No queríamos una exposición al uso ni comercial”, explicó Carlota Álvarez Basso, la directora de Matadero, en la presentación de la muestra, que se mantendrá, simbólicamente, hasta el 14 de julio. “Lo que queríamos es una reflexión: un cuestionamiento”. A través de dicotomías como la unión frente a la desunión o la identidad opuesta al desarraigo, los jóvenes artistas –exponentes de la “generación perdida”, aniquilada por la crisis- han plasmado sus ideas sobre lo que significa ser ciudadano de un país y, a la vez, ciudadano europeo.

El proyecto, con piezas de diferentes técnicas y materiales, se ha levantado a partir de siete residencias. Durante dos semanas, los creadores han trabajado junto con la comisaria para dar lugar a varias obras nuevas, que se combinan con otras ya producidas por el resto de los artistas participantes. Una pista de minigolf con unos bonitos globos decorativos, por ejemplo, recorre el diáfano espacio de la nave en diferentes tramos. Se trata una pieza creada específicamente para la exposición por Pablo Serret de Ena, según él mismo explicó, una puesta en escena de la idea de destino vacacional que los europeos tienen de España. “Nosotros estamos creando una ficción cercana a un parque temático”, apuntó. “Y los europeos son capaces de cambiar su comportamiento y hacer cosas aquí que no harían en su país”.

Una instalación del holandés Lukas Hofer, una construcción con sus andamios y sus edificaciones torcidas, remite al mismo tiempo a la idea de Torre de Babel y de terrenos movedizos. “Los elementos, que se relacionan ente ellos en tensión, parecen estar a punto de caer. Es la idea de que Europa es algo que se construye, literalmente, y no sabes cómo va a acabar”. Y una televisión sobre un mueble repleto de jarras vacías, obra del rumano Adi Matel, muestra a diferentes personas gritando y desahogando sus frustraciones en esos botes. En su país, aclaró el artista, es típico que las madres manden a sus hijos comida conservada en esos frascos. Al llenarlos con todo el odio y la rabia contenidos, quiere referir al nuevo estado de libertad que se vive en Rumanía.

Impulsada por Matadero y el Ayuntamiento de Madrid en colaboración con nueve organismos europeos, Quién hace Europa, señaló Álvarez Basso, es “un experimento de movilidad y conectividad” a todos los niveles, tanto el creativo con el organizacional. Por eso, esperan que la muestra -que se acompaña de un libro con el que "el público podrá cuestionar la crisis económica y de valores en Europa” y unos talleres para niños- pueda pasar por otros centros nacionales e internacionales. “La identidad europea está fundamentalmente basada en valores culturales simbólicos e intangibles, como la dignidad humana, la libertad, la igualdad o la solidaridad”, remató la directora. “Y el futuro de Europa pasa por establecer estas alianzas estratégicas”.

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