Libros

José Luis Cuerda: “Se están cachondeando de nosotros y encima no saben ni reírse”

El director de cine José Luis Cuerda, en el rodaje de 'La lengua de las mariposas'.

Contaba con la participación de algunos de los más destacados actores y actrices españoles, desde Antonio Resines hasta Saza, Chus Lampreave, Manuel Alexandre… Pero en aquel 1989, esa comedia absolutamente descacharrante, Amanece, que no es poco, no fue precisamente bien recibida por la crítica. Más bien un poco todo lo contrario. Casi tres décadas después, la tortilla se ha dado la vuelta, y el título puede presumir hoy uno de los más legendarios del cine español. Hay hasta legiones de fans, los amanecistas, capaces de recitar de memoria y del revés las delirantes frases pronunciadas en aquel pueblo donde Faulkner era religión, algún que otro hombre brotaba de los bancales y todos -a excepción del señor alcalde- eran contingentes y ninguno necesario. 

Su director y guionista, el albaceteño José Luis Cuerda (1947), ha encontrado entre sus cajones lo que supuso el germen de aquella película: los guiones de cinco capítulos de la que hubiera sido la serie de Amanece, que no es poco, que al final nunca se hizo realidad como tal, sino como filme. Titulado Amanece, que no es poco (la serie), el libro que ha publicado con ellos viene a complementar el del guion original de la cinta, ambos editados por Pepitas de Calabaza. Quedan por salir, pero saldrán, los textos de la tv-movie Total (1983) y del largo Así en el cielo como en la tierra (1990), que completarán en papel la trilogía de las grandes comedias disparatadas del autor. 

Captador como nadie de la esencia más absurda –y universal- de la españolidad rural, el cineasta manchego ha demostrado a lo largo de su filmografía ser capaz también de transmutarse y tocar los extremos. Si Amanece… destaca por su lado cómico, otras de sus cintas, desde Los girasoles ciegos a La lengua de las mariposas, lo hacen por aflorar su vis dramática. Entremedias, quedan otras como la onírica El bosque animado, o la canalla Makinavaja, serie de la que dirigió la segunda temporada.  

A él – asegura- le viene bien todo: lo que quiere es, simplemente, contar historias. Desde hace un tiempo anda metido a vinicultor, de lo que echa la culpa a Nicole Kidman y sobre todo a Alejandro Amenábar, para quien produjo sus tres primeras películas, entre estas la más internacional y rentable, Los otros, que le dio para comprarse unos viñedos. Entre uva y uva le da también a Twitter, editorial oficial de sus cuerderías. Con la otra, Pepitas, las va a publicar también en formato libro, ordenadas y maqueadas bajo el título de Me noto muy cambiá. 

¿Por qué Amanece, que no es poco nunca llegó a ser serie? ¿Cómo fue el proceso de transformación en película?

Amanece, que no es poco

Empezó con una película de una hora, que se llamaba Total. Fue muy criticada, pero luego en el Festival de Montecarlo recibió el Premio Especial del jurado y el Premio de la Crítica. Y de ahí surgió la idea de que se podía hacer una serie de televisión con ese material. Y a mí no se me ocurrió más que echar las patas para arriba y escribir una historia que no tenía que ver con eso, que era carísima, transcurría en todo el Mediteráneo, doblabas una esquina y pasabas de una calle de Barcelona a una de Génova, etc, etc. Y entonces me dijeron: no, hombre, esto no hay dinero para hacerlo, no podemos meternos en este proyecto, escribe otra cosa más cercana de alguna manera a Crónicas de un pueblo, más o menos. Y tampoco hice caso. Intenté que se pareciese algo pero también era carísimo y no se podía hacer. Y yo lo entendí, no me pareció nada raro. Lo que pasa es que de esa historia yo escribí y ni me acordaba. Escribí cinco horas, o sea cinco episodios de una hora. Los almacené –esto te estoy hablando del año ochenta y tantos, o 90, soy muy malo para las fechas, la memoria no es lo mío- y de repente, hace unos meses, me encuentro un archivador donde pone Guiones. Lo abro y me encuentro con cinco ladrillos, en los que está todo Amanece, que no es poco. Y si la película son dos horas y esto son cinco, pues un 60% de lo que hay en el libro de la serie no está en Amanece, que no es poco. Y Julián Lacalle (el editor) se lee esto y dice: pero si aquí hay cosas que son como Amanece, que no es poco, las tendremos que publicar. Le gustó y yo dije: allá él.

Con Pepitas de Calabaza ha publicado ya el guion de la película y la serie de Amanece, que no es poco, y saldrán los de Total y Así en el cielo como en la tierra. ¿Tenía la intención en su momento de crear una trilogía con estos títulos?Amanece, que no es pocoTotal Así en el cielo como en la tierra

No, no, se sumaron unas historias con las otras, y la trilogía, que es la que dices, se terminará publicando como tal. Y esto, lo que hay es el material del que sale luego Amanece, que no es poco, pero está estructurado como episodios. Era de una manera un proyecto que había que seguirlo para seguir el argumento, era una locura (se ríe). Lo verá el que lo lea. Hay personajes que no están luego en la película, otros que están más desarrollados, otros menos…

También hay un humor más negro, más bestia, ¿no?

En alguna cosa puede que sí, pero es que yo lo del bestialismo no sé qué es. A algunos les chocarán más unas cosas, a otros otras… Pero yo creo que el humor es el mismo.

Ya está publicado el guion original de la película, ahora la serie… ¿Habrá una novela?

Pues no lo sé. Ahora que lo dices, desde luego habrá material para una novela. Eso sí que es una reescritura totalmente distinta, y ya puestos, pues a lo mejor escribir una novela que no sea esto, que no hay que sobarlo más.

Tampoco hay que sobarlo, dice, pero el caso es que tanto tiempo después sigue dando juego. ¿Le sorprende eso, que aún a día de hoy Amanece… siga suscitando interés?

Amanece…

Sí me sorprende. Cuando te dicen: ¡Mira, que soy un amanecista enloquecido! Pues míratelo, eso tiene tratamiento seguramente.

De hecho, hay hasta un festival que se llama Rizoma, porque los organizadores vienen de Molinicos (una de las localizaciones de la película, donde esta se proyectaba en las fiestas del pueblo). O sea, que ha creado escuela.

Son alumnos… no sé si es bueno que sea escuela semejante cosa.

Pero no sé si verdaderamente cree que la película ha creado escuela, si detecta que hay otras películas posteriores que hayan bebido de sus fuentes.

Seguramente. Todos bebemos en algún momento de algo. Lo que tiene Albacete es un lenguaje muy particular que es muy vistoso, que es muy gracioso, y luego ese lenguaje pertenece a un tipo de personajes que también tienen su gracia. Y por ahí se ha encontrado una manera de contar historias que tiene su valor.

De hecho, es ese tipo de lenguaje que utilizan los componentes de La hora Chanante, que no sé si son albaceteños, pero sí de Castilla La Mancha…

Sí, sí, (Joaquín) Reyes es albaceteño. Y luego está también José Mota, que no es de Albacete pero sí es también manchego y usa mancheguismos.

Aquella película, y otras suyas como El bosque animado, retrataron una España rural que ya no existe…El bosque animado

Entonces no existía tampoco. La España rural no habla así. Pero esa paradoja, esa doble lectura de lo que está ocurriendo allí me parece que es fecunda para disfrutarla y para reflexionar sobre ella, las dos cosas.

Es cierto que esa España nunca existió porque era una España fantástica, pero sí que se agarraba a cosas reales, a personajes reales, como los labradores, el cura, el alcalde… Ahora esos arquetipos ya no existen, al menos no tan marcados. No sé si se imagina Amanece, que no es poco hoy: ¿cómo serían los protagonistas? Amanece, que no es poco

Es que yo ahora no conozco la vida de los pueblos españoles, conozco más Galicia, en la que paso más temporadas por la bodega. Y son distintos, desde luego, a los manchegos. Hay un mínimo común denominador que tiene todo campesino, pero luego se ramifica en la personalidad de cada uno de una manera distinta, la cultura en la que estás inmerso es distinta, etc, etc. Pero, hoy en día, yo no me iría a un pueblo a hacer películas de este tipo. La existencia de la televisión nos ha uniformizado bastante a todos.

La España que describía en Amanece, que no es poco era una España surrealista, absurda. ¿Siente que ahora la realidad le ha superado y que el país que vivimos hoy es aún más surrealista?Amanece, que no es poco

Por desgracia creo que no es nada surrealista, es el colmo de la sinvergonzonería. A mí siempre me ha gustado mucho la picaresca: el pícaro es alguien que lucha por su supervivencia, pero sinvergüenza es alguien que lucha para hacerse rico. Además, con la estulticia, la imbecilidad de pensar que van a vivir 200 vidas, porque esa acumulación de capital es una gilipollez como la copa de un pino. Una vez que tienes tú para disfrutar de una vida plena, tus hijos, tus nietos y tus bisnietos, el resto de acumulación de capital es una chorrada que hace el acta notarial de hasta qué punto el ser humano es imbécil, el más tonto de los descendientes del mono. Los monos son mucho más listos.

El ser humano es imbécil. ¿Y el ser humano español lo es más, o no es justo eso de que nos andemos siempre fustigando?

No nos fustigamos a nosotros, nos fustigamos el uno al otro. El español pone verde al español, pero a sí mismo no se pone verde. Y a España, España, España, una, grande y libre no se la pone verde tampoco. Es acojonante lo que está pasando, se están cachondeando de nosotros y es que encima no saben ni reírse, mira cómo se ríen los ministros, si ninguno tiene una sonrisa de la que te puedas fiar. A mí me parece incomprensible, y me parece incomprensible que a los tres días de descubrirse las cosas que se están descubriendo no estén en la cárcel, porque no es tan difícil. Se esperan hasta que no se pueden aplicar las penas porque se ha pasado el tiempo, se inventan subterfugios… Cada vez que sale una ley, parece que sale adrede para legitimar un atropello más.

Entre todos esos atropellos, está también el de la cultura. Pero, ¿cree que si se resolvieran temas de soluciones, digamos, institucionales, como puede ser el 21% de IVA, o la Ley de Propiedad Intelectual, el cine ya no tendría más problemas? Lo pregunto porque parece que hay otro problema quizá aún mayor, el de la percepción de la gente del cine y de la cultura en general como personas que viven un poco del cuento.

Hay muchos más que piensan que estamos pagando todas las chorradas, todas las mamonadas que han hecho los bancos. ¿Por qué tengo que rescatar yo un banco? Que me lo cuenten. Que alguien me dé una razón. Sí, ya sé las que me dan, que los bancos son necesarios… para ellos. Para mí no son necesarios. Resulta que te produce más beneficios tener el dinero en una caja de zapatos debajo de la cama. No te cobran gestión para llevarlo allí y sustituirlo por el orinal. Los bancos son instituciones mezquinas donde las haya. Y luego lo de los precios: no, es que el cine es muy caro. Un partido de fútbol en el Bernabéu, del Real Madrid-Sporting, que yo vi hace meses, porque pasé por la puerta un domingo, eran 60 euros, ¿eh? 60 euros la media. Y se llena el estadio. Además, tú vas a ver una película si alguien te dice 'Vete a verla, que es muy bonita', o 'Vete a verla, que lloras mucho, que te lo pasas muy bien llorando'. O 'vete a verla que sale una tía buenísima', o 'Menudo gañán hay ahí, ya verás qué gusto da verlo también'. Un partido de fútbol no sabes lo que vas a ver, puede ser un muermo de hora y media como la copa de un pino.

Por hacer de abogada del diablo, lo que tiene frente al cine es que es en directo.

Puedes vivir en directo una gilipollez como la copa de un pino. Pero lo vives en directo, eso sí. Y luego, los grandes futbolistas no tienen subvención ni tienen nada, son economías limpias donde las haya… son productos financieros, coño. Es muy fácil ir a por un tío alto, guapo, buen actor como Bardem… Leña al mono, hay que ir a por él. Que no cotiza en España… Y fíjate tú Pujol lo que ha cotizado en España.

O sea, que siente que hay una caza de brujas.

No te quepa duda. Totalmente, y además a partir de argumentos estúpidos e interesados. A los ministros de Asuntos Exteriores les debe de joder que España sea más conocida por Almodóvar que por ellos. Por ejemplo.

Viendo su filmografía, ha abarcado todos los palos, desde la comedia más loca al drama más oscuro. ¿En qué se siente más cómodo y qué le resulta más fácil de hacer?

Me da lo mismo, a mí lo que me interesa son los personajes y la historia. Procuro subirla en el coche para llegar lo más lejos: unas veces es la comedia, otras es el drama, otras es la tragedia, y otra es un error, porque me equivoco de género y lo hago mal. Todo tiene su versión dramática y su versión cómica, y yo la verdad es que me siento igual, dependerá de las circunstancias: hay veces que estoy de mejor humor y escribiré algo de risa, y hay veces que estoy de peor humor. Otras son textos que me encuentro y digo: pues qué bien está esta historia, y lo que procuro es no traicionar al autor, porque si no, para eso, haces otra cosa. Y procuro hacerlo en el tono del original, nunca he tenido la tentación de adaptar algo dramático en plan cómico o algo cómico como dramático. Pero el material con el trabajo es lo mismo: en el plano teórico con seres humanos y en el plano práctico con unos diálogos y unos actores.

Sin embargo parece que hacer llorar es más fácil, porque todos sabemos qué botones apretar, mientras que hacer reír es más complicado.

Yo me niego a tocar eso que llaman el corazón del espectador. El corazón del espectador es sagrado, no tengo yo porqué meterme en el corazón de nadie, y tengo que respetar su inteligencia. Hay una tentación actual de sacar por televisión a un hermano que vivía en Siberia desde la guerra civil y a otro que vivía en México, y juntarlos para que lloren delante del micro, y si es posible y hay suerte que se les relajen los esfínteres también. Si quieres darle un momento emocionante a dos personas les alquilas la habitación de un hotel y que se vean allí, se abracen, se besen, lloren, hagan lo que les dé la gana. Pero eso nunca debe ser un espectáculo, nunca. Y los programas que fomentan eso en televisión los hacen una piara de cerdos. Que se quedan muchos beneficios, porque además son muy baratos, son baratísimos.

¿Y para qué sirven el cine o la televisión?

Para muchísimas cosas. Para informar, para desinformar. Para decir la verdad, para mentir. Para hacer reír, para hacer llorar, porque yo es que soy un llorón, yo lloro cuando veo una masa fervorosa ante cualquier fenómeno, eso a mí me emociona mucho, por ejemplo. Pero eso no se monta para que yo llore.

Desde hace un tiempo anda muy enganchado a Twitter…

Mucho, casi todos los días.

Y una cosa que permite Twitter es crear aforismos, que se parecen un poco a estas frases fuera de contexto de Amanece, que no es poco. Amanece, que no es poco

Sí, sí, claro, hay diálogos de Amanece, que no es poco que caben en Twitter. Ahora se está preparando el libro de Si amaestras a una cabra llevas mucho adelantado, y Julián Lacalle, de Pepitas de Calabaza va a sacar un segundo libro, que se titula Me noto muy cambiá, que es un tuit que escribí y debajo, entre paréntesis, atribuido a Sir Winston Churchill. La de cosas que caben en un tuit…

Y con respecto a su faceta como vinicultor, ¿de dónde sale?

La culpable es Nicole Kidman y Alejandro Amenábar. O sea, los beneficios de Los otros, que fueron muchos, había que invertirlos, por lo menos parte, dentro de ese mismo año, en algo… Y yo busqué un edificio en Galicia, donde ya tenía una casa, para hacer una fundación y becar allí a guionistas y hacer exposiciones en verano, y hacer cinefórum… Y encontré un sitio, pero era de unos mexicanos que me tenían hasta las cinco de la mañana todos los días: mañana le llamo, mañana le llamo, y no llamaba ninguno. Y por fin encontré una casa del siglo XVI, preciosa, en medio de lo que había sido una viña desde el 1529, me parece que es. Y una vez que compré aquello dije: ¿y ahora qué hago yo aquí? Pues plantar viñas. Y ahí está. Hacemos el vino San Clodio, del que estoy muy contento, y que encuentra las dificultades inherentes al mercado del vino en España, y es que hay mucho, y bastante bueno, aunque otro malo, como en todos los sitios. Entonces, pues bueno, el año 2005 fue la primera vendimia que hice, planté en el 2002, y ahí sigo con San Clodio bendito, que es un monasterio que hay al lado de donde los cistercienses, que en el siglo XIII-XIV empezaron a decir cómo había que acondicionar el terreno , cómo había que plantar, qué uvas había que plantar, etc. Y estoy encantado.

¿Y el cine?

El mundo de la cultura y de la política despide a un clásico del cine español

El mundo de la cultura y de la política despide a un clásico del cine español

Y el cine… me están esperando, están deseando que vuelva a hacer cosas y tal, me llaman todos los días y no doy abasto… Me hago querer. Pues deseando rodar una película…

¿Tiene algún proyecto?

Sí, sí, a ver si sale alguno, no lo voy a empezar a decir porque luego las productoras empiezan a pelearse entre ellas a ver cuál la hace (se ríe). Aquí tienes que poner eso de entre risas (Y más risas).

Más sobre este tema
stats