Cine y política

Fernández Díaz: “A veces le pregunto a Dios por qué me ha colocado aquí”

El ministro Fernández Díaz, en el documental 'El colibrí'.

"Yo a Don Jorge le he conocido ya convencido de la conversión. Ahora es de misa diaria y comunión diaria". Al otro lado de la reja (de dos rejas, para ser exactos), una de las monjas del Carmelo de Maluenda, en Zaragoza. El Don Jorge del que habla, que solía visitar el convento carmelita de niño para ver a su tío sacerdote, es el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz. "Ya sabe, madre, que yo soy muy providencial. Cómo se manifiesta la presencia de Dios en las obras está muy claro", le dice el dirigente del PP, que sigue pasando por allí a menudo. El documental católico El colibrí recoge en una larga entrevista las creencias religiosas del popular, muy cercano al Opus Dei, que repasa su fe en los milagros, habla de las acciones del demonio y el martirio y llega a analizar su responsabilidad "cristiana" con los migrantes que tratan de saltar la valla de Melilla. 

El documental, dirigido por el sevillano Francisco Campos —esta es su segunda película, después de la cinta El Rocío es compartir, una defensa de la romería— está lejos de ser crítico. Según su propia sinopsis, Campos charla con el ministro "en un clima amoroso de complicidad, apertura y empatía", y el filme "bucea en la esencia de los valores cristianos como fórmula para transformar" la sociedad. En ese ambiente, Fernández Díaz explica largamente su vida religiosa una semana después de asegurar en una entrevista en La Vanguardia que su ángel de la guarda, Marcelo, le "ayuda en pequeñas cosas, como aparcar el coche". El documental se estrena el 25 de diciembre, "coincidiendo con el día del nacimiento de Jesús", en dos cines de Sevilla y Alcalá de Henares. 

— ¿Crees en los milagros? —pregunta el realizador, a quien Fernández Díaz recibe en el Ministerio del Interior. 

— Evidentemente, por supuesto.

— Porque se ha dicho científicamente que no existen…

— Bueno, la ciencia y la fe son compatibles y complementarias. La verdad es única y… eso está muy estudiado, igual que la compatibilidad de la fe y la razón. Pero negar los milagros es negar la posibilidad de acción de Dios en el mundo. El que crea en los milagros no quiere decir que uno se dedique a no hacer nada.

Fernández Díaz ha contado en varias ocasiones que, aunque ya era creyente, la fe le llegó en 1991 en Las Vegas, adonde había sido invitado por la Embajada de Estados Unidos en España. "Mi conversión fue más del camino de San Agustín, en el sentido de que el suyo fue un proceso de años y de lucha. En el 98 fue finalmente cuando el Señor me dijo: ‘Hasta aquí hemos llegado, se acabó ya la broma", recuerda el ministro. Cuando el director trata de saber algo más sobre el porqué de su transformación, el popular responde, enigmático: "La providencia se me manifestó de una manera muy especial, la mano en el corazón misericordioso de Dios. Dejémoslo ahí".

El colibrí y la valla de Melilla

El título de la película viene de una fábula que el director cuenta al ministro. Un incendio se extiende por el bosque, y todos los animales huyen. Un colibrí trata de apagarlo transportanto gotas de agua. "¿Qué haces, si con eso no vas a apagarlo", le preguntan. "Pero al menos hago mi parte", contesta el pájaro. Fernández Díaz, después de escucharla, se compara con el pájaro en varias ocasiones: "Tengo que hacer lo que el colibrí", dice el responsable de las fuerzas de seguridad del país. Curiosamente, el fundador de Podemos Juan Carlos Monedero suele terminar sus charlas con esta fábula, que atribuye al activista brasileño de izquierdas Herbert José de Sousa, Betinho.

En un momento de la charla, el único tenso, Francisco Campos muestra varias estampas de Jesús al ministro. ¿Qué ve en ellas? "El Niño Jesús". Le pasa una imagen de un migrante trepando la valla de Melilla. 

— Y en esta, ¿ves al niño de verdad? 

— Eh… Evidentemente, sí, sí. Veo a ese hombre al que se ha referido tanto Jesucristo, al hombe que sufre… Y necesita, en el más extenso sentido de la palabra… Le veo a él… En fin, está ahí. Esta persona inmigrante que está intentando entrar, me imagino, en España. Sin duda es un hijo de Dios.

— ¿Qué parte haces tú con esto?— dice Campos, refiriéndose a la fábula. 

— Me interpela de manera muy directa por mi responsabilidad. A veces le he preguntado [a Dios] por qué me ha colocado aquí en estos momentos. (...) Pero un ministro del Interior tiene una misión, no la más importante ni en detrimento de otras, pero ante todo y sobre todo garantizar la seguridad de los ciudadanos.

Y para demostrar su compromiso con los migrantes —aunque haya alabado la "eficacia" de la malla anti-trepa en la frontera y haya defendido la legalidad de las devoluciones en caliente—, Fernández Díaz acepta la estampita que le da el director, un montaje de Jesucristo y un inmigrante irregular. Acto seguido defiende: "Hay fronteras que delimitan los territorios, y la Guardia Civil tiene encomendada la misión de intentar impedir que se entre ilegalmente. No creo que sea mucho pedir que se entre legalmente".

El demonio se "cabrea"

Uno de los momentos más pintorescos del documental es el que gira en torno a una supuesta acción del demonio para boicotearlo. El director asegura que ha tenido varios contratiempos durante el rodaje, y pide a las monjas carmelitas que recen por la película: "No sabemos qué está pasando, que nos salen muchas trabas, nos ponen muchos problemas…". "Es el demonio, que no quiere que salga el Señor a flote", contesta una religiosa. La conversación continúa con el ministro:

—El demonio no para, ¿eh?— dice Fernández Díaz.

— Me han pasado muchas cosas en el rodaje. Se nos ha estropeado el coche…

— No tengas ninguna duda. Pero eso quiere decir que estás en el buen camino. Si hace eso es porque le cabrea.

Después de un breve corte, el ministro matiza: "Pero unas obras son las del demonio, y otras son acciones de Dios que son mortificaciones y purificaciones que nos pone en el camino. El calvario". Y recopila las menciones de los distintos papas al "misterio de la Cruz": "Benedicto XVI en la puerta de Auschwitz dijo: ‘Señor, ¿qué explicación nos das para esto?".

El ministro, a preguntas del realizador, niega que solo los de derechas puedan ser religiosos: "Las categorías políticas no son categorías divinas. De hecho lo de izquierda y derecha, y centro, y progresista, y conservador está hoy hasta humanamente superado". Rechaza también que la izquierda esté más preocupada por los "necesitados": "Parece que la izquierda pone el acento en la solidaridad y la justicia social, pero ¿quién no está a favor de la solidariad y la justicia social y de que quien más tiene más dé, etc?". Aunque termina señalando que "de buenas intenciones no se mantiene el Estado del bienestar".

Plácido 2015

Plácido 2015

Porque Fernández Díaz está especialmente orgulloso de la presencia de la religión en la vida pública. "Perdóneme la comparación, porque siempre son odiosas: entre una procesión de carnaval y una de Semana Santa, no hay color", defiende. Y asegura que los españoles son "unos privilegiados": "Como se vive la Semana Santa en España y los países que son de nuestra estirpe... Estos países tienen un anclaje en este mundo tan complicado que es muy importante, más importante de lo que parece".

Después de la hora de entrevista, que Fernández Díaz define como "confesión", se observa al ministro acudir al Carmelo, rezar y santiguarse con agua bendita. Su parábola favorita: la del hijo pródigo. 

 

Más sobre este tema
stats