Libros

¿Se puede digitalizar Rayuela?

Portada de 'Rayuela' de Julio Cortázar.

Italia, 1966. Nanni Balestrini publica una historia de amor inspirada en la leyenda de Tristán e Isolda titulada Tristano, pero el resultado en papel no satisfizo sus expectativas: el autor hubiera deseado que cada lector leyera un texto ligeramente diferente que le brindara una experiencia diferente, cosa en aquellos años imposible.

Reino Unido, 2014. Verso Books lanza una nueva edición en inglés de Tristano. Y no es una edición cualquiera. Gracias a la tecnología digital, y merced a un algoritmo, cada copia presenta, en cada uno de los 10 capítulos de la obra, 15 pares de párrafos organizados de distintas maneras. La editorial ha lanzado 4.000 ejemplares únicos y diferentes, numerados en cubierta, aunque podrían haber sido.. ¡109.027.350.432.000 variaciones!

Sirva la circunlocución para subrayar lo obvio, que la tecnología convierte en realidades cotidianas actuaciones que hace no tanto se antojaban quiméricas incluso en novelas que, como Tristano, al cabo siguen editándose en papel. ¡Qué no se podrá conseguir cuando entramos en el mundo plenamente digital! Vean, y es sólo un ejemplo entre otros posibles, lo mucho que ofrece Shifter, novela gráfica interactiva para iPad y Android. Sirva también para plantearnos si a pesar de esos avances hay libros que se resisten a esos avances.

El caso Cortázar

España, 2014. En un desayuno de prensa para dar cuenta de los fastos que la editorial prepara con vistas a la celebración de su cincuentenario, Pilar Reyes, directora global de Alfaguara-Taurus-RAE, comenta las dificultades que están encontrando para digitalizar Rayuela.

Habla de varios capítulos que le dan problemas, entre ellos el 34, en el que Cortázar quiere que el lector lea una línea sí y otra no, algo que el libro electrónico no permite en la medida en que cada formato tiene sus características propias, cada usuario puede elegir el tamaño y la fuente de la letra y, por todo ello, no se puede garantizar que las líneas del escritor sean las que el lector lee.

Por decirlo rápido: el libro electrónico "traiciona" la voluntad de los escritores, al menos la de aquellos que proponen sus textos como un juego en el que el lector acepta participar, y convierte en irrelevante una parte de la tarea del editor, esa que consiste en elegir el tipo y el color de la letra, el color del papel, la caja en la que el texto quedará encerrado...

"Creo que en este momento, y con la conciencia de que todo cambia muy rápido en este mundo digital, los procesadores de texto están todavía a años luz de las posibilidades que ofrece el papel", reflexiona Reyes. "Los problemas que no resuelven todavía estos formatos son muy básicos y, en ese sentido, sí que limitan el trabajo del editor, que parece estar supeditado a las herramientas tecnológicas existentes, que tienen mucho que perfeccionar aún".

Subraya Pilar Reyes que no se refiere a grandes complejidades, sino a problemas pequeños aunque no insignificantes como repartir el texto en dobles columnas, escribir párrafos largoslargoslargos sin puntos y aparte...

"Impensable editar en digital un texto como el capítulo 34 de Rayuela, por ejemplo, si no es poniendo cada renglón en un color, o cambiando de tipografía, que justo supone perder lo bonito que tenía el juego, que era imperceptible a primera vista para el lector. Hasta hace muy poco ni siquiera era posible partir palabras. En fin, cosas muy simples". Evidentemente, el departamento correspondiente de Alfaguara está buscando una solución y antes o después la encontrará. infoLibre ha investigado por su parte...

¿Entonces?

Rubén González Domínguez es director comercial de Safekat, empresa que digitaliza libros antiguos y modernos, que trabaja varios formatos: ePub (un estándar abierto para e-books) 2.0 y 3.0, Folio (Adobe) y eBookAuthor (Apple). "Tenemos tantas soluciones como ideas tenga usted", proclama en su página web. Así que le planteamos un problema.

Imaginemos que el autor quiere que el lector vea simultáneamente una imagen en la página par y un texto en la impar. ¿Se puede? Hasta hace nada, no, los libros digitalizados con ePubs de primera y segunda generación, no conservaban el diseño y la maquetación originales. Hasta hace nada. "Ahora, para que el usuario vea al mismo tiempo una imagen y el texto con ella relacionado hay que escoger un acabado que se llama fixed layout. "En efecto, el fixed layout (diseño fijo) garantiza mantener la misma disposición y diseño en la pantalla del dispositivo que los libros en papel". 

Con respecto a leer una línea sí y otra no, como exige Rayuela, señala: "Tenemos la opción de generar esas páginas como imagen, con su consiguiente problema de que si el lector dispone de un dispositivo con pocas pulgadas y quiere aumentar el tamaño de la letra, el texto no se remaquetará de forma automática". 

Hay una dificultad añadida: muchas cosas dependen no ya del sistema, sino del dispositivo. "La opción comentada con anterioridad, fixed layout, permite que se puedan hacer más cosas en la tabletas con los sistemas más demandados (Apple y Android) pero no en los dispositivos de tinta electrónica. Está basado en HTML 5 (lenguaje de marcado) y CSS 3 (hojas de estilo) y por especificar un poco las diferencias entre CSS 2 al CSS 3, es algo tan simple como que en el CSS 3 te permite más funcionalidades al incorporar más características y pongo algunos ejemplos como pueden ser redondear las esquinas de los cuadros de texto, generar sombreados, degradados, etc."

La buena noticia

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Romper esas limitaciones apuntadas es cuestión de tiempo. Lo importante es que ahora mismo, ya, editores y técnicos saben que las posibilidades que se abren son inmensas.

"Enormes –confirma Reyes– porque no solo estamos hablando de procesar textos sino de poder incluir audio, imagen…". No obstante, quiere puntualizar: "En términos de edición literaria pienso que más que para los editores se abren posibilidades para los autores, que tendrán que reinventar los géneros narrativos usando todas las herramientas que la tecnología pone a su alcance. En términos de la comunicación y promoción de nuestros libros, creo que los editores sí que tenemos un territorio de enorme creatividad".

"Ya estamos integrando libro electrónicos con vídeos, animaciones e interacción del usuario con su dispositivo" confirma por su parte González, que también vislumbra un horizonte cargado de posibilidades creativas. Por ejemplo, Rayuela se podría e-ditar con, incorporada, la música de jazz del Club de la Serpiente, que es, lo señaló en su día Pilar Peyrats, autora de Jazzuela (Satélite K), "un personaje más que incide directamente en los protagonistas; actuando como flujo de conciencia; como intercesor y catalizador". Un personaje al que, gracias a los libros electrónicos, podemos escuchar.

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