Mostra de Venecia

Raúl Arévalo: "Lo más difícil ha sido levantar la financiación para la película"

Raúl Arévalo posa para el pase gráfico de la película 'Tarde para la ira' durante el Festival Internacional de Cine de Venecia.

Noticine | infoLibre

Ocho años ha tardado el actor español Raúl Arévalo, cinco veces nominado a los Goya, premio que ganó con Gordos, en levantar, rodar y ahora estrenar su ópera prima como director, Tarde para la ira, que esta semana llega a los cines españoles tras haber participado en la sección Orizzonti de la Mostra de Venecia, de donde ha vuelto muy satisfecho por la acogida de la audiencia y la crítica. Noticine.com habló en exclusiva con el protagonista de La isla mínima y Los amantes pasajeros sobre su primera experiencia tras la cámara.

PREGUNTA. Debuta usted como director con un thriller. ¿Lo podria definir en pocas palabras?thriller

RESPUESTA.Tarde para la ira cuenta la historia de José, interpretado por Antonio de la Torre, un personaje muy misterioso que se adentra en una familia en un barrio en la periferia de Madrid y no sabemos muy bien qué busca. El espectador va uniendo piezas del puzzle y veremos que busca cierta información desde hace ocho años a causa de un trágico suceso. Es un thriller lleno de suspense, una historia de venganza en la que he querido dar mi punto de vista de la violencia, pero huyendo de la violencia como espectáculo, sino mucho más seca, cruda, áspera, descarnada… como es la vida misma. También haciendo un análisis sobre el odio, la rabia o la ira enquistada.

P. ¿Cuál es el origen de esta historia?

R. Fue hace ocho años cuando me surgió la idea, y fue precisamente de esa necesidad de contar una historia sobre la violencia. Siempre he querido dirigir, siempre he tenido historias en la cabeza, pero me vino la necesidad de contar una historia como esta sin saber si iba a ser un thriller, una película de suspense, un drama… Durante estos años la idea ha ido modificándose y madurando mientas he estado escribiendo el guion y he tratado de levantar la financiación, que no ha sido nada fácil, hasta el momento del rodaje.

P. De todos los directores con los que ha trabajado como actor, ¿cuál diría que le ha influido más a la hora de dirigir?

R. De todos los directores con los que he trabajado –y no sabría decirte ninguno en concreto– he tomado algo. Al trabajar como actor durante estos últimos 11 o 12 años, he tenido la suerte de estar al lado de importantes figuras dentro de la cinematografía española, y he estado casi vampirizando a cada uno de ellos como a cada miembro del equipo técnico, a cada productor… He asimilado muchas cosas, pero no he copiado nada de ninguno. He creado mi propio proceder, acorde con mi personalidad, para encarar este primer trabajo.

P. Debe estar feliz porque con una ópera prima le hayan seleccionado para Venecia, festival no precisamente muy amigo del cine español...

R. Mi primer contacto con los festivales internacionales fue precisamente aquí, en Venecia, con mi primera película como actor AzulOscuroCasiNegro. Once años después vengo con mi primera película como director y es una gran alegría. La productora presentó la película a varios festivales sin saber si iba a cuadrar en alguno y por suerte nos llamaron de este. En otras entrevistas me han preguntado si soñaba con esto, pero lo cierto es que nadie sueña con que te elijan para un festival. Sí es verdad que he tenido la suerte de rodar la película con mucha libertad y sin pensar en el resultado, en cuanto que yo quería que me gustase a mí y la historia que quería contar. Pero no pensaba en ganar ningún premio, ni ir a ningún festival ni obtener el reconocimiento de un crítico. Ahora que estamos aquí es como el colofón final para cerrar este sueño.

P. ¿Y cómo están siendo las reacciones del público y la crítica?

R. Hasta ahora mucho mejor de lo que yo pensaba, porque parece que al público le encanta y las críticas que han salido son excelentes. Ahora que estrenamos en España llegará una segunda remesa, que es normal, donde dirán otras cosas porque no deja de ser una ópera prima con sus virtudes y con sus defectos, pero todo se acepta con deportividad.

P. ¿Qué tiene este festival de especial?

R. El marco. Venecia es una de mis ciudades favoritas por el encanto que tiene a pesar de ser tan turística. Es un sitio muy particular, con un sabor especial: este clima, este ambiente para celebrar un festival es casi un sueño.

P. ¿Qué ha sido lo más complicado para usted de todo el proceso: la escritura del guión, conseguir vender el proyecto, rodarlo...?

R. Levantar la financiación para la película. He tenido mucha libertad para hacerla, pero con todas las virtudes de la película, a determinados ejecutivos y productores les echaba para atrás. Lo entiendo, palabras como "seco", "áspero", "crudo" les sonaba a poco comercial y eso hacía que se dificultara durante años la financiación. Al final lo conseguimos gracias a la confianza de nuestra productora Beatriz Bodegas y de Televisión Española que apostaron por la historia.

P. ¿Le ha salido Tarde para la ira diferente a la película que usted soñaba a lo largo de esos años?Tarde para la ira

R. En esencia, se ha respetado la mayoría. Hay una cosa maravillosa de este proceso que es la entrada del equipo técnico, a quien tú le transmites tu sueño, lo que quieres hacer, y ellos que son grandes profesionales te responden con sus ideas. Así, la película va cobrando una personalidad y una vida propias. Eso hace que cambie formalmente en determinadas cosas, pero al menos en este caso se ha mantenido la esencia de lo que yo quería contar.

P. ¿Ese cambio lo vive usted mismo cuando actúa?

R. Sí, esta evolución también pasa con la actuación. La última palabra la tiene el director, y aunque quizás tú tengas una idea de primeras sobre cómo interpretar tu personaje, a lo mejor no es la misma que tiene él. El trabajo del actor es moldearse a lo que le pide.

P. Ya sabe aquello de "en casa del herrero...". ¿Cómo se ha llevado con sus actores?

R. Se han amoldado bien. Respecto a cómo han trabajado ellos conmigo es mejor preguntarles directamente, pero creo que ha salido todo bien porque al ser amigos hemos tenido pie a discutir (de buena manera) muchas cosas sobre el proyecto para que salga adelante.

P. ¿Le han quedado ganas de volver a dirigir?

R. Desde hace un poco ya he decidido por dónde quiero tirar para hacer un segundo guion, y cuando acabe la promoción de esta película quiero dedicar mis energías a afrontar la escritura de mi segundo largometraje. No tengo muy claro el género aún, me pasa un poco como con Tarde para la ira, pero sí sé más o menos cómo va a ser la historia.

P. O sea, que en su mente está compatibilizar su asentada carrera como actor con la nueva de director.

R. Sí, quiero compatibilizar la dirección con la actuación, que es lo que me da de comer y me hace muy feliz. Por lo pronto ya he terminado el rodaje de una película que se estrenará en 2017: Oro de Agustín Díaz Yanes, una cinta muy dura, muy física, sobre la conquista de América por parte de los españoles y la búsqueda de oro que luego no existía. Ha sido una película dura de rodar pero de esas en las que aunque lo pases mal de alguna forma, al final son las que recuerdas con más cariño.

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P. Los conquistadores de América no han tenido mucha presencia en el cine español, al menos reciente. ¿Es una visión, la de Díaz Yanes, que generará controversia?

R. Es una visión que no se había dado hasta ahora desde la perspectiva de los españoles: una sociedad que en aquella época se moría de hambre y a la que se prometía que si cogían un barco en la otra orilla habría oro y perlas. Al llegar y ver que era mentira no dejaban de ser personas que pasaban miserias y enfermedades y terminaban masacrando indios y violando a mujeres. Todo eso se cuenta en la película y fue lo que me pareció interesante, precisamente porque no se había tocado el tema en España.

 

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