Carrie Fisher, la actriz más conocida como la princesa Leia de
Star Wars,
ha muerto este martes después de cuatro días hospitalizada tras sufrir un infarto. Tenía 60 años.
El portavoz de la familia, Simon Halls, ha publicado
una declaración en nombre de la hija de Fisher, Billie Lourd:
"Con una tristeza muy profunda, Billie Lourd confirma que su amada madre Carrie Fisher
falleció a las 8.55 de esta mañana", dice la declaración recogida por la agencia Europa Press. "Era amada por todo el mundo y se la extrañará profundamente. Nuestra familia entera agradece vuestros pensamientos y oraciones", añade la nota
según People.
Fisher viajaba desde Londres a Los Ángeles el viernes 23 de diciembre cuando
sufrió un paro cardiaco minutos antes del aterrizaje. Los paramédicos la sacaron del vuelo y la llevaron al hospital de la UCLA, donde fue tratada. Durante estos días ha permanecido en la unidad de cuidados intensivos con respiración asistida.
Carrie Fisher (Beverly Hills, 1956-Los Ángeles, 2016) era hija de la veterana del espectáculo Debbie Reynolds y el animador Eddie Fisher, y se crió en el mundo a veces tumultuoso de cine, teatro y televisión. En 1973 comenzó su formación como actriz en el londinense Central School of Speech and Drama. Dos años más tarde debutaría en el cine, y
en 1977 llegaría su papel protagonista en Star Wars, su único gran rol en la gran pantalla y que bastaría para darle la fama.
El estreno de S
tar Wars: el despertar de la fuerza el pasado año, secuela de la saga galáctica en la que participaba,
volvió a llevar a la actriz a la luz pública después de años de un retiro más o menos discreto. Fisher había viajado a Londres para promocionar
The Princess Diarist, basado en el diario que mantuvo durante sus primeros años como actriz. En los últimos años, la intérprete se había dedicado también a la divulgación
sobre la enfermedad mental —fue diagnosticada de trastorno bipolar en 1985— y
la drogadicción, contra la que luchó desde la juventud.
Descanse en paz.
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