Cine

La historia del cine se escribe en papel cuché

Raquel Meller, en portada de la revista 'Arte y cinematografía', en 1929.

En ellas despotricó Jacinto Benavente contra el cine sonoro. Ellas han guardado textos de Jardiel Poncela, Miguel Mihura, Fernando Fernán-Gómez. Fueron reflejo del florecimiento cultural de la república, del tajo que supuso la Guerra Civil, de la exaltación del espíritu nacional, de la batalla por la democracia, de la fértil Transición, del boom de los 90boom . Las revistas de cine han recogido en papel satinado la historia de la gran pantalla: qué escenas alimentaban la imaginación de los españoles, qué cuentos se contaban, a quiénes adoraban. Y también dónde estaba la industria y qué se permitía decir. Ahora la Academia de Cine acoge la exposición Papel, tinta y acción. Las revistas de cine españolas 1910-2015 (del 14 de septiembre al 23 de octubre), una colección de 120 ejemplares de más de un centenar de cabeceras publicadas en el país en el último siglo. Desde Raquel Meller a Penélope Cruz. 

La primera ilustra la revista Arte y cinematografía, que con su nacimiento en 1910 se convirtió en la decana de la prensa especializada. "La eminente canzonetista aparecerá pronto en el MOVIETONE FOX, interpretando algunas de sus mejores canciones...", reza el número de mayo-junio de 1929. Un poco más allá, un primer plano de Pe ocupa la última portada de Fotogramas —la más longeva de las cabeceras, nacida en 1946— con motivo de la nueva película de Julio Medem. Entre una y otra, (casi) todo el cine español, y ríos de tinta. Inés Toharia e Isaac García, organizadores de la exposición, guardan algún que otro litro en su librería, El Grifilm. La tienda, que puede presumir de uno de los catálogos más amplios en estas lides, no está en Madrid ni en Barcelona, sino en Urueña (Valladolid), un pueblo de menos de 200 habitantes que cuenta con siete librerías. "Tenemos miles de ejemplares, y alguna colección completa, como la de Dirigido por...", explican. Nunca se han parado a echar números. 

Hace tres años que preparan la muestra. "Siempre decíamos que, con todo lo que teníamos, había que hacer algo", dice García. Algo, como resumir en unas portadas la historia del cine en España. Que no cine español. "En estos primeros años, prima el norteamericano y el francés, y muy tímidamente el español", explica Toharia, deteniéndose ante un ejemplar de El Cine, revista editada a partir de 1912 en Barcelona, como la mayoría de estas pioneras. Aquellos primeros textos, abigarrados y estirados, apenas podrían ser calificados de informativos sin sonrojarse. "Eran, básicamente, publicidad de las productoras, y se mantenían con la publicidad de estas, los anuncios de maquillaje o moda [de lo que se deduce que el público objetivo era el femenino] y las ventas", explican los comisarios. El director de la publicación dejó por escrito sus inquietudes periodísticas: "El crítico de cintas cinematográficas debe, en España, mentir en todos los conceptos, pues diciendo la verdad pura y neta se gana la antipatía de todos y se expone a que el periódico que acoge sus escritos se vea privado del anuncio de la casa productora". Son los periódicos España (fundado por Ortega y Gasset) y Blanco y Negro donde aparecen las primeras críticas que marcarían el sendero de los poco frecuentes caminantes.

El interés por el público y la prensa en esta nueva forma artística crece con rapidez. En los quioscos aparecen Tras la pantalla, revista semanal que publica la biografía novelada (y teñida de rosa) de los actores de Hollywood o La novela semanal cinematográfica, adaptaciones de argumentos de cine mudo al folletín. Las revistas siguieron fundándose (Popular Film, La Pantalla, con artículos de miguel Mihura, Jardiel Poncela o Edgar Neville) pese a la dictadura de Primo de Rivera: "Al no tratar temas políticos, y ser considerado algo frívolo, no había tanto control", explica Toharia. Durante la Segunda República, el catálogo de amplía. El comunista Juan Piqueras funda en París Nuestro Cinema, "la primera publicación que ha reconocido un valor social" en el nuevo medio, como defendía la publicación, y que llegaría a contar con colaboraciones de Georges Méliès. En 1931, coincidiendo con el sufragio femenino, aparece Cine y hogar, la primera revista especializada dirigida por una mujer, Rosario Jenequet. 

Lucha sobre papel

La puerta abierta durante la República se cierra tan estruendosamente como tantas otras en la Guerra Civil. Piqueras es asesinado en 1936, en el transcurso de una visita a España, donde le sorprende el levantamiento militar. Desaparecen Arte y cinematografía, El Cine, Films Selectos... Arte y cinematografíaEl CineFilms Selectosy, por supuesto, la subversiva Nuestro Cinema, "precursora de todas las publicaciones españolas de corte social", según los comisarios. Se impone el vacío de la guerra y, poco a poco, el gris de la posguerra. Solo Radiocinema nace en plena contienda. "¡Arriba España!", se lee en la primera página de la publicación

De una portada de Radiocinema con un retrato de Virginia Grey casi militar, se pasa al Technicolor de Fotogramas. Atrás quedaba la creación de Primer Plano y Cámara, con una exaltación del "espíritu nacional" y su expresión en el cine, ocupadas por reflejar "lo español" (un tipo concreto de españolidad) en pantalla. "Casi todos los papeles de los años cuarenta son cadáveres amarillos y, sin embargo, aquel primer Fotogramas hecho en papel de posguerra civil y en económicos coloridos adecuados a un país lleno de tuberculosis, conserva la misma magia que ofrecía a los áridos ojos de una ciudadanía recién salida del claroscuro de la muerte", escribiría Manuel Vázquez Montalbán. 

En los cincuenta, las revistas de cine parecen anticipar un modesto resurgir de la oposición al régimen. Al tiempo que desaparecen las cabeceras más cercanas al aparato cultural franquista, nacen publicaciones que, tras el aparentemente inofensivo ocio de masas, esconden ideas agudas, peligrosas. Objetivo cuenta en sus filas a los rojos Juan Antonio Bardem, Jorge Semprún, Eduardo Ducay, cercanos al Partido Comunista Español. Cuando el Gobierno la cierra en 1955 alegando problemas administrativos, Cinema Universitario toma el relevo.

Se intuye lucha tras esas portadas monoscromas y austeras. Los mismos que firmaban en sus páginas fueron los pilares centrales de la Conversaciones de Salamanca, el debate construido en 1955 en torno al cine español impulsado por el realizador Basilio Martín Patino. Estaban Luis García Berlanga, Fernando Fernán-Gómez, Juan Antonio Bardem, Carlos Saura. Se homenajea a ¡Bienvenido, Mr. Marshall! y El ladrón de bicicletas, se estrena Muerte de un ciclista. "Desde las revistas, se impulsa otro tipo de cine español. Si las conversaciones tuvieron relevancia es porque derecha e izquierda coincidían: era necesario un cine social, al modo del neorrealismo italiano", explican. Sin embargo, Cinema Universitario sería cancelada también en 1963, siendo sustituida años más tarde por Nuestro Cine, que toma su cabecera en homenaje a la republicana Nuestro Cinema

Movida en los quioscos

Los cuentos ácidos de Edgar Neville

Los cuentos ácidos de Edgar Neville

La siguiente explosión cinéfila tiene lugar en la Transición, tiñéndose las revistas tembién del flúor de la Movida. El espectro cinematográfico se amplía: aparecen las especializadas Fan fatal, Nosferatu, Dezine, que, como el resto del panorama cultural, arden vistosamente y desaparecen poco después. Dirigido por..., hereda el cine de autor, lanza Imágenes de actualidad. Y sigue ensanchándose el panorama: los noventa acogen al cine fantástico y de terror, la industria crece con CinemaníaCinemanía, y las universidades, filmotecas y la propia Academia lanzan sus publicaciones especializadas. "En los primeros años de la democracia hay un interés por dar espacio a cosas que antes no lo habían tenido", indica Toharia. "Y luego, la industria parece ser más fuerte en los noventa", completa su compañero, señalando un ejemplar de la efímera Action Heroes, que usa como reclamo los estrenos de varias sagas de acción, de Rocky a Alien

Desde el 2000, poca novedad. Cahiers de Cinema (actualmente Caimán) y la revista de origen francés So Film evidencian la permanente influencia del país vecino. Versión Original y Lumière tratan de llamar a un espectador erudito. No hay grandes movimientos. ¿Les afecta también la crisis del papel, o la crisis a secas? "Quizás menos, porque sus lectores son más fieles. Pero habría que preguntarse cuántos de ellos han dejado de ir al quiosco. Quizás para una segunda parte de la exposición", se plantean los comisarios. Eso, o hacer un catálogo de esta muestra. O un libro. Quién sabe. Todo, escudriñando la historia del cine desde los papeles quebradizos de una librería en Urueña, con un ojo puesto en el próximo número. 

Papel, tinta y acción. Las revistas de cine españolas (1910-2015). Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas, calle Zurbano, 3, Madrid. Del 14 de septiembre al 23 de octubre. De lunes a viernes, de 10.00 a 14.00 y de 16.00 a 18.30. Entrada gratuita.

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