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Música

James Taylor revive el sueño californiano

James Taylor, en una foto promocional.

Francisco Chacón

Antes de este mundo, ahí se sitúa James Taylor en su delicioso retorno discográfico, tan deudor del sueño californiano como siempre. Su voz de terciopelo permanece intacta en su nuevo disco Before this worldBefore this world, la prueba de que el espíritu del clásico You've got a friend no ha remitido ni un ápice.

Cuando uno asiste a uno de sus rituales softsoft, como el que desplegó en La Riviera madrileña en mayo de 2012, se da cuenta de que el poso de los años transcurridos desde aquel October road no ha hecho más que asentarse.

Taylor es la encarnación del hombre tranquilo, del this charming man que cantaba Morrissey al frente de The Smiths. A sus 67 años, ha alcanzado la plenitud con su música envolvente y sus mensajes reposados pero comprometidos. Siempre con los sentimientos por bandera. Before this world evidencia esa dualidad en todo su esplendor, repleto como está de canciones con clase que acarician el oído. Stretch of the highway nos remite a Steely Dan, Watching over me muestra su lado más feliz, Wild mountain thyme presenta resabios folk y Far Afghanistan invoca las consecuencias de los atentados del 11 de septiembre en una letra que no tiene desperdicio.

“Estaba preparado para sentir el terror y volverme loco./ Estaba preparado para sentirme nostálgico, lo peor que se puede vivir./ Esperaba que me odiasen y me insultasen a la cara,/ Pero nada podía prepararme para la belleza del lugar./ No importa lo que te digan:/ Todos los soldados hablan con Dios./ Es una conversación privada escrita en tu sangre./ El enemigo no es diferente./ Impresionante viento sagrado./ Ese bastardo loco habla con Dios y su Dios le contesta”.

Llora el mensaje de James Taylor, azuzado por las historias de ida y vuelta que le llegan a través de los sobrecogedores testimonios de oficiales norteamericanos

Wim Mertens, minimalismo sublime

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Y el mítico club Troubadour de Los Ángeles asoma entre los ecos de sus cuerdas vocales cadenciosas, las mismas que redimieron a toda una generación cuando Vietnam se convirtió en una pesadilla y los acontecimientos sociopolíticos a ambos lados del Atlántico se encaminaban hacia la pérdida de los derechos que tanto había costado lograr.

Taylor, con su aspecto de plácido man-next-doorman-next-door, puede dar lecciones (de hecho, así acontece) a las decenas de cantautores contemporáneos que encandilan a los hipsters con más sensibilidad.

El triunvirato a la californiana sobrado de clase no podía estar completo sin los otros dos vértices: Carly Simon y Carole King. La primera con el maravilloso You're so vain y la segunda con composiciones tan magistrales como Will you still love me tomorrow?

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