Música

Lo que va de Morrissey a... Raphael

El cantante británico Morrissey.

Francisco Chacón

Una corrida de toros en la gran pantalla detrás de Morrissey, presto siempre a arremeter contra el maltrato a los animales. Suena The bullfighter dies (El torero muere), donde canta: Loco en Madrid/ enfermo en Sevilla/ Solo en Barcelona/ entonces alguien te lo dice/ y tú te alegras/ el torero muere/ y nadie grita/ porque todos queremos que el toro sobreviva/ Chiflado en Málaga/ sin piedad en Murcia/ pirado en Valencia/ y nadie grita/ porque todos queremos que el toro sobreviva. Sucedió así el pasado lunes en el Coliseo de Lisboa, donde arrancó su nueva gira europea en vísperas de actuar este jueves 9 de octubre en Madrid (Palacio de los Deportes, 21.30) y el viernes en Barcelona (Sant Jordi Club, 21.30).

Esta obsesión suya marca sus actuaciones desde el primer minuto, que por algo acaba de comercializar una serie de camisetas con la leyenda: Be kind to animals or I'll kill you (Sé amable con los animales o te mataré).

Pero, en su retorno a los escenarios, el espectáculo se puso en marcha con otro de sus recurrentes demonios: atacar a la Reina. Pues eso, The queen is dead, un clásico de cuando lideraba The Smiths, etapa de la que también sonaron en la capital portuguesa Hand in glove y, por supuesto, Meat is murder (Carne es asesinato), su emblemático alegato anticarnívoro.

Morrissey, el sábado pasado por las calles de Lisboa.

Como también se verá esta semana en España, cada vez se muestra más afectado, más melodramático, más gestual... en una palabra, más Raphael, a quien no conoce en absoluto (igual que el excantante oficial de Franco tampoco sabe de la existencia de su insospechado discípulo de Manchester).

Una aureola que ya evidenció en 2008, cuando nos dejó deslumbrados en el Festival de Benicàssim con una camisa de color amarillo eléctrico y un ritual en escena digno del mismísimo artífice andaluz de éxitos como Yo soy aquél o Escándalo.

De hecho, Iván Ferreiro (exlíder de Los Piratas y uno de los talentos más brillantes del pop español actual) ha declarado: “No me di cuenta de la importancia de Raphael hasta que vi en directo a Morrissey”.

Por su parte, Luis Miguélez (ex guitarrista de Alaska y Dinarama, además de McNamara, Glamour To Kill y hoy X-Rated Angels) corrobora entre sonrisas a infoLibre desde Berlín: “A veces le da a Morrissey un ramalazo flamenco y pasional que tiene mucho que ver con Raphael”.

El destino ha querido que el cantante de Linares presentara su 60º álbum en un local situado en la parte de atrás del Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid, sólo tres días antes del show del azote musical de Margaret Thatcher. Y le espetamos: “¿Crees que Morrissey tiene influencias tuyas?”.

Respuesta: “Yo no tengo que estar pendiente de si unos u otros me imitan o lo que sea”. Conclusión: nuestro amanerado cantante de 71 años (ídolo este verano de la parroquia indie que lo contemplaba en el festival Sonorama, de Aranda de Duero) desconoce por completo quién es este alumno aventajado británico que acumula ya 55 otoños.

El ex hombre encantador (no podemos olvidar This charming man, de The Smiths) se convirtió muy pronto en una de las estrellas más antipáticas y caprichosas del planeta rock, como pudimos comprobar los asistentes a su concierto en el castillo de Fuengirola (Málaga) hace una década: exigió a la organización un automóvil de lujo para cada día de la semana que pasó allí a cuerpo de rey.

Claro que su mayor excentricidad en España no fue otra que la cancelación –escasas horas antes- de su concierto con The Smiths el 19 de mayo de 1985 en el Polideportivo Anoeta de San Sebastián. Los que allí estábamos nos quedamos tan frustrados que la lluvia de piedras no se hizo esperar. Morrissey deprimido, decían los rumores que le ubicaban en un hotel muy coqueto de la vecina localidad de Zarautz.

Su reciente actuación en Lisboa puso de manifiesto que se centra en su último álbum, World peace is none of your business, y que las concesiones a los fans de los Smiths se cuentan con los dedos de una mano.

En cualquier caso, nunca se sabe cuál es la próxima sorpresa que nos puede tener reservada este mito viviente del pop, aquejado de diversos males en los dos últimos años: úlcera sangrante, doble neumonía, envenenamiento por comer alimentos en mal estado en Perú y... cuatro tratamientos consecutivos contra el cáncer.

Su autobiografía ha batido récords en el Reino Unido. Y el próximo año publicará su primera novela. Su propia vida lo es, naturalmente.

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