FESTIVAL DE BERÍN

Se despide la competición berlinesa con dramas familiares y ‘Boyhood’ como favorita

El actor estadounidense Ellar Coltrane, protagonista de 'Boyhood'.

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La 64 Berlinale da sus últimos coletazos. Este sábado conoceremos los premios oficiales, esos Osos de Oro y Plata, aunque aún habrá proyecciones el domingo. La competencia se cerró este viernes con dos dos melodramas familiares, uno japones, de Yoji Yamada, "Chiisai Ouchi" (Pequeña casa) y otro austríaco, "Macondo", condicionados ambos por desgraciadas circunstancias externas que interfieren negativamente en la existencia de sus protagonistas. La jornada se completó fuera de concurso con la versión en carne y hueso y criaturas digitales de "La bella y la bestia", a cargo del francés Christophe Gans. De las cuatro cintas de directores iberoamericanos a concurso, la de Celina Murga "La tercera orilla" es por la hay más apuestas.

El octogenario cineasta nipón Yoji Yamada arranca su "Chiisai Ouchi" con la muerte de una anciana y el descubrimiento de parte de un joven familiar lejano (ella murió soltera y sin hijos) de una especie de diario en el que la mujer confiesa los secretos de su pasado, una época -la previa a la II Guerra Mundial y la del propio conflicto bélico- en la que trabajó como sirvienta y niñera en el seno de una familia de buena posición, con un padre floreciente empresario. Mientras, la esposa mantiene una relación extramatrimonial con el socio más joven de su marido. La protagonista asiste como testigo mudo a esta pasión reprimiendo sus propios celos. No por él, sino por ella, la mujer infiel a la que quiere en secreto, presa de un sentimiento que le obliga a ser discreta para proteger la felicidad de la persona amada.

El autor de "Una familia de Tokio" y "El ocaso del samurai" estructura su narración recurriendo a los "flashbacks" que en paralelo a la evolución de este peculiar triángulo (o cuadrado, si contamos al marido engañado) durante los años describe con sensibilidad y nostalgia la propia evolución de la sociedad nipona, desde la fantasía imperial del Sol Naciente y su expansión por Asia, a la cruda derrota de la guerra.

Por su parte, la debutante Sudabeh Mortezai elige como protagonista a un niño, algo recurrente de esta edición de la Berlinale, el primogénito varón de una familia de refugiados chechenos en un barrio marginal de Viena conocido como el título del film, "Macondo", la mítica ciudad de García Márquez. Tras la desaparición del padre en el conflicto entre rusos y chechenos, Jack, de 11 años, intenta compatibilizar sueños y realidad, para convertirse en el cabeza de una familia desestructurada que espera ansiosamente la concesión de asilo político. Todo ello en la intención de mantener las tradiciones musulmanas en una sociedad tan diferente y en muchos sentidos opuestas a la rigidez de sus orígenes.

Esta opera prima de ficción no es ajena a la experiencia de la propia Mortezai, quien proviene de la emigración iraní, y nació en Alemania, pero también pasó su infancia entre Teherán y Viena, para luego formarse cinematográficamente en Estados Unidos, y rodar varios cortos y documentales.

Finalmente, fuera de concurso, se pudo ver una versión en imagen real (y sintética) del cuento clásico "La bella y la bestia", que con permiso de Cocteau hizo popular Disney en una adaptación animada. El francés Christophe Gans, amigo del efectismo y el estilo videoclipero, no ha convencido a demasiados espectadores con este superproducción franco-germana de ínfulas claramente comerciales, pero que tiene serios problemas para ubicarse de manera clara en un género infantil o adulto, y en la que la forma prevalece sobre el fondo.

Este sábado el jurado anunciará en la gala de clausura su fallo. La estadounidense "Boyhood", de Richard Linklater, otro filme sobre la evolución desde la niñez, aparece como la clara favorita, aunque Alemania juega su carta con "Kreuzweg", de Dietrich Brüggemann, en el que una adolescente de familia católica integrista vive su viacrucis particular en medio de la intolerancia y la rigidez en casa que contrasta con la moderna vida alemana. La argentina "La tercera orilla", de Celina Murga, es la más clara opción hispana para el palmarés, aunque tampoco es descartable un reconocimiento interpretativo para la estadounidense Jennifer Connelly en la cinta española "No llores, vuela / Aloft".

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