DOCUMENTALES

Emiliano Altuna: “Queríamos contar la situación salvajemente violenta en México”

Mauricio Fernández Garza, 'El alcalde'

Mauricio Fernández Garza no es un alcalde normal. Así, con esas mismas palabras, titulaba su brillante perfil del político mexicano el periodista Diego Enrique Osorno, que firmó aquella pieza a finales de 2009 para la revista El Gatopardo.

En ella, reproducía conversaciones mantenidas con el regidor como esta:

“—El anuncio de la muerte de Héctor El Negro Saldaña fue algo muy fuerte —le dije mientras se subía a su camioneta, que iba escoltada por otras cuatro llenas de hombres armados.

—Pues sí, porque nadie sabía.

— ¿Es un mensaje para los otros criminales?

—Sí, cómo no, sin duda, porque si partes de la base de que era bastante obvio que él me quería matar, y bueno, pues resultó muerto el día en que yo me siento en la alcaldía. Es un buen mensaje”.

Con métodos cuando menos dudosos –“Yo simplemente les anuncio que me voy a tomar atribuciones que no tengo y que vamos a agarrar el toro por los cuernos”, proclamaba en su discurso de investidura, el 31 de octubre de 2009, el mismo día en el que el periodista Osorno le inquiría por su flemático anuncio de la muerte de El Negro, testaferro del crimen organizado su región- este político antisistema se ha granjeado las simpatías de muchos de los habitantes de San Pedro Garza García, la ciudad más rica no de México, sino de toda América Latina.

También, qué duda cabe, incontables enemigos.

Inspirado en aquella crónica, motivado por una insostenible situación de violencia, surgió El alcalde, un documental realizado por Emiliano Altuna, Carlos Rossini y el propio periodista Diego Enrique Osorno, que el museo Reina Sofía de Madrid proyectará el 24 de julio y el 1 de agosto. 

El contexto es el festival México inminente, que arranca este miércoles 17 con intención de lanzar una mirada al país latinoamericano a través de la pantalla por medio de propuestas a caballo entre la plasmación de la personal percepción del zeitgeist y la idea de insurgencia política. zeitgeist

Carlos Reygadas y su Post tenebras lux, Juan Carlos Rulfo y Carlos Hagerman con Los que se quedan o Kyzza Terrazas con El lenguaje de los machetes se unen en el cartel de la convocatoria, que presenta algunos estrenos absolutos en España, como Matar extraños, el último trabajo de Nicolás Pereda y Jacob Secher Schulsinger. Matar extraños

Dentro de esas fronteras temáticas y conceptuales, a través de El alcalde sus realizadores quieren pintar, según explica Altuna, un paisaje de “impunidad, falta de justicia, falta de oportunidades y de educación para jóvenes”. Parece que nos suena.

Nos suena, y mucho. Solo que sin el trasfondo rojo sangre. “La guerra del presidente Calderón contra el narcotráfico provocó una de las mayores tragedias que vive hoy Latinoamérica”, dice el director a través de email. “Cerca de 90.000 muertos, 250.000 según Mauricio Fernández, miles de desaparecidos, desplazamientos forzados de familias, estados enteros controlados por el crimen organizado”.

Por todo eso, Fernández Garza decidió tomarse la justicia por su mano. Y por eso, y porque “habla sin tapujos, sin freno, de cualquier tema que se le plantee”, porque “queríamos contar esta historia desde el poder”, y porque el alcalde “pertenece al grupo de familias más poderosas de México”, los cineastas se decidieron a dar forma a este documental, que en México ha sido visto por 150.000 espectadores.

La parte fundamental, el testimonio de Fernández Garza, llegó casi solo. “Después de leer esa crónica (la de Osorno para El Gatopardo) supimos inmediatamente que Mauricio Fernández era el personaje ideal para contar, desde el poder, la situación salvajemente violenta que México estaba atravesando”, relata Altuna. “Él accedió sin poner una sola condición o restricción. Al contrario, se fue abriendo hasta el grado de confiarnos todo su archivo de fotos y vídeos familiares e incluso nos dejó que lo acompañáramos a unas vacaciones familiares.

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Heredero de una de las grandes fortunas de su país – su familia posee un emporio conformado por el Grupo Alfa, dedicado a los petroquímicos, el aluminio, la alimentación y las telecomunicaciones y Cemex, una cementera-, Fernández Garza renunció a dirigir sus empresas para dedicarse a la política. Primero como alcalde del acaudalado municipio de Nuevo León, al norte del país y con unos 125.000 habitantes, luego como senador y hasta 2012, de nuevo como alcalde, el ahora presidente municipal de San Pedro García Garza se presenta, dice Altuna, como un líder “atípico”.

“Legalización de las drogas, creación de un grupo rudo para combatir el crimen organizado en su municipio, participación del ejército mexicano en la matanza y desaparición de cuerpos de delincuentes…”, enumera Altuna las singulares medidas de Fernández Garza. En respuesta, solo durante el rodaje de este filme fueron asesinados a balazos su jefe de escoltas y su jefe de inteligencia. "El peligro estaba ahí", recuerda el cineasta", "pero intentas no pensar mucho en ello porque el miedo no es un buen compañero de viaje en una filmación". 

¿Supone entonces el método Fernández Garza una cura a la enfermedad de violencia y muerte que asola el país? "El vacío del Estado lo ocupan grupos rudos en San Pedro García Garza o policías comunitarias en Guerrero o el EZLN en Chiapas. El hartazgo y desesperación de la gente hace que no busquen gobernantes sino sheriffs, justicieros como en el viejo oeste", relata Altuna. Pero no, no es esa la solución. "Nunca la violencia se ha acabado ejerciendo más violencia. Más bien todo lo contrario". 

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