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Arte

El (pequeño) paso del cómic al arte

Vista parcial de la exposición 'Knock knock'.

Mientras que en el centro de Madrid los titanes Thyssen y Reina Sofía luchan por coronarse reyes veraniegos del pop artístico –el uno con sus Mitos del Pop y el otro, con su retrospectiva del pionero Richard Hamilton-, en la periferia, en una exclusiva zona residencial, les ha salido una muy recomendable competencia: la propuesta de la Galería Javier López con la exposición colectiva Knock-Knock (hasta el 10 de septiembre), con cerca de 80 obras de cuatro decenas de artistas internacionales, algunos de ellos nunca vistos en España.

La muestra –aclaramos antes de nada– no es una recolección de obras pop art. Pero sí tiene que ver con esta corriente surgida en los años cincuenta del siglo pasado en el hecho de que sus artistas han bebido de la mismas fuente que Warhol, Lichtenstein o el propio Hamilton: la cultura popular. En este caso, condensada en formato cómic.

Desde creadores que directamente trabajan en viñetas –incluyendo a leyendas como Robert Crumb, Moebius o Charles Burns–, a otros que se han inspirado en estas para crear sus obras, pinturas o esculturas –desde Paul McCarthy a Julian Opie o Eugenio Merino, solo por nombrar a varios–, la colectiva busca poner en valor un género que, dice Fer Francés, el comisario, “ha sido una parte muy importante de la historia del arte que, sin embargo, normalmente se ha obviado”.

“Muchos artistas contemporáneo basan su obra en el cómic”, subraya el también director artístico de la galería, situada en una magnífica villa, luminosa y rodeada de agua y verdes jardines. Y aunque la exposición no pretende ser un manual de la historia de la novela gráfica, añade Francés, sí se ha tenido muy en cuenta la importancia de crear una visión abarcadora, con obras que van desde el cómic estadounidense de los años setenta hasta la expresión europea más actual. “Los artistas que ahora tienen 30 o 40 años han crecido leyendo esos cómics underground de EEUU, y su obra está muy fundamentada en eso”.

'Knock knock', de Erik Parker, 2014.

Divida en dos espacios, las dos salas de la galería, Knock Knock plantea igualmente sendas vertientes: una, la directamente historietista, en la que incluso se pueden ver algunos dibujos originales (como unas ilustraciones de Crumb realizadas en un mantel de papel), junto a piezas de maestros como El Roto combinadas con las de jóvenes promesas como Pablo Peña (miembro también del grupo musical Pony Bravo); la otra es la sección más artística en el sentido tradicional del término, es decir, pictórica y escultórica, con obras que no son cómics, pero sí se han inspirado en estos. En este apartado conviven desde dos coloridos perros inflables de McCarthy a pinturas de Yoshitomo Nara o Erik Parker y esculturas de Keiichi Tanaami o Ed Templeton.

Si bien no existe un hilo narrativo o conceptual que una a todas las piezas y las englobe en una corriente perfectamente definible, lo cierto es que –a pesar de la disparidad geográfica, generacional o formativa de los diversos creadores– sí se pueden localizar ciertos puntos en común. Por ejemplo, el anime, musa de varias de las piezas expuestas. Y no solo las de japoneses, sino también de europeos como Horfe, un joven artista callejero francés, conocido por sus singulares pintadas en vagones de trenes, camiones o en los tejados de pizarra de París. Y ese carácter urbano, precisamente, es otra de las conexiones que unifican el trasfondo de otro sector de los artistas representados.

Vista parcial de la exposición.

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Muchas de las piezas que se presentan no proceden de artistas representados por la galería, sino que han llegado a Madrid gracias a la colaboración de otros espacios de España y distintos países. Este esfuerzo por comisariar una muestra que aporte valor y variedad a los coleccionistas –con precios que van desde los solo aptos para un museo a otros más asequibles, especialmente los de láminas de obra gráfica–, quiere servir también para atraer a espectadores interesados en descubrir propuestas alternativas a los grandes museos o centros de arte, vista la poca costumbre que existe de visitar las galerías comerciales. 

"Con esta exposición Javier López no busca crear una exposición revolucionaria, pero sí de artistas revolucionarios", resumen desde la galería. "Todos ellos artistas que vienen contribuyendo a cambiar y concienciar al mundo en que tanto el cómic como el arte contemporáneo lo son para todos los públicos". 

* Imagen vertical: 'Untitled', de Kaws, 2014.

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