Lavapiés no pierde la memoria

“No quería olvidar: olvidar es convertir en cenizas la parte más larga de tu vida, porque el olvido llega cuando casi ya no vives. Olvidar es un despilfarro, es quedarse sin nada, con las manos y la mente vacía”. La cita la dejó escrita la militante comunista y feminista Juan Doña en su libro Gente de abajo, una de las varias publicaciones que pergeñó tras su experiencia en la lucha como mujer republicana en aquella España de la primera mitad del siglo pasado.

Solo unos meses antes de morir en octubre de 2003, a punto de cumplir los 85 años, en una entrevista sobre el que sería su último título, dejó otra frase para la posteridad, esta vez aludiendo a lo que, tras tanto sufrimiento, se forjaría en la larga etapa de la posguerra y la dictadura. Hablaba sobre Querido Eugenio, el volumen en el que recogía el bloc de notas de quien fuera su marido en su juventud, Eugenio Mesón, fusilado por el régimen de Franco: “Ha sido horroroso el silencio de la transición; también el del Partido Comunista”.

Para mantener encendida aquella voz, aquellos ideales; para no dejar morir la vida en manos del olvido, son muchas las iniciativas que a día de hoy se encargan de recuperar y mantener la Memoria Histórica. También desde el mundo de la cultura. El madrileño Teatro de la Puerta Estrecha es uno de esos ejemplo, y durante julio – mes en el que estalló la Guerra Civil, un día 17 del 1936- ha programado el ciclo Lavapiés no pierde la memoria, con obras de teatro, proyecciones de documentales y videocreaciones, charlas con supervivientes republicanos, un recital de poesía, una exposición e incluso una verbena, que se celebrarán entre los días 3 y 31, y que estarán seguidos de debates informales entre el público y los protagonistas. 

Para empezar, la verbena, que tendrá lugar este mismo jueves día 3. En ella, como explican dos de los coordinadores del ciclo, Rodolfo Cortizo y Vicky Peinado (a los que se suma Violeta Jara Martín), en el coqueto espacio de la sala, decorada con muebles antiguos, oscuros y eclécticos, que envuelven el lugar de un apropiado velo de ensoñación, se tocarán acompañadas de un piano varias canciones de la época de la II República y se leerán textos de aquel tiempo, como un discurso de Clara Campoamor, la famosa sufragista y política madrileña.

A lo largo del mes (ver fechas) se representarán las funciones Tres segundos, la historia de una republicana desde la Guerra hasta su paso por campos de concentración franceses y el final de su vida; Borrón y cuenta vieja, en la que se plantean dos recorridos de contenidos diferentes entre los que el público debe escoger, y que al final se ponen en común para poner de relevancia la arbitrariedad con la que se nos ha contado la Historia: y Marx en Lavapiés, una obra que ya se representó hace un año en la misma sala, una versión libre del clásico de Howard Zinn Marx en el Soho.

Las proyecciones de documentales, todas gratuitas, correrán a cargo del colectivo Imágenes contra el olvido, integrado por más de una veintena de cineastas. Juntos desde hace cerca de una década, los directores, entre ellos Günter Schwaiger, Mariano Agudo, Eduardo Montero o Cristina Hardt, aunaron fuerzas para así difundir más ampliamente sus trabajos, todos en torno a la recuperación de la memoria histórica. El recital de poesía, por su parte, contará con la presencia de autores como Alberto García, María Ángeles Maeso o Juan Carlos Mestre, cuya obra versa en torno a la temática de la Guerra Civil.

También se podrán ver videocreaciones sobre diferentes genocidios a lo largo de la historia, que servirán para poner en perspectiva el cometido en España hace casi ochenta años. Y el plato fuerte lo servirán los propios protagonistas, supervivientes republicanos que aportarán de primera mano su testimonio y las lecciones aprendidas. "Como Juana Doña, pensamos que olvidar es un despilafarro, su frase resume perfectamente el objetivo del ciclo", concluye Cortizo. "Hay que rescatar la memoria, trabajar contra el olvido".