Música

Yeska, rock and roll manchego con mano izquierda

La banda de rock manchega Yeska.

"Queríamos hacer algo reivindicando la izquierda, un rollo contracorriente", explica Julio (bajo) cuando le preguntan por el nombre del nuevo disco de Yeska, Versos Zurdos. Cinco años después de que publicaran su primer trabajo discográfico, Diez ases en la manga, los manchegos han vuelto a la carga con un disco un tanto distinto. Han apartado ligeramente el sonido cargado, punk-rock y pesado de sus primeros temas para darle una forma más rockera y melódica –y con una notable mejora en las letras, todo sea dicho–.

¿Influencias? Julio explica a infoLibre que escuchan "un poco de todo y eso al final acaba marcando", pero reconoce que si tienen que elegir, se quedan con el rock clásico de los 80, citando a grupos como Burning y Los Enemigos. Pero, cuando uno los escucha, es imposible no pensar en grupos como Barricada, Extremoduro –en sus inicios–, Reincidentes o Porretas. Y es normal: Fernando Madina –voz de Reincidentes– ha sido el productor de sus dos discos, además de haber invitado a Yeska a compartir cartel con su banda en numerosas ocasiones. "Estamos muy contentos con él, nos gustó la experiencia y queríamos repetir", cuenta el bajista de la formación.

El cambio de sonido en Yeska también se aprecia en las colaboraciones de otros músicos en sus discos. Mientras que en su álbum debut colaboraron, entre otros, Vikingo (Narco) o El Drogas (entonces en Barricada), en esta ocasión han participado Rubén Pozo (Pereza) o Lichis (La Cabra Mecánica). No obstante, también están presentes músicos que no dejan de lado ese pasado, como Kosta (Boikot), Yolanda Madina (Horror Business) o Isabel (Insolenzia).

Estos dos últimos nombres llaman, desgraciadamente, la atención, ya que suele haber muy pocos grupos de música –sobre todo en primera línea– formados por mujeres. "Queríamos presencia femenina porque muchas veces en el rock faltan mujeres", reconoce Julio, que añade que "aunque nosotros somos cuatro tios, queríamos reivindicar el rock femenino, además de que las canciones han ganado con estas voces".

Por otro lado, la banda  se enfrenta a este nuevo reto –sacar disco y salir gira lo es– con dos cambios en la formación original: batería –que "se tuvo que ir a buscarse las castañas fuera de España"– y guitarra –"que pasó lo contrario: estaba trabajando y no sacaba tiempo"–.

En los cinco años que ha habido entre los dos discos, Yeska decidió hacer un pequeño homenaje a Marcos Ana –preso comunista durante 23 años en la dictadura franquista–, que se materializó en forma de canción, videoclip y documental. "Es una persona que nos llama mucho la atención por toda la historia que tiene detrás, queríamos poner nuestro granito de arena para que la gente lo conociera. Es una persona que se entrega fácilmente, del que aprendimos mucho.

Crowdfunding y música en Castilla-La Mancha

A pesar de tener contrato con el sello Maldito Records, Julio apunta que "la discográfica no financia, solo distribuye", motivo por el cual el grupo deicidió apostar por el crowdfunding. "Estos tiempos son jodidos para andar pidiendo pasta, pero creíamos que era la mejor forma de hacerlo bien y solo veíamos esa salida: que la gente que quería apoyarnos y tener el disco lo comprara con antelación para así poder financiar todo. La gente ha respondido genial, y nos podemos dejar de agradecer que hayan puesto su granito de arena", comenta.

Son uno de los pocos grupos castellano-machegos –naturales de Herencia, Ciudad Real– con proyección en toda la Península. Julio lamenta que Castilla-La Mancha es "una región en la que hay pocos sitios donde actuar y, además, estan cerrando". Pone como ejemplo que "en estos 5 años que llevamos presentando el disco, la comunidad en la que hemos tocado es la nuestra". Eso sí, avisa: "Músicos hay, y de calidad, pero pocos medios y poco apoyo para demostrarlo".

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Una situación que, relata, no se da en otras partes de España: "Si te vas a cualquier barrio de Madrid o a cualquier comunidad, sobre todo en el norte, hay mucho más apoyo tanto del público como de instituciones o salas. En Castilla–La Mancha está muy muerto todo lo relacionado con la música en vivo".

También muestran su respeto por las bandas clásicas del género –"Si no fuera por ellas, igual muchos de nosotros ni existiríamos"– y aunque cree que "deben seguir ahí y queremos que sigan", lamenta que "tanto festivales como público tengan cierto reparo a la hora de dar oportunidad a bandas nuevas". "Hay gente que se gasta 20 euros en una entrada para ir a ver a Reincidentes, y luego no se gasta 5 en ir a ver a tres grupos nuevos. Igual le gustan más, pero no lo saben, no lo han escuchado, no le dan la oportunidad", pone como ejemplo.

"Ojalá los festivales vayan apostando por grupos nuevos. Deberían meter bandas nuevas y a buenos horarios. A ver si el público en vez de irse a la tienda de campaña nos hace caso", bromea.

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