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Libros

El desmonte literario

La escritora Gabriela Massuh.

Gabriela Massuh (Tucumán, Argentina, 1951) ha elegido para su última novela, Desmonte (Adriana Hidalgo) tocar dos temas diametralmente opuestos, a horas y mundos de distancia: de un lado, el sufrimiento de los pueblos nativos expulsados de sus tierras por las gigantescas empresas agrícolas; del otro, el universo literario bonaerense, ocupado en sus vanguardias y luchas intestinas. "El mundo urbano está tan concentrado en su ombligo cultural, y afuera pasan cosas tremendas", dice frente a un café ya terminado en su visita a España para la promoción del libro, "El hecho de contraponerlos era para demostrar la ridiculez y el escándalo".

Que lo critique ella es especialmente significativo. La profesora universitaria, periodista y traductora de Kafka y Rilke gestionó durante dos décadas las actividades del Goethe Institute de Buenos Aires, clave en el resurgir cultural de los ochenta y noventa en la capital. Cuando dejó la tarea, se pasó a la ficción, después de varios volúmenes de ensayos. La intemperie (2008) fue recibida con asombro por la crítica: ¿la gestora cultural se metía a novelista, y además lo hacía bien? Desde entonces han llegado La omisión (Adriana Hidalgo, 2012) y el que ahora tiene entre manos.

Con todo, se sigue sintiendo extranjera en un mundo literario "de camarillas" con el que no es nada indulgente. Así como no lo es con el presidente Mauricio Macri, contra quien batalla desde su etapa de jefe de Gobierno de la capital, que Massuh trató en el elocuente ensayo El robo de Buenos Aires. La trama de corrupción, ineficiencia y negocios que le arrebató la ciudad a sus habitantes (Sudamericana, 2014). El relato que hace de la actualidad argentina y su mundo cultural es extrañamente cercano a la realidad española. 

Guaraníes contra la soja

Allí, en esa trama heredada, vive la protagonista, Catalina, periodista cultural atormentada por la ausencia de su hijo, del que no sabe nada desde hace tiempo. A sus contratiempos urbanos, sus cuitas familiares y laborales, sus ambiciones literarias, Massuh contrapone (con crueldad hacia su personaje) la batalla que libran los pobladores originarios de Orán, al norte del país, contra el Ingenio, compañía adquirida por una multinacional canadiense que se dedica a expropiar tierras y talar bosques para sembrar sus cultivos. Ambas tramas se unirán finalmente en la resolución de un, digamos, suspense emocional que recuerda a La omisión

El acercamiento de Catalina a la región de Salta y el conflicto de sus habitantes es análogo al que vivió Massuh, que tomó como maestra a Norma Giarracca, socióloga rural fallecida el pasado año que le acercó a la lucha de los guaraníes por sus tierras. El modus operandi del Ingenio, dedicada a cultivos como el tabaco o el azúcar, y más recientemente la soja transgénica de Monsanto, pasó de emplear a los habitantes originarios a cercar las tierras y expulsarlos al extrarradio de las poblaciones cercanas. Ha estudiado cuántas personas han sido desplazadas: 30.000 desde 1995. "En Argentina es una cifra fetiche: fueron 30.000 los indios en la Campaña del Desierto [conquista de la pampa y Patagonia], pero también los desaparecidos en la dictadura. Son aproximadas, pero es llamativo: esas expulsiones de la pobreza en nombre de un progreso que no es tal, porque no es bienestar general, es bienestar para pocos". 

Desmonte es una llamada de atención a sus colegas escritores: "La mayoría tienen una supina indiferencia a lo que pasa fuera". Y "fuera" significa fuera de Buenos Aires, pedestal de poder político y económico en medio del "desierto", pero también fuera de las disquisiciones del mundo literario. "No los responsabilizo, de esto tienen culpa los medios también. Esta realidad no se filtra. El mundo se acelera hacia la destrucción de la naturaleza y nosotros seguimos en la literatura", denuncia Massuh.

La suelen llamar despectivamente "ambientalista", pero su lucha, explica, no es por el oso hormiguero o por un árbol: "Dentro de las especies están las poblaciones rurales, y nunca en la Argentina fueron tenidas en cuenta como poblaciones, sino como desierto, barbarie". Aún se mantiene, explica, ese enfrentamiento barbarie-civilización, "en el que todo lo rural es lo primero, y todo lo urbano, el progreso, es lo segundo". Un caso en el que el escritor español Sergio del Molino vio notables semejanzas con nuestro país, como defendió en su ensayo La España vacía

La ficción de la normalidad

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La relativa superación de la crisis del corralito ha propiciado aún más la ignorancia de la cultura hacia la realidad social del país. "[El filósofo francés] Alain Badiou tiene esta idea de que si quieres frenar los movimientos sociales, llama a elecciones. Creo que esto pasó en Argentina en 2001. Fuimos a elecciones y vivimos la ficción de la normalidad. El sistema capitalista sigue avanzando y siempre busca subterfugios para que todo parezca que está bien". La llegada de Kirchner al poder, asegura, dividió la conversación política entre kirchneristas y antikirchneristas, "y eso ocultaba los verdaderos escándalos": la minería, las grandes plantaciones de soja, la especulación urbanística y financiera. 

No espera nada del Gobierno de Macri, cuyo triunfo confiesa haber vivido de manera "durísima". Teme que replique a escala nacional el modelo de gestión que ella retrató en su ensayo, y que identifica con la destrucción de lo público, los negocios inmobiliarios y un interés absoluto por atraer la inversión extranjera a cualquier precio. "Ahora vuelve el ajuste y parece que vuelve el conflicto. Pero el conflicto estuvo siempre presente. Es muy raro cómo en el mundo de Buenos Aires se ha restituido el ambiente cultural como si todo estuviera perfecto. Eso a mí me inquieta mucho".

Por eso dice sentirse "una especia de dinosaurio sobreviviente" en el mundo editorial. "Hay literatura política, instalada en las vidas y comprometida con las víctimas, pero no deja de ser sectorial", se lamenta. Es significativo que la presentación de su libro en Madrid la hiciera Constantino Bértolo, antiguo editor de Caballo de Troya, hoy retirado. Un referente de compromiso político y literario que la cultura española parece haber convertido también en un sobreviviente. 

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