Cine documental

En las tripas de Podemos

En este enésimo acercamiento a la intimidad de Podemos no hay preguntas sobre lo que desayuna Pablo Iglesias, cómo decora su casa o cómo vivió la separación de sus padres. Hay intimidad, sí, pero política: datos del CIS, intensas disputas ideológicas, tácticas y estrategias de comunicación. Por eso, Política, manual de instrucciones, el último documental de Fernando León de Aranoa, es quizás el acercamiento, con mayúsculas, a las tripas del partido morado.

“Éramos deliciosamente folclóricos e inofensivos”, analiza Íñigo Errejón, que se revela en esta película como un maquiavelo contemporáneo, sorprendentemente tacticista y estratega. A lo largo del documental, el secretario de Política del partido va soltando su elaborado argumentario sobre el destino final de Podemos: quieren ganar, ya no se conforman sólo con existir. Y para ello, analiza minuciosamente hasta la intensidad de los aplausos, como en el Palacio Vistalegre, donde le advierte a Iglesias del éxito de su frase “asaltar los cielos” entre el público. Así nacía el primer eslogan del partido (y la primera lección del manual).

El rodaje dirigido por León de Aranoa arrancó precisamente en aquella asamblea constituyente celebrada en octubre de 2014, donde se decidía entre dos maneras de construir Podemos: una corriente más asamblearia, encabezada por Teresa Rodríguez y Pablo Echenique; y otra centrada en el liderazgo de Pablo Iglesias. En aquella toma de contacto, los cámaras se metieron hasta el backstage, donde el equipo del actual secretario general decidía cómo rebatir intelectualmente el envite –que incluía calificativos como “macho alfa”-. En aquel momento, especialmente decisivo para la formación –como los muchos otros que ha registrado el documental–, queda claro uno de los elementos que León de Aranoa defiende con mayor vehemencia: “En cualquier ámbito es difícil encontrar la posibilidad o el nivel de acceso que hemos encontrado nosotros para rodar esta película”.

Así se ve a Iglesias regañando a Errejón a la entrada del Palacio de Vistalegre porque no se había tomado Dormidina para descansar la noche anterior. O la reacción de alegría contenida cuando las encuestas del CIS pronosticaban un rotundo sorpasso al PSOE. Carolina Bescansa, actual secretaria de Análisis Político y Programa de Podemos, desgrana cuidadosamente en la imagen los datos del sondeo y exclama: “A mí lo que me alucina es Pedro Sanchez: se ha muerto”. A esas alturas del rodaje, centrados en la vorágine que supone levantar desde cero un partido y construir su imagen, el equipo de León de Aranoa era la menor de sus preocupaciones.

América Latina, su talón de Aquiles

El documental –en el que se van insertando tuits, en un guiño a la frenética actividad de Podemos en redes– el director madrileño viaja con Iglesias y su equipo a Atenas, donde se entrevista con Alexis Tsipras antes de que fuese elegido presidente del país heleno; a Nueva York; y a algunos países de América Latina, como Ecuador, Bolivia y Uruguay. Apenas se menciona Venezuela, aunque sí le dedica tiempo a la salida de Monedero del partido, poco después de que se conociera que su empresa Caja de Resistencia Motiva2 había facturado 425.000 euros por los trabajos que realizó para varios gobiernos latinoamericanos.

Pero estos viajes sirven también para que los líderes del partido puedan explicar lo que aprendieron políticamente de los países al otro lado del charco –“que se puede ganar”, señalan rotundos– y que su intención es la de traducir algunas de sus experiencias al ámbito español. No obstante, saben que el tema es su talón de Aquiles, y así lo señala con humor Íñigo Errejón cuando confiesa, en una entrevista previa a las elecciones locales y autonómicas en mayo de 2015, que resultaba difícil para sus rivales políticos atacar a Manuela Carmena calificándola como “un demonio bolivariano”.

En los 120 minutos de metraje a los que han quedado reducidas las 500 horas de grabación (que han ido montando según avanzaba el rodaje) apenas hay intervenciones femeninas. El grueso del relato (que se articula prácticamente a través de las voces de Iglesias, Errejón y Monedero), recae en varones. Así, en el documental se refleja una de las críticas habituales hacia la formación morada: la falta de mujeres en los puestos de mando del partido, pese a las listas cremallera, en las que se establece la paridad. Como publicaba recientemente infoLibre, apenas un 38% de las cabezas de lista de Unidos Podemos para las nuevas elecciones del 26 de junio son mujeres.

Fernando León: “La película está dirigida al espectador interesado en política, sea votante de Podemos o no”

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Inexperiencia y sentido del humor

León de Aranoa ha planteado un documental más allá de Podemos, que ponga sobre la mesa cómo se construye un partido y los dilemas intelectuales e ideológicos a los que se enfrentan sus miembros. La inexperiencia se nota especialmente en una escena en Vistalegre, donde un periodista le explica a Teresa Rodríguez lo que son las declaraciones en offoff, para que les cuenten lo que se está cociendo, que intuyen muy “gordo”. En el plano ideológico, por otro lado, hay una clara diferencia entre el argumentario de Iglesias y Errejón y el de Juan Carlos Monedero, que aparece entrevistado en una librería, un contexto que le aleja también físicamente del meollo del partido. “La vieja izquierda desdeñó la tele, pero tampoco hay que equivocarse, porque si sólo apareces ahí, la tele te engulle”, comenta Monedero en lo que parece una crítica velada.

Política, manual de instrucciones tiene también mucho humor, aunque haya escenas que no tenga esa intención, como al final del documental, cuando Pablo Iglesias, en medio de una parrillada con sus compañeros de partido, coge la guitarra y se arranca a cantar Hasta siempre, canción dedicada a Ernesto Che Guevara. Las bromas les sirven como válvula de escape entre los densos debates acerca de la hegemonía, la contrahegemonía, el eje izquierda-derecha o el ya famoso núcleo irradiador. Así, Iglesias plantea que si lo de la política al final no cuaja, su próximo proyecto sea una marca de ropa: La Casta. Pero escrito así, todo junto: Lacasta.

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