Teatro

‘El eunuco’: un clásico enredo

Cartel de 'El eunuco'.

Cuando un joven se enamora de una muchacha, y esa muchacha es a la vez la esclava de una dama, y esa dama es la hermana del joven, y esta hermana tiene un amante a quien quiere regalar un eunuco, y ese eunuco no es otro que el joven enamorado disfrazado, lo que está ocurriendo –no tiene mayor embrollo- es que se ha sentado usted en una de las gradas del teatro romano de la capital extremeña. Entre torrenciales dramas y espectaculares adaptaciones, el fastuoso escaparate de los nuevos viejos clásicos acogerá en el marco del Festival de Mérida entre los días 6 y 10 de este mes una comedia de enredos sin mayores complicaciones, en una versión de Jordi Sánchez y Pep Anton Gómez: El Eunuco, de Terencio.

Con un reparto caracterizado por su marcada vis cómica –están Pepón Nieto, Anabel Alonso, Alejo Sauras, Jorge Calvo, Antonio Pagudo, Marta Fernández Muro, Eduardo Mayo, Jordi Vidal y María Ordóñez- la función, como señala Pep Anton Gómez, “mantiene la esencia de un clásico grecolatino: hay esclavos, cortesanas, eunucos…”, explica. Pero la cosa no queda ahí: mientras que hay fragmentos del original que han sido respetados casi al dedillo, en otros lo que se deja ver es sobre todo la influencia de Terencio en otros autores posteriores. “Se ven las comedias de Shakespeare, de Lope de Vega, también vodevil o Las bodas de Fígaro de Beaumarchais”, dice el director. “Es un espectáculo ecléctico y fiel al mismo tiempo”.

Como Gómez ya había trabajado en varias ocasiones con Pepón Nieto, fue con él con quien se le ocurrió la idea de preparar un montaje para el Festival de Mérida, “por lo que significa y porque nos apetecía montar una fiesta”. Así que el punto de partida estaba claro: había que encontrar una buena comedia. Rebuscando entre los cajones de la cultura grecolatina, la criba dejó en pie a dos autores romanos: Plauto y Terencio. “Entonces vi que El eunuco cumple exactamente con lo que quería”, dice Gómez, que asegura que es una auténtica “suerte” haber conseguido convocar a un elenco como el suyo para la obra, plagado de estrellas. “La versión se ha ido haciendo al servicio de los actores”, apunta. “Muchas veces te tiras tres años buscando el reparto, y aquí hemos tenido el lujazo de conseguirlo en dos meses, lo que no es normal”.

El elenco y los directores en la presentación de la obra.

Con una puesta en escena “minimalista” y un vestuario “ecléctico”, la función está lejos de transmitir un mensaje, más allá de proporcionar una buena ración de risas. “Estéticamente tiene un punto moderno, pero son las piedras de Mérida las que son las protagonistas”, dice Gómez, que explica que no han adaptado el texto para trasladarlo a la época actual. “Aristófanes por ejemplo, por su compromiso político invita más, pero creo que en esta obra no hay lugar”. Lo que se ve, es lo que hay: un gran elenco de cómicos, y una comedia en bruto, para la que, más allá de Mérida, hay previstos ya otros cincuenta bolos, al menos de aquí al próximo mes de abril. “E intentaremos salir hasta el verano del año que viene. La cosa pinta bastante bien”.

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