Madrid

“Madrid, esa ciudad donde solo se podrá escuchar música... en los probadores de las tiendas”

INFOLIBRE

“Creí que la vida cultural era otra cosa… pero me han despertado a golpe de martillo”. Así arranca su alocución el actor Emilio Gutiérrez Caba, uno de los varios rostros conocidos que se han puesto ante la cámara para hablar en defensa del madrileño Palacio de la música. El céntrico inmueble fue construido en 1926 como sala de conciertos, aunque pronto cambió de uso para reconvertirse en cine. A raíz de su cierre en 2008, Bankia lo adquirió para devolverlo a su condición de auditorio, pero después de haber realizado una inversión de 28 millones de euros para su compra y 4 para su remodelación, la maltrecha entidad bancaria -rescatada con dinero público- decidió deshacerse de él en 2012. El plan de cara al futuro, y avalado por la alcaldesa de la capital, Ana Botella: vender el inmueble, de 6.630 metros cuadrados, a una cadena de ropa, Mango.

Después de haber visto pisar sus alfombras a estrellas de la talla de Romy Schneider o Sofía Loren, el Palacio -que goza del estatus de edificio protegido por parte del Ayuntamiento de Madrid- se ve hoy abocado, como se lamenta en el vídeo Santiago Segura, a que se vendan en él “bragas y calzoncillos”. Además de este spot, en el que también participan personajes como Enrique Herreros, antiguo corresponsal de ABC en Hollywood, o Manuel Cora, sonidista de cine ganador de dos premios Goya, existe una campaña de recogida de firmas habilitada en la plataforma Change.org, que hasta la fecha acumula cerca de 38.000 adhesiones.

La corte de los milagros de Botella y Gallardón

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“Ahora la imagen que te viene cuando piensas en el centro… es la de un centro comercial”, censuran los protagonistas del vídeo, disponible para su visionado en Youtube. “Ahora Bankia lo va a vender (el Palacio) después de haber sido rescatado por todos nosotros… para que vendan bragas y calzoncillos”, denuncia Segura. “Es una aberración”, añade Gutiérrez Caba, a lo que El Gran Wyoming replica: "¿Qué pensarían, amigos míos, si un partido gana unas elecciones y convierte la catedral de La Almudena en una tienda de cómics?”. “Pues así nos sentimos muchos”, responde Gutiérrez Caba, "cuando sabemos que van a convertir el Palacio en una tienda de ropa”.

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