El mundo es un gran escenario (del crimen)

Toda una vida dedicada a los medios puede convertirse en una obsesión. Bien canalizada, esa obsesión puede dar lugar a un libro. A un libro sobre esa obsesión, el periodismo. Y de ahí, saltar a la obsesión inherente (que no por ello siempre realizada) a la profesión: desvelar las falsedades de una sociedad en crisis, salpicada hasta el empape por los escándalos de corrupción. Con esos empeños se ha urdido No es lo que parece (Roca), la segunda aportación a la novela negra de José Sanclemente, socio fundador de eldiario.es, la revista Alternativas económicas y fundador del desaparecido diario ADN, entre otras cuantas aventuras mediáticas. 

La intrépida reportera radiofónica Leire Castelló y el tenaz inspector Julián Ortega, los mismos protagonistas de su primera novela, Tienes que contarlo, se ven envueltos en esta ocasión en una trama donde, como bien señala el título, la realidad no se corresponde con lo que se podría entender de las apariencias. “Las escenas de los crímenes siempre se alteran: o por el asesino, o por la gente que pasa por ahí…”, explica el autor. “Y yo me pregunté: ¿Es eso trasladable a la sociedad? ¿Es todo un gran escenario del crimen donde nada es lo que parece? ¿Quiénes son esas sombras que alteran lo que está pasando?”.

A partir de la historia de un banquero corrupto que acude a la consulta de un psiquiatra para intentar exorcizar sus demonios, el thriller, enmarcado en la España de los recortes en sanidad y educación, de las mareas humanas y el desencanto crispado, construye un rompecabezas de intrigas, mentiras -y sí- también algunas pasiones, que irán entrelazando crímenes inesperados y sorprendentes revelaciones. “Toda la novela busca puntos de conexión entre el policía y la periodista”, relata Sanclemente, “y la periodista en realidad es una excusa para hablar del periodismo de investigación, que no se está practicando”.

No todo, sin embargo, es desencanto en cuanto a la profesión a la que ha dedicado buena parte de sus esfuerzos vitales. "Los periodistas han vivido de espaldas al ciudadano y de cara al poder, pero el periodismo es tan necesario para el ciudadano como lo son los jueces", apunta el escritor, que resume el meollo de lo que debería significar erigirse en un buen profesional de los medios: "No se trata de ser héroes, pero sí de contar la verdad". Y ese objetivo, afirma con esperanza, es posible de alcanzar. "En ambas novelas dejo espacio para el optimismo: la verdad siempre sale a flote". 

El mayor reto para desarrollar una trama compleja, finamente hilada, ha sido el hacer comprensible uno de los conceptos más oscuros de la narración: el de las sombras que, más allá de la metáfora, son verdaderamente físicas y tangibles. “Son personas que en un momento fueron una cosa y que ahora son otra”, explica, “y que permanecen para que el sistema se perpetúe”. Autodefinido como "poco lector" de novela negra, el autor, que tomó unos cursos de escritura en el Ateneo de Madrid, llegó al género casi por necesidad. “Con el thriller te distancias, eres un narrador cámara: si tienes que hacer algo más intimista es más complicado”.

Su incursión en terrenos más alejados de su experiencia personal y profesional que los de su primer libro, enteramente volcado en el mundo del periodismo, le ha complicado a Sanclemente la existencia de escritor, ya que ha tenido que documentarse con bastante más afán sobre cuestiones como el método de la policía científica o el trabajo de la psiquiatría. "Pero también ha resultado divertido asesorarme sobre esos temas", dice el escritor, que señala que, aunque los personajes y los relatos recogidos en el libro son puramente ficcionales, "me temo que algo de verdad hay". 

Construida con un lenguaje cinematográfico, No es lo que parece, asegura Sanclemente, no fue concebida para trasladarla a la pantalla, una idea que ya le plantearon dos productores para la primera novela: "Pero de momento, nada". La posibilidad para la que sí que ve más futuro es la de que el libro, que es en cierta medida "secuela" del primero, "pudiera ser el orgen de una saga" protagonizada por Castelló y Ortega. "Para mí escribir nace de una necesidad", remata, "pero no me interesa si no sirve para reflexionar o criticar".