Documentales

Voces para borrar el estigma

Elena se presenta ante la cámara con una sonrisa. La vida no le ha tratado precisamente bien, pero hoy tiene más motivos que nunca para sentirse optimista. Después de siete intentos de suicidio –el último la dejó parapléjica al saltar a las vías del metro— está, por fin, decidida y preparada para abordar su problema, un arduo camino en el que la acompañan, especialmente, su madre y su pareja. Sufre desde la adolescencia un trastorno límite de la personalidad que le hace, según ella misma explica, sentir cada contratiempo como una terrible e insoportable tragedia. Como ella, miles de personas deben enfrentarse en su día a día a enfermedades mentales que desembocan en intentos de suicidio o en su consecución, que supone la principal causa externa de mortalidad en España, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Tradicionalmente silenciado en los medios para evitar un efecto mimético, cada vez resulta más evidente que los problemas se resuelven hablándolos. Los periodistas Itziar Bernaola y Pablo Ferrán tuvieron el buen juicio de consultarlo, primero con la Organización Mundial de la Salud pero también con otros expertos y familiares y enfermos. Antes habían asistido a la presentación del libro de un amigo cuyo hermano se había quitado la vida, y allí se convencieron de la necesidad de abordar la situación, de dar voz. Tras dos años de trabajo, han alumbrado Supervivientes, un documental que recoge los testimonios tanto de personas que han protagonizado intentos de suicidio como de los seres queridos de otros que tomaron —y materializaron— la decisión de acabar con su sufrimiento. La película se estrena este miércoles 23 en la Cineteca del Matadero de Madrid, además de emprender una ruta por diferentes festivales internacionales.

“Queríamos aportar nuestro grano de arena para dar visibilidad y combatir el estigma”, señala Bernaola, que subraya la importancia de adentrarse en el tema “con rigor y cuidado”. Aunque en el momento de acercarse a personas que habían vivido la situación de cerca la reacción fue generalmente positiva, la periodista explica que les resultó complicado encontrar testimonios que dieran la cara ante la cámara, dado el muro de prejuicios que la sociedad ha levantado en torno al suicidio. “La gente nos decía: es una idea estupenda, es algo necesario, pero no contéis con nosotros”, recuerda. “Otros nos decían que salían pero si les distorsionábamos la imagen o la voz, pero eso era algo contrario a lo que queríamos hacer, que era luchar contra el estigma y el tabú”.

Los testimonios que recogen en Supervivientes, que también incluyen voces de profesionales de la salud mental, ponen de relevancia el papel definitivo que la enfermedad juega a la hora de tomar la resolución de morir. Por decisión, los periodistas optaron por plantear su proyecto desde un punto de vista genérico, no asociado a otras circunstancias externas. La crisis, no obstante, se ha erigido en potenciadora del suicidio, según demuestran las estadísticas. “Ha afectado a peor”, dice Bernaola, que aporta los datos del INE, que registran un incremento de los casos de suicidio en 2012 del 11% con respecto al año anterior, hasta las 3.539 personas. “Está claro que la crisis afecta a la salud mental: crea situaciones de ansiedad y estrés”.

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