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Arte

Sexo para salvar el mundo

Un fotograma del documental 'Fuck for forest'.

Estos días se ha presentado en París una gran muestra de un gran maestro, en su caso de la fotografía y, con ella, del homoerotismo. Los cuerpos esculturales y perfilados, cortantes y volumétricos de Robert Mapplethorpe aparecen ahora desplegados a través de los espacios acristalados del Grand Palais de la capital francesa como pulsiones congeladas en el tiempo, placeres y deseos en silente reposo.

A diferencia del fotógrafo estadounidense, fallecido en 1989, y de otros muchos que han fundamentado su imaginario iconográfico en la sexualidad sugerida, (que, en realidad, ha sido uno de los pilares de la creación plástica de todos los tiempos, especialmente del lado femenino) otros artistas han querido utilizar el sexo en vivo como base de sus obras.

Unos remiten con su práctica pública –bien grabada, bien en directo- a la idea de intimidad; otros se valen de ello para sellar su tránsito a la vida adulta; los hay que lo utilizan para poner de relevancia aquello que consideran una injusticia, o quienes se ponen a ello con el noble fin de salvar el mundo.

Repasamos aquí algunos de estos casos.

Un fotograma de uno de los vídeos del proyecto 'Intimacy'.

Abel Azcona: sexo en vídeo

El navarro Abel Azcona, uno de los más reconocidos performers del panorama nacional e internacional, lleva algo más de un año desarrollando su proyecto Intimacy que quiere ser –dice su web- “la exposición total del artista, en el desnudo, en lo sexual y en lo íntimo”. En varias etapas, y con diferentes compañeros, hombres y mujeres, Azcona ha grabado en vídeo las relaciones sexuales mantenidas con estas personas, que fueron reclutadas a través de un llamamiento en las redes sociales.

Hijo de una prostituta que le abandonó de pequeño para dejarle una infancia traumática como herencia, el artista asegura haber perdido la capacidad de sentir empatía. “De alguna forma, Abel Azcona construye así desde su incapacidad intentando convertir la pared en piel, y consiguiendo estremecerla a través de su contacto”, explica su página. “Relaciones reales, casuales, buscadas y fingidas representadas de forma real y en vivo, de tal forma que el sexo es un reflejo sincero y crudo de la propia problemática del artista en torno al vínculo, la utilización y el abandono”.

Clayton Pettet: sexo en directo (o en diferido simulado)

Mucho se ha comentado la jugada del joven estudiante de Bellas Artes británico Clayton Pettet. Tras varios meses –según él mismo relató– de investigación teórica sobre la virginidad y el sexo, le llegó la iluminación: a modo de pieza artística –que tituló Art School Stole my virginity (La escuela de arte me robó la virginidad)– anunció que iba a estrenarse ante el público. “He guardado mi virginidad durante 19 años, y ahora no la voy a tirar por ahí como si nada”, declaraba el joven, que prometió una sesión de sexo anal con un amigo. “Básicamente, es como si estuviera perdiendo un estigma en torno a la virginidad”.

El tiempo pasó y Pettet –quien entretanto fue denunciado por un compañero por, según él, haberle robado la idea- marcó por fin una fecha y un lugar. Este 2 de abril, en la antigua sede londinense de la BBC, hoy centro de artes escénicas. Pero cuando llegó la hora… todo resultó ser un fiasco. Como recoge la publicación Dazed, “no hubo sexo. Fue aún más raro”. Lo que atestiguaron las 120 personas que abarrotaron el local, efectivamente, tenía que ver con la idea de penetración. Solo que con plátanos de por medio.

Tras pasar un vídeo, varios audios y desplegar pancartas, Pettet, acompañado de otros tres performers, llevó al público uno por uno a una cabina de penetración. Allí, rodeado de pilas de plátanos, el artista decía a los asistentes: “Soy tu virgen anal. Tú eres mi compañero, escoge un plátano. Ahora, penétramelo en la boca ocho veces”. En una entrevista con la misma revista, Pettet clarificó un poco el asunto, que desde la publicación califican como un "timo artístico" de menor categoría que aquel Nat Tate inventado por David Bowie y William Boyd. “Creo que la gente esperaba otra cosa, lo que demuestra qué querían realmente”, explicó. “No querían una pieza artística, querían verme practicar sexo. Si hubieran venido por el arte, no estarían tan decepcionados, porque sabrían que había cuestiones que debían leerse entre líneas”. 

Nadezhda Tolokonnikova: sexo en grupo

Antes de convertirse (con permiso de María Aliójina) en la reina destronada de las Pussy Riot, la rusa Nadezhda Tolokonnikova formaba parte del colectivo anarquista de arte performativo Voina. Junto a varios de sus miembros participó en el año 2008, estando en la recta final de su embarazo, en la acción Fuck for the heir puppy bear! Fuck for the heir puppy bear!(¡Folla por el heredero del osito!), que tuvo lugar en el museo estatal de biología de Moscú, concretamente en la sala dedicada al Metabolismo y energía de los organismos. Organizados por parejas, unos veinte artistas se pusieron a practicar sexo junto a una vitrina que guarda un osito disecado. ¿La razón? Para protestar por la elección como presidente de Dimitri Medvedev quien, además, pedía por entonces un esfuerzo a la población para aumentar la tasa de natalidad

“Nuestro objetivo no es necesariamente ser provocadores radicales. Nuestro objetivo es ser artistas honestos y decir lo que pensamos”, declararon después. “Creemos que el gobierno jode a la gente, y que a la gente le gusta. De ahí nació la acción '¡Folla (jode, en el juego de palabras) por el heredero del osito!”. El audaz gesto no ayudó en ningún caso a Tolokonnikova en el juicio que se celebró después contra ella y otras dos compañeras de Pussy Riot por su célebre performance en la catedral del Cristo Redentor de Moscú, que les costó a dos de las tres casi dos años entre rejas. Hasta el mismísimo Putin (papá oso)(papá oso)se pronunció al respecto: “Tuvieron sexo en grupo en un lugar público. Luego lo subieron a Internet. Las autoridades también tenían que haber tenido esto en cuenta”. 

Fuck for forest: sexo en la selva

"Al mostrar la belleza del amor, del desnudo y de las aventuras sexuales reales, queremos dirigir la atención y recolectar dinero para la naturaleza en peligro". La premisa es sencilla y los medios, varios. Los activistas ecoporno de Fuck for forest llevan manos a la obra desde 2004, financiando proyectos de conservación en selvas de Perú, Ecuador, Costa Rica o Brasil. El dinero lo recaudan a través de donaciones en metálico o en especies, ya sean sean fotos o vídeos eróticos que cuelgan en su web, a la que se accede pagando, o manteniendo relaciones en público. "Normalmente se muestra el sexo para incitarnos a comprar todo tipo de productos o ideas absurdos así que, ¿por qué no usarlo para una buena causa?, explican en su web. "Creemos que es importante mostrar una relación más liberal con nuestros cuerpos, a modo de contraste con el mundo oprimido en el que vivimos". 

En 2012, la iniciativa se expandió con un documental, titulado igualmente Fuck for forest y dirigido por Michał Marczak. La película (que puede verse en España a través de Filmin), sigue a varios de los activistas de esta -como ellos la llaman- "bizarra ONG" en su viaje desde Berlín, donde tiene la sede, hasta las selvas de la Amazonia. "¿Qué es lo moral, cuando no respetamos la naturaleza?", reclaman. "La guerra y la destrucción de la naturaleza se consideran algo normal y sin embargo, hacer el amor en público y la desnudez se consideran ofensivos y criminales. Cuando ves una película con animales follando, lo llaman un programa sobre naturaleza. Pero cuando se muestra a humanos follando, se llama porno y se impone un límite de edad o una censura. Al final, y también al principio, todo es naturaleza". 

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