VIDEOARTE

¡Cómpreme este candidato!

Fotograma de 'Choice', uno de los anuncios de campaña de Donald Trump.

Tres de la madrugada. Suena el teléfono en la Casa Blanca. Un tipo con una vistosa peluca rubia —tenemos que suponer que es el candidato republicano a la presidencia, Donald Trump— empuña su iPad. "¡Qué bueno es Twitter! Acabo de cargarme a otro perdedor", vocifera. El teléfono sigue sonando. "No es presumir si tienes razón. Me encanta llevar la razón, me felicitan por ello." El teléfono suena existentemente. "¡Que alguien coja el maldito teléfono! ¿Quién me llama a las tres de la mañana", pregunta el falso Trump. Entra una voz en off: "El mundo es un lugar peligroso, no necesitamos un presidente peligroso". En apenas un minuto se dibujan algunas de las gruesas cualidades del candidato más criticadas por sus oponentes. 

Es uno de los muchos anuncios para televisión que ha producido la campaña estadounidense desde el inicio de las primarias de los dos principales partidos en la primavera de 2015. Y también uno de los que recoge el documental Political Advertisement, un proyecto de videoarte editado por Antoni Muntadas y Marshall Reese. Su novena versión —por nueve elecciones presidenciales cubiertas—, proyectada el pasado fin de semana en el Museo Reina Sofía y en varios centros culturales de Estados Unidos con motivo de los comicios del próximo martes, recoge algunos de los anuncios que han modelado la política estadounidense desde 1952. Una hora y media de propaganda en bruto —los anuncios se proyectan íntegros, sin modificaciones— que trata de convencer al espectador para que busque, compare y compre al mejor candidato. 

"La película no es sobre la política sino sobre los media [medios de comunicación], sobre cómo los media construyen una realidad que no es talmedia ", precisa el artista catalán en el spanglish de quien lleva años viviendo en Estados Unidos. Fue lo que constataron en 1984 durante la campaña que enfrentó al republicano Ronald Regan y al demócrata Walter Mondale. Entonces, el presidente y candidato Reagan lanzó varios anuncios que se convirtieron luego en iconos de la cultura popular. "Morning in America", el más recordado, cantaba las alabanzas de un país económicamente estable, con futuro y un halo luminoso muy propio del cine de la época. Podría haber sido un anuncio de bombones, y su lema, "Prouder, stronger and better" ("Más orgullosos, más fuertes, mejores"), el de una multinacional. Pero se anunciaba al presidente Reagan. 

"La política es el subtexto, pero nos interesa cómo tienen efectividad estos anuncios, en dinero y en votos. Porque la tienen, si no no se podría comprender que fueran in crescendo", apunta Muntadas por Skype. A lo largo de estas nueve elecciones, que han alargado el metraje total desde los 48 minutos hasta casi el doble, han visto evolucionar la propaganda audiovisual. La "creatividad" y el volumen de anuncios emitidos ha ido evolucionando, no siempre al mismo ritmo que las políticas que proclaman. Esta ha sido también una escalada presupuestaria. El lobby (allí se conocen como super PAC, por Political Action Commitee, comité de acción política) responsable del primer anuncio descrito ha llevado a cabo durante estas elecciones un programa publicitario de unos 31,5 millones de euros. 

Lo que comenzó como un interés no muy sano en la representación audiovisual de los dirigentes acabó convirtiendo a Muntadas y Reese en dos grandes expertos en propaganda política. Aunque ni sus voces ni sus impresiones se dejan escuchar en el documental más allá de la selección y montaje de los anuncios. "Las imágenes deben hablar por sí mismas", insiste el artista catalán. No duda en decir, sin embargo, que el "fenómeno Trump" le parece "disgusting" ("asqueroso"). "Este año se da la situación de que Hillary habla de Trump, Trump habla de Trump, y todo el mundo habla de Trump, es una situación insostenible", explica, exasperado. El magnate ocupa, de hecho, bastante más espacio en el documental que sus contendientes. Y, sobre todo, con anuncios en su contra, pagados por lobbies como Right to Rise o New Day for America y por la propia Hillary Clinton. A su favor, solo él mismo. Curiosamente, Trump apenas habla en sus propios anuncios.  

La campaña de Trump conocía de antemano la investigación del FBI sobre los correos de Clinton

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Pero Political Advertisement muestra que Trump no ha sido, ni mucho menos, el primer candidato en lanzarse el fango durante las primarias. Candidatos como Mitt Romney, Rudy Giuliani, Ted Cruz o el ultrarreligioso Pat Buchanan ya demonizaron la inmigración en sus mensajes de campaña. Aspirantes como Dick Lugar, George Bush o McCain (a través de una fundación) basaron sus anuncios en la amenaza del terrorismo. Más frecuentes son aún las llamadas a una política exterior agresiva, como la defendida por Bush padre e hijo, Nixon, Wallace o Reagan. El documental muestra algunos ejemplos particularmente rudos de enfrentamiento político. En 1988, los partidarios de Bush acusaron al demócrata Michael Dukakis de dar permisos de fin de semana a peligrosos convictos. En 2004, una asociación de veteranos acusó a John Kerry de traicionar a los compañeros de regimiento en Vietnam. En 2008, John McCain acusaba a Obama de ser un candidato frívolo. 

"Los republicanos llevan 20 años haciendo anuncios negativos, y eso hace que ya cada uno no hable de su programa, sino del programa del resto, hay un ataque al enemigo cada vez mayor", explica Muntadas. La propia Clinton, admite, "ha entrado" en ese juego para "protegerse de un personaje completamente pasado de rosca". De hecho, al menos un tercio de sus mensajes versan directa o indirectamente sobre la incompetencia de Trump... aunque los más duros llegan, de manera muy conveniente, de organizaciones independientes. 

Political Advertisement dedica también un tiempo a los candidatos que no llegaron a ser nominados por los republicanos y demócratas (Marco Rubio, Ted Cruz o Bernie Sanders, en esta campaña), e incluso a los de pequeños partidos, como los Verdes o el Partido Libertario, que quedan muy lejos del Gobierno. Es imposible saber quiénes protagonizarán la versión número diez en 2020. Lo que es seguro es el final, siempre el mismo desde 1984: "To be continued", "Continuará". 

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