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MERCADO DEL ARTE

(Parece que) hay luz al final del túnel del arte

Bodegón con cesta de fruta y plato con cerezas, de Juan van der Hamen, fue el cuadro más caro vendido en subasta en España en 2013.

Por segundo año, la Fundación Arte y Mecenazgo, dependiente de La Caixa, ha elaborado su informe El mercado español del arte, el único que analiza con exhaustividad la situación, los retos y las posibilidades del sector en términos económicos. Y tras una primera edición poco halagüeña, parece que las cuentas empiezan a cuadrar. O, si no tanto, parecen indicar que podrían empezar a cuadrar… si se dan las condiciones adecuadas bajo el auspicio de las instituciones y una mayor implicación de la sociedad civil. Así de voluntariosa es la positividad en tiempos de penurias.

Elaborado por la economista experta en mercado del arte Clare McAndrew, fundadora y directora de la empresa Arts Economics, que se dedica a la investigación y consultoría cultural, el documento arranca con una afirmación prometedora: “El mercado español del arte registró en 2013 unas ventas totales de 336 millones de euros. Esta cifra refleja un aumento del 3% en las ventas de galeristas y casas de subastas respecto al año anterior”.

He ahí las “buenas noticias” del paquete combinado que entregó McAndrew. Las malas, pues, se condensan en que, “en contexto, España no lo está haciendo tan bien como otros mercados en el resto del mundo”. “El consenso general es que el mercado está deprimido”, agregó la experta británica, “y por ello las galerías y las casas de subastas se están abriendo al mercado internacional”.

Antes de proseguir, puntualizamos: ¿De qué hablamos cuando hablamos del mercado del arte? Sobre todo, nos referimos al sector de las bellas artes, que incluye “pinturas, obras en papel, esculturas, y nuevos medios”. Esta porción es la más grande del pastel español, con un 60% de las ventas (de las que un 72% son de arte contemporáneo), y se complementa con el sector de las antigüedades y las artes decorativas, que ocupa el 40% restante del diagrama.

Ambos utilizan los mismos canales de distribución: galerías de arte, casas de subastas, ferias, ventas privadas e internet. Con respecto a esta última modalidad se pronunció sorprendida la autora del informe: solo un 1% de las transacciones en España se realizan online, un número muy por debajo de la media global. “Es difícil comprender por qué en España las cifras son tan pequeñas”, declaró la autora del informe, que explicó que esta vía es idónea para este tipo de adquisiciones, especialmente para los coleccionistas que no disponen de tiempo para visitar galerías o ferias.

Frente a esas dudas, hay algunas certezas. Por ejemplo, que ha disminuido el número de puestos de trabajo relacionados directamente con el mercado del arte, que el año pasado empleó a unas 10.000 personas. También, que “el problema en España radica tanto en el valor de las obras como en el volumen de ventas”. La mayoría de las piezas que se adquieren en España, en efecto, cuestan menos de 3.000 euros y, en total, el 99% de las transacciones se hacen por cantidades inferiores a los 50.000. 

La culpa, en parte, la tiene EEUU, ya que el grueso del arte de alto precio se vende allí, en Nueva York. También influye la caída generalizada del mercado europeo (del que España participa en un 2%, frente al 61% del Reino Unido), debido entre otras razones a la irrupción de China como potencia. Entre las trabas internas con las que tropieza España: falta de educación en la cultura del coleccionismo, escaso aprecio del Gobierno por el arte, necesidad de una mayor internacionalización, poca credibilidad y profesionalismo y problemas regulatorios e impositivos.

El famoso IVA, en ese sentido, vuelve a dar de qué hablar. Aunque el tipo se subió en septiembre del 2012 al 21% en todos los productos culturales, en enero de 2014 la cifra se bajó hasta el 10% (antes estaba al 8%) en el caso de las transacciones de arte. Pero solo en tres supuestos: la entrega directa de una obra por parte de un artista o sus sucesores; la entrega por parte de sociedades o profesionales que no tienen como actividad habitual la venta de obras de arte; y las importaciones de arte, antigüedades y piezas de colección. En esos casos, las ventas han crecido considerablemente desde que se rebajó el IVA a principios de este año, no así en el resto de supuestos, que siguen tributando al 21%.

“Los Gobiernos tienden a pensar a corto plazo”, lamentó McAndrew con respecto a la decisión de incrementar este impuesto, “pero lo cierto es que existe toda una serie de estudios que prueban que un mercado del arte potente a nivel nacional atrae mejores inversiones, y eso en sí daría mejores resultados que subir el IVA”. Más aún, aquí el Gobierno trata el arte como un bien de lujo, “lo que hace que se convierta en algo elitista, y lo aleja de la gente”.

Tampoco hay, ni habrá, ley de mecenazgo, una medida que, como señaló Leopoldo Rodés, el presidente de la Fundación encargada del informe, venían reclamando desde hace tiempo. “No me siento fracasado, pero sí decepcionado”, señaló en relación al anuncio ya realizado por parte del Gobierno de que, a pesar de las muchas promesas, no se legislará el mecenazgo. “A lo largo de los años nos han dado buenas impresiones, pero estas no se han visto redundadas”.

Y en estas, España se queda mirando mientras en el resto del mundo se disparan las ventas de arte: de acuerdo con el documento Tefaf Art Market Report 2014 (realizado también por McAndrew), el año pasado, el mercado global se puso casi al nivel previo a la crisis, con un volumen de ventas de 47.400 millones de euros, un 8% más que ejercicio anterior. Aquí, en 2008 la cifra ascendía a 480 millones anuales, frente a los actuales 336, que suponen un 3% más que en 2012.

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Hay más datos: por ejemplo, sobre los artistas españoles más vendidos. Y no, no hay sorpresas. A la cabeza está Picasso, y bastante por debajo nombres como Dalí, Gris, Chillida y Miró. Estos artistas, no obstante, se venden fuera. Ya comentamos que en España la práctica totalidad de las adquisiciones son por valores inferiores a 50.000 euros (la venta más alta en subasta el año pasado fue por 415.00 euros: la realizó la casa Segre, con un bodegón de Juan van der Hamen), y el picasso más caro de 2013 se despachó por más de 30 millones. Entre los 20 mejor posicionados, hay solo dos creadores vivos: Miquel Barceló y Manolo Valdés.

¿Significa todo esto que el coleccionismo de arte es una inversión más, como guardar el dinero en el ladrillo? “Nosotros lo entendemos como mecenazgo”, apuntó Mercedes Basso, directora de la Fundación, que destacó la labor de conservación que realizan los coleccionistas así como la difusión del arte a través de su colaboración con las instituciones.

Estas instituciones públicas, a todo esto, suman solamente el 3% de las adquisiciones de obras, frente al 87% de coleccionistas particulares, entre españoles y extranjeros. Su mayor implicación, dijo McAndrew, “podría abrir una vía”. Pero antes haría falta una nueva perspectiva. “En España la educación se enfoca en producir unidades productivas”, alertó. “Se aprenden economía, o finanzas… pero se deja de lado la formación artística”.

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