Poesía

La palabra también puede alimentar

Portada de 'Poesía en legítima defensa'.

La poesía no llena el estómago, pero sí el pecho. De ahí que decenas de artistas respondieran inmediatamente a la llamada de Bartleby: querían sacarse lo que ellos tenían dentro y alimentar los deseos de crecer de otros. La idea, que surgió “al azar” allá por septiembre de 2012, era simple: convocar a autores a través de las redes sociales para que remitieran sus poemas en torno a la crisis.

No había mayores requisitos, ni de extensión, ni de temática, ni de autoría. “Y en un mes ya teníamos más de 150, enviados de forma viral”, recuerda el editor, Pepo Paz. El conjunto, al que se le han añadido cerca de otro centenar de propuestas, ha tomado forma en la antológica En legítima defensa. Poetas en tiempos de crisis, un compendio de letras e imágenes metafóricas sobre algo mucho menos lírico: la aplastante realidad.

Inma Cuesta, una de los poetas que han participado en el libro. 

Lo hemos llamado antológica, pero Paz insiste: lo es, pero no se trata de una “al uso”. “Queríamos que fuera lo más abierta posible, que no fuera para filólogos, sino de abajo arriba”, explica. De ahí que junto a nombres desconocidos aparezcan otros consagrados, como los de Antonio Gamoneda, que firma también el prólogo y de quien se presenta un fragmento de poema inédito, José Manuel Caballero Bonald o el recientemente fallecido Félix Grande, también con un inédito.

Estos últimos no llegaron a través de Facebook o Twitter, sino por petición de la editorial. En total, suman 233 voces en una selección “amplia y diversa, que reúne todas las tendencias poéticas”.

“En mitad de la tormenta de la crisis pensamos que la gente estaría escribiendo sobre estos temas”, recuerda Paz, que trabajó mano a mano en el volumen con el director de poesía de Bartleby, Manuel Rico. Y no erraron. A falta de mayor concreción, cada sensibilidad se aproximado a la cuestión desde muy diferentes flancos: la economía, el paro, la inmigración, la educación, las privatizaciones, el negro futuro…

Pero como de crisis va la cosa, la editorial tampoco escapó de su onda expansiva. Aunque el libro ya estaba maquetado para 2013, no había dinero para sacar una edición. Fue justo entonces cuando encontraron el apoyo que necesitaba por parte de la Fundación Vallecas todo cultura, que compró una tirada de libros.

Presentación en la Feria del Libro, con los poemas comestibles de Firo Vázquez. 

Este 2014 ha sido por fin la verdadera puesta de largo del libro, que ya ha sido presentado en ciudades como Valencia, Murcia, Granada, Sevilla, Málaga, Madrid, León o Tarragona, “siguiendo la estela de los poetas que habían participado”, cuyas aportaciones aparecen ordenadas en el libro alfabéticamente.

También pasó por la Feria del Libro madrileña con una curiosa promoción: el cocinero Firo Vázquez de PargaFiro Vázquez de Parga, dueño del restaurante El Olivar, en Moratalla (Murcia), realizó unos poemas comestibles a base de fécula de patata sobre la que se imprimieron unos versos de Antonio Gamoneda. Por una vez, además del alma, la poesía también llenó estómagos.

Atroz historia venidera,¿en qué manos estamos, cuántas trampastendrá que urdir la vida para seguir viviendo?

Fragmento de Terror Preventivo, de José Manuel Caballero Bonald. 

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