Música

Tom Jones y Bryan Ferry se resisten a jubilarse

Tom Jones, a la izquierda, y Bryan Ferry.

Francisco Chacón

Como dos sabios alquimistas, Tom Jones y Bryan Ferry se empeñan en desafiar al paso del tiempo con nuevos espectáculos. El primero, a sus 74 años; el segundo, con 68. Dos viejos zorros del pop embarcados en sus enésimas giras por España.

Tom Jones actúa el lunes 30 de junio en Barcelona (Jardins del Palau de Pedralbes), el martes 1 de julio en Madrid (Palacio de los Deportes) y el domingo 17 de agosto en el Starlite Festival de Marbella.

La fuerza vocal de este crooner permanece intacta. Una garra imperecedera que hunde sus raíces en sus primeras canciones, transmutadas en auténticos himnos: It's not unusual, What's new, pussycat?, Delilah y un largo etcétera.

En la cresta de la ola, llegó a triunfar con su propio show televisivo, This is Tom Jones, donde incluso hizo de anfitrión para Raphael, con quien interpretó Ghost riders in the sky en 1970.

Su último álbum, Spirit in the room (2012), nos lo vuelve a mostrar practicando una de sus aficiones favoritas: darle nueva vida a composiciones de Paul Simon, Bob Dylan, Joe Henry, Leonard Cohen o Paul McCartney.

Por su parte, Bryan Ferry ofrece sendos conciertos el jueves 3 de julio en Madrid (La Riviera) y el sábado 5 en Barcelona (Auditorio del Fòrum), con su disco y DVD Live in Lyon en la recámara.

La elegante voz de Roxy Music se distingue en los últimos años por otorgar un barniz jazzístico a su éxitos al frente de The Bryan Ferry Orchestra, como evidencian sus álbumes The jazz age y Yellow cocktail lounge.

Parece llevar este gentleman la sofisticación en las venas, larvada cuando tenía de profesor en Newcastle al mismísimo Richard Hamilton, de quien puede verse este verano una completa exposición retrospectiva de su arte pop en el Museo Reina Sofía.

Ex compañero de fatigas de Brian Eno, su repertorio contiene joyas como Love is the drug, Virginia Plain, Do the strand, Same old scene, Avalon, Slave to love o Don't stop the dance.

Bryan Ferry trata de superar en los escenarios el trauma de su divorcio, pues su segunda esposa, Amanda Sheppard (38 años más joven que él y ex novia de uno de sus hijos), le dejó plantado en marzo, de la misma forma que en su día Jerry Hall lo abandonó para echarse en brazos de Mick Jagger.

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