Festivales

Viaje al alma de la música

La cantante Irma Thomas.

FRANCISCO CHACÓN

El soul de altos quilates invade Madrid el fin de semana del sábado 15 y domingo 16 de junio. El festival Black is Back alcanza su segunda edición en la nave 16 del Matadero con un cartel en el que destacan tres grandes estrellas: las estadounidenses Irma Thomas (conocida como la reina de Nueva Orleans) y Nicole Willis (residente en Helsinki y que llegará acompañada por The Soul Investigators, después de haber colaborado con Leftfield o Jimi Tenor), más el regreso de una auténtica leyenda del género en Reino Unido, Ann Sexton y sus Northern Soul Kings.

Es, por tanto, una cita de lujo que se completa con los emergentes australianos Saskwatch (fans acérrimos de Paul Weller en su etapa al frente de Style Council) y bandas españolas que beben de estas raíces y las fusionan con el rock, como Tokyo Sex Destruction, Pyramid Blue, The Excitements, Guadalupe Plata o The Sweet Vandals.

Música domesticada para las calles de Madrid

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Black is Back responde a la implicación de la productora Heart of Gold, que apuesta por unos precios populares y segmentados por edades: abonos de dos días a 35 euros, mayores de 18 a 25 euros el sábado y a 20 el domingo, menores de 18 a 10 euros y menores de 12 entrada gratuita. Son las tarifas acordadas tras comprobar que el año pasado abundaban los padres veteranos ansiosos de reverdecer laureles y de conducir a sus hijos por los caminos de la música negra.

Y todo a pesar de que “el IVA al 21% es una guillotina sobre la cabeza de los promotores, de los grupos, etcétera”, según declara David Jiménez, director del festival, a InfoLibre. “Se venden menos entradas para conciertos porque la capacidad de consumo se ha reducido. Hay que tener en cuenta que el IVA de espectáculos en España casi cuadruplica al de otros países europeos. Por ejemplo, en Francia es del 5,5%. Eso nos quita competitividad a la hora de traer giras”, prosigue. De hecho, el plan de actuaciones en España de los californianos Red Kross ha tenido que suspenderse porque “no cuadran las cuentas”.

Se queja David Jiménez de que “Madrid es una ciudad especialmente inhóspita para este tipo de festivales”. Y concluye: “Bilbao, Zaragoza, Valladolid, Santiago de Compostela o Santander ceden locales municipales de forma gratuita para celebrar estos conciertos. El Matadero, pagado con los impuestos de todos, nos cuesta el dinero del alquiler”.

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