Cuando la literatura se escribe en el lenguaje de la música

En 1926, los poetas Emilio Prados y Manuel Altolaguirre fundaban en Málaga la revista Litoral, una colección de letras dedicada a rendir homenaje a sus hermanas más excelsas, las letras escritas por los grandes líricos. Hasta que la Guerra Civil acabó con todo, no solo con aquella publicación, desfilaron por sus páginas creaciones de Federico García Lorca, de Vicente Aleixandre o de Luis Cernuda, que posteriormente se complementarían con aportaciones de artistas plásticos como Salvador Dalí o Pablo Picasso. Aquel espíritu, que resurgió en aquel revolucionario 68 con la vuelta a imprenta de Litoral tras años de silencio, ha sido ahora retomado por otro grupo de malagueños, estos músicos y de nombre Kermit.

La banda, compuesta por Álvaro Parada (batería, saxo), Gonzalo Presa (guitarra, programación), Miguel Seguí (Guitarra) y Paco Trujillo (bajo), se dedica a crear canciones instrumentales en torno a la guitarra como punto central. “Nuestras influencias abarcan sobre todo el rock, el jazz y la electrónica y podemos decir que Kermit es una banda de base rockera, aunque es un proyecto siempre cambiante”, abundan ellos. Desde su disco de debut, Autoficción, hasta su particular Litoral, su segunda y recién editada incursión discográfica, han ido creciendo e incorporando nuevos elementos, como los samples, los saxos y las voces. “Veamos qué nos depara el futuro: algo diferente, sin duda”.

Aunque no hablan en sus canciones, los Kermit -nombre original en inglés de la mítica Rana Gustavo- tienen mucho que decir. Su mensaje, además, está íntimamente relacionado con aquella revista de principios del XX y, con ella, de muchas de las grandes obras de la literatura. Una muy especial, Los detectives salvajes, de Roberto Bolaño, de la que extrajeron para su primera portada el intrigante poema visual de la no menos misteriosa Cesárea Tinajero, esa poeta que los protagonistas de la novela persiguen ciegamente, como un espectro. 

El faro...

“La literatura forma parte de Kermit desde su concepción”, explica el grupo, que tocará el 25 de julio en el festival malagueño La Monda Rock, el 1 de agosto en el Rekoveko de Chiclana y el 2 en El Pelícano de Cádiz. “Dado lo heterogéneo de la propuesta musical de Litoral, decidimos que era un buen momento para dar un homenaje a la revista que catalizó la producción de la Generación del 27, desaparecida en 1936 y retomada en 1968 en pleno mayo francés. La revista sigue en activo en manos de Lorenzo Saval —artista multidisciplinar, bisnieto de uno de sus creadores, el poeta malagueño Emilio Prados— desde 1975, quien se encarga del diseño e ilustración del álbum y cierra así el círculo conceptual. La conexión intergeneracional con Lorenzo ha sido además muy enriquecedora y significativa: una experiencia que nunca olvidaremos”.

“Litoral está pensado para funcionar como un número adicional y sonoro de la revista, con su mar en relieve, su faro vanguardista, su farera ávida de aventuras y colmada de desventuras, su Kremlin ardiente, sus citas de Ginsberg, Orwell y Bolaño, sus textos de los poetas malagueños Raúl Díaz Rosales y Francisco Trujillo (el bajista de la banda)”, agregan, para explicar el contenido extramusical del disco, recocogido en su carátula. "De hecho, el álbum se abre con (la canción) 1926 y se cierra con 1927, años en los que se funda la revista Litoral y se cierra su primera etapa, la más experimental, consistente en nueve números". 

...Y el barco

Autoficción, su anterior y primer trabajo, editado en 2012, no le va a la zaga a Litoral en pretensiones artísticas. “La idea de Kermit como una autoficción (una ficción basada en la vida real, pero ficción al fin y al cabo; es decir, una ficción muy real) es la base sobre la que se sustenta nuestro álbum de debut, en sintonía con la novela río Los detectives salvajes: una autoficción que cuenta el devenir de un grupo poético heterogéneo en el DF”, detallan. “Además, nos parece que el poema visual de Cesárea Tinajero (llamado Sión) sintetiza muy bien las dinámicas, las mareas sonoras, el devenir de los temas en este disco. Es muy kermitiano [risas]”.

Dedicados cada uno a sus labores, es decir, cada cual con su trabajo más allá de la música, los miembros del grupo no se lamentan (del todo) de esta situación. De hecho, no solo se han autopublicado, sino que han dado forma a un sello propio, Itaca records, "un pequeño colectivo de artistas inquietos que se unen para intentar dar un impulso a sus creaciones", que también lleva a otros grupos como los vigueses Cró!, los gaditanos Commonplaces y Music Komite, los malagueños Proyecto Parada y los madrileños GANZ.

“Es algo en lo que tampoco pensamos mucho”, dicen sobre la difícil supervivencia a base de componer y tocar. “Quizá si nuestro pan de cada día dependiera de la música, esto la cambiaría para siempre. No tendríamos la libertad que tenemos para experimentar y dejarnos llevar por las mareas y los vientos, pues estaríamos obligados a pensar más en los números y en la forma de cuadrar los balances que en expandirnos musical y personalmente”. Y ya saben, aunque no hablen, ellos son más de letras.