‘Boyhood’: de obra maestra en Sundance a favorita en Berlín

Como ya ocurrió en Sundance el mes pasado, Boyhood (Infancia), el experimento cinematográfico de Richard Linklater filmado a lo largo de 12 años en la vida de un niño que empezó a rodar con cinco años y acabó entrando en la universidad, sedujo a la crítica y se convirtió en claro favorito al Oso de Oro que se anunciará este sábado. En esta misma jornada del 13 de febrero, se presentó la interesante mezcla de western y road movie china Wu Ren Qu (Tierra de nadie), de Ning Hao, que también podría llevarse algo.

Boyhood, que dura cerca de tres horas, tuvo una filmación de poco más de un mes, pero a razón de tres días por más o menos cada año (a veces 9 meses, a veces año y medio), con un guión que Linklater, quien le ha tomado gusto a jugar con el tiempo –retrató a la misma pareja, por la mañana, la tarde y la noche de varias épocas en una saga-trilogía interpretada por Ethan Hawke (quien también actuó en Boyhood) y Julie Delpy– y ahora, tras participar fuera de concurso en Sundance, se beneficia de la benevolencia del director del festival berlinés, Dieter Kosslick, que no le ha reclamado exclusividad. Al fin y al cabo, esta es la première internacional de la cinta que pasará a la historia como la de más largo rodaje.

La crítica norteamericana la apluadió en Sundance, y ahora la europea e internacional. Representantes de todas ellas han usado la palabra "obra maestra" para esta colección de retazos de vida narrados con tal naturalidad que por momentos recuerdan a una película familiar o un documental. La sensibilidad del cineasta, que reconoce fue mutando su primer borrador de guión según pasó esa década larga. El niño y ahora joven Ellar Coltrane es el protagonista, y a su lado están su madre (Patricia Arquette) y su padre (Ethan Hawke), quienes se separan. También interpreta a la hermana del muchacho la propia hija del director, Lorelei Linklater. Todos menos Hawke, quien pronto filmará con el chileno-español Alejandro Amenábar, acudieron a este estreno berlinés.

Digno discípulo apócrifo de Sergio Leone, el chino Ning Hao hace una parábola estilo western con un abogado de ciudad, que debe recorrer el desierto de Gobi con el coche que le ha regalado un mafioso al que defendió, camino de otro juicio a 500 kilómetros. Pronto se verá involucrado en el intento de quitarle el auto y en la salvación de una Dulcinea en apuros, lo que le obligará a mancharse las manos.

La violenta Wu Ren Qu, entretenida y vitriólica, es no sólo una película del Oeste, con música plagiada de Morricone, en un desierto que no está precisamente en la América profundo, sino en China, también la típica road movie con antihéroeroad movie y un reflejo descarnado de una sociedad china donde todo parece valer en pos de la ambición de riqueza y poder.

Este jueves también fue protagonista el veterano cineasta británico Ken Loach, quien recibió un Oso honorario por toda su trayectoria, de manos de otro venerable maestro europeo, Jiri Menzel.