Música

25 años sin el chico de las gafas oscuras

25 años sin el chico de las gafas oscuras

“En 1975 yo quería hacer un disco con letras como las de Bob Dylan, que sonara como las producciones de Phil Spector, pero sobre todo quería cantar como Roy Orbison. Ahora todo el mundo sabe que nadie canta como Roy Orbison”. Así de emocionado habló Bruce Springsteen en enero de 1987 en la ceremonia de entrada de Roy Orbison en el Salón de la Fama del Rock'n'Roll. Al igual que a The Boss, muchos otros se sentían inspirados y conmovidos por la poderosa voz del chico de las gafas oscuras. Apenas dos años después de ese acto, el 6 de diciembre de 1988, fallecía el cantante y músico Roy Orbison de un ataque al corazón cuando solo tenía 52 años.

Roy Kelton Orbison nació el 23 de abril de 1936 en Vernon, Texas, y ya de niño tocaba la guitarra. Se formó en la escuela del country, pero poco a poco se deslizó hacia un rock'n'roll que comenzaba a conquistar a los jóvenes. Orbison grabó a finales de los años 50 en los estudios de Sun Records, cuna del rock'n'roll, pero parecía fuera de lugar: no seducía al público como Elvis Presley ni arrasaba sobre el escenario como Jerry Lee Lewis.

Su era dorada comienza en Nashville con un audaz cambio de registro: el lugar ideal para Orbison eran las baladas y las canciones más sentimentales. Los hábiles ejecutivos de Monument explotaron la imagen de chico callado, tímido y romántico de Orbison. Los arreglos de cuerda envolvían con esmero historias de tristeza, desamor y soledad. La voz profunda, casi operística y única de Orbison hizo el resto: de 1960 a 1965 coleccionó números 1 como Only the lonely, Crying o Blue Bayou.

El estilo de Orbison era inconfundible, siempre con sus gafas de sol y de traje negro, pero algo oscuro se percibía en su música. El periodista musical Fernando Navarro lo definió así: “Tras sus gafas de sol, el caballero de la triste figura escondía siempre una mirada tímida, y en su colosal voz latía la herida del puñal de la nostalgia”. No le faltaron razones porque su vida estuvo marcada por la tragedia. En 1966 murió en un accidente de moto su mujer Claudette, inmortalizada por Orbison en una canción que popularizaron The Everly Brothers. Dos años después de ello, un incendio en la casa del músico acababa con la vida de dos de sus tres hijos.

“Mi objetivo es alcanzar la estabilidad suficiente para asegurarme de que nada me derrumbe”, dijo Orbison. Tras la década de los 70 fuera de los focos, en los años 80 vuelve la popularidad. En 1986 se reencuentra con sus viejos compañeros de aventuras Johnny Cash, Jerry Lee Lewis y Carl Perkins para grabar Class of '55Class of '55, un homenaje a los pioneros de Sun Records (sólo faltaba, claro, Elvis Presley). Además, las canciones de Orbison se cuelan en la banda sonora de algunas películas, como In dreams en Blue velvet de David Lynch.

Eran tiempos dulces para Roy Orbison, cada vez más reivindicado por músicos como Bruce Springisteen que le consideran una influencia clave. Buena prueba de ello es el elegante directo Black & white night con invitados del nivel de Jackson Browne, Tom Waits o Elvis Costello. Sin embargo, su jugada maestra fue formar parte de The Travelling Wilburys, el grupo que unió en el escenario a Orbison con Bob Dylan, George Harrison, Tom Petty y Jeff Lynne. Su prematura muerte (dejó un disco inédito, Mistery girl) le impediría ver cómo sólo dos años después, un viejo éxito suyo, Oh Pretty woman, volvía a las radios de todo el mundo de la mano de Julia Roberts y Richard Gere.

Más sobre este tema
stats