berlinale

Filmes de Brasil, Alemania y Grecia en una jornada variada y sin estrellas de la Berlinale

La actriz Popi Tsapanidou, el director Yannis Economides y los actores Petros Zervos, Vicky Papadopoulou y Vangelis Mourikis, de 'To Mikro Psari (Stratos)'

NOTICINE

Hasta ahora el Festival de Berlín había lucido al menos alguna estrella internacional asomada al apartado oficial, dentro o fuera del concurso, en sus primeros cinco días, pero el sexto se ha tomado un descanso para brindar tres filmes en la carrera por el Oso de Oro, todos con total o parcial producción germana, de esos que hacen a uno moverse con incomodidad en la butaca. El brasileiro Karim Aïnouz se decanta por un drama sobre emigración con protagonista gay, mientras que la alemana Feo Aladag sitúa en Afganistán un bienintencionado film antibélico protagonizado por un soldado germano de las fuerzas multinacionales, y el griego Yannis Economides presenta un oscuro y desesperanzado retrato de la realidad griega que va más allá de la crisis económica para describir una deprimente hecatombe moral.

Karim Aïnouz (Madame Satà) utiliza elementos de su propia experiencia vital para contar la historia de un salvavidas playero que deja su Fortaleza para seguir al turista alemán del que se ha enamorado hasta Berlín, sin despedirse ni de su propio hermano. El sabor agridulce de un nuevo mundo se agudiza cuando aparece su hermano más joven para exigirle explicaciones. Con Wagner Moura, el héroe de las dos partes de Tropa de elite, al frente del elenco, Praia do futuro (Playa del futuro) intenta huir del simple melodrama homosexual introduciendo paulatinamente como principal tema el desarraigo y la emigración, la atracción por las tierras lejanas y el nostálgico dolor de perder la suya propia, algo que Aïnouz debe conocer porque como su personaje, desde su Fortaleza natal ha acabado viniendo a instalarse a la capital alemana, que ahora le abre las puertas de su festival, sin que -sin embargo- Praia do futuro haya levantado especiales pasiones.

En el caso de la alemana Feo Aladag (que contra lo que indica su nombre es guapa y mujer), el desagrado fue más palpable sobre todo en el pase de prensa. Muchos se sintieron indignados por el "buenismo" que difunde Zwischen Welten, sobre un soldado alemán destinado en Agfanistán que pretende confraternizar a través de su joven intérprete con los habitantes de la zona rural del país que le ha tocado controlar, frente a la omnipresente presencia de los talibanes dispuestos a llevarse por delante a cualquiera que colabore con el enemigo o que vista un uniforme extranjero. La actriz y directora ha sido criticada por plantear esta especie de buen samaritano vestido con uniforme de la OTAN, porque no sólo es que Jesper quiera hacerse el magnífico con los afganos, mientras despliega frases antibelicistas, sino que para colmo merece un aro de santidad, ya que su hermano -también movilizado- murió en un atentado talibán. Demasiadas buenas intenciones y personajes maniqueos en este su segundo film como guionista y directora.

Miles de personas sin casa marchan al estadio inaugural del Mundial en Brasil

Miles de personas sin casa marchan al estadio inaugural del Mundial en Brasil

Si se acepta como divisa que no hay esperanza, y que la sociedad griega solo es una punta de lanza en un sistema capitalista occidental que camina sin frenos hacia su autodestrucción por la pérdida de todos los valores, hasta se puede disfrutar la negativa To mikro psari, del heleno Yannis Economides. Su protagonista, Stratos, es panadero media jornada y la otra asesino a sueldo, para conseguir el dinero que le permita sacar de la cárcel a un antiguo compañero de prisión que antaño le salvó la vida.

La película, como las otros dos del día apoyada financieramente por Alemania, plantea un desolador panorama de la sociedad griega, de sus depauperados barrios donde campan delito y corrupción, codeándose con la miseria y la lucha por la supervivencia. Sin embargo, para Economides, no es un asunto sólo de su país, sino que simplemente los helenos han llegado antes que los demás a donde todos acabaremos, como seguidores de un sistema económico injusto y en el que los valores humanos y la ética son sólo inconvenientes para la ley del más fuerte, y la codiciosa ambición por el dinero y el poder. Una de dos... O nos cortamos las venas o le damos la razón.

También puedes leer esta noticia en Noticine

Más sobre este tema
stats