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Cultura

Podemos y la cultura: romper con la dicotomía entre privatización y subvenciones clientelistas

Situar a la cultura como sector fundamental del edificio del Estado; priorizar la diversidad y la accesibilidad frente a la mercantilización y el clientelismo; promover la participación activa de la ciudadanía y garantizar la sostenibilidad económica del sector. Estos son, a grandes rasgos, los pilares que sustentan el documento marco La cultura que Podemos, que se presentó este jueves ante los medios. El texto, promovido por el círculo de cultura de Podemos, quiere servir más que nada de punto de partida desde el que empezar a entablar conversaciones con los diferentes agentes de la industria para, a partir de ahí, definir medidas concretas.

No esperen, pues, cifras exactas sobre a qué cantidad creen desde Podemos que debería bajarse el IVA cultural: lo que se plantea aquí es, por ahora, que hay que bajar ese IVA cultural. Lo mismo que el mecenazgo, o la Ley de Propiedad Intelectual, o las subvenciones, o los presupuestos públicos destinados a cultura: en este momento, no hay una lista definitiva de los cómos ni los cuántos. Según explicó Jorge Lago (editor), que presentó el escrito junto a Jazmin Beirak (comisaria e investigadora de arte), Pablo Iglesias Simón (director de escena y dramaturgo) y Belén Guerra (gestora cultural), todos miembros del Consejo Ciudadano Estatal, este “no es el programa político de cultura de Podemos, sino que quiere ser herramienta para abrir un debate en busca de soluciones”.

Esas rondas de conversaciones que van a tener con los diferentes agentes involucrados, desde las grandes instituciones culturales a los espacios independientes, arrancarán este mismo mes de febrero. El partido quiere, lo primero, promover una “escucha sistemática” de los problemas y potenciales soluciones detectados, porque “no se puede plantear un cambio de modelo sin que los responsables no sientan ese cambio como suyo también”. Aunque más que en transformar, como subrayaron, su proyecto consiste sobre todo en proponer un verdadero modelo, uno capaz de trascender el cortoplacismo y de pervivir más allá de los cambios de Gobierno, “porque ahora lo que tenemos es su ausencia”.

Con más de 300 personas, el círculo de cultura de Podemos aspira igualmente a contar con el apoyo y las aportaciones no solo de los profesionales de la cultura, sino del conjunto de la ciudadanía en general. Para ello este dossier La cultura que Podemos quedará a la disposición del público, al tiempo que ya se están conformando grupos de trabajo por sectores, temáticas y disciplinas culturales. Más allá de esta apertura, que aseguran supone una “novedad” por parte de un partido político, Beirak destacó también que el documento “no toma la cultura como elemento decorativo ni como recurso económico ni político”. Para ellos, se trata de un asunto "serio". 

“El gran reto es que (el documento) propone romper con la dicotomía de la privatización y el abandono de la cultura a las leyes del mercado o la política institucionalizada que sirve para intereses partidistas”, abundaron. Podemos aboga además por integrar comunicación, cultura y medios a través de una política común. En el ámbito de los medios de comunicación su intención es la de “equilibrar el panorama de los medios públicos y privados”, para lo que se crearía una autoridad reguladora independiente, se promovería la gestión autónoma de los medios públicos y se desarrollaría un marco legal específico.

La educación, por otro lado, también debería estar íntimamente relacionada con la cultura, por lo que se incentivarían los esfuerzos para integrar formación y creación y se promoverían las inversiones en I+D+I cultural. En lo referente a las instituciones, estas deberían ser “democráticas, transparentes y responsables”. O, como ellos las denominan, deberían ejercer de “instituciones de retarguardia”, es decir, ser organismos que faciliten y apoyen, que escuchen y sean independientes del poder político pero que no interfieran o ejerzan un control.

Cultura diversa

Ante el statu quo que “prima unas manifestaciones frente a otras de forma caprichosa”, como dijo Iglesias, Podemos propone dar cabida a todo tipo de creaciones. ¿Cómo? “Mediante el apoyo a las prácticas de carácter exploratorio, la creación emergente, la cultura popular o de base, o las iniciativas impulsadas por colectivos que representen la riqueza y la complejidad de la sociedad”, según reza el documento.

Cultura accesible y participativa

“La cultura no puede ser un artículo de lujo, sino un bien de primera necesidad”, señaló Iglesias, quien remarcó que “los ciudadanos deben ser participativos y no consumidores pasivos”. Para ello, van a incidir en problemáticas como la legislación sobre propiedad intelectual, que “debe hacer que el acceso legal sea fácil y deseable” frente a la idea negativa de criminalizar los enlaces. La bajada del IVA cultural, “que es injusto”, además de por elevado “porque se aplica a todos, independientemente de su renta”, marca inevitablemente otro de sus campos de batalla; lo mismo que el desarrollo de unas licencias de derechos de autor más flexibles o la modificación del actual modelo en que se basan las sociedades de gestión de derechos de autor.

Cultura sostenible y autónoma

Ante una “situación económica y laboral casi desesperada” en la que impera no solo la “precariedad” sino también “los ataques a la cultura” materializados, por ejemplo, en ese IVA al 21%, Podemos considera primordial acabar con políticas de derroche como las que se han venido llevando a cabo en los últimos años. Más allá, dice el documento, sería necesario “redimensionar y racionalizar los presupuestos culturales” al alza; “replantear el carácter de las ayudas públicas a la creación”, que funcionan solo a corto plazo y no generan estructuras perdurables; “reordenar los impuestos directos e indirectos” y establecer un “IVA superreducido” o “articular una legislación de desarrollo y financiación cultural que fomente la colaboración de particulares y entidades privadas”.

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