La 67ª edición del
Festival Internacional de Cine de Berlín se inició este jueves con la proyección de la película francesa
Django, ópera prima de Etienne Comar, que a ritmo de
gipsy jazz, el estilo genuino del
músico Django Reinhardt, reivindica el talento que supera fronteras y resiste a la intolerancia del poder, en este caso ejercido por los invasores nazis.
Protagonizada por el actor galo
Reda Kateb (revelado en
Un profeta) sobre el que gira toda la historia,
Django describe la evolución del artista belga de raíces gitanas, que primero se consagró a su música e hizo oídos sordos a los planes de exterminación de su pueblo a manos de los invasores alemanes pero luego, cuando le afectó a su propia familia, llegó a componer un réquiem por las víctimas del horror nazi (que sólo se interpretó en público una vez, tras la Liberación, y cuya partitura se perdió).
"Es un personaje desgarrado, no un héroe. En contraste con lo que ocurría, hizo ese réquiem como respuesta", comentó Etienne Comar, hasta ahora productor y guionista, ante los periodistas.
Su película, triste y contenida hasta el punto de que a algunos ha sabido a poco, no es un
biopic amplio del guitarrista y compositor, sino que se centra en
unos pocos meses de 1943, cuando Django, que hasta entonces había sido
tolerado por los invasores germanos bajo ciertas normas, va conociendo los horrores que sufre su comunidad en toda Europa (fueron exterminados más de 200.000 gitanos) y
rechaza hacer la gira por Alemania que le proponen los nazis para
huir en secreto a Thonon-les-Bains con su madre y esposa, con la esperanza de pasar a Suiza, justo al otro lado del lago de Ginebra.
Django es la
primera de la casi veintena de cintas que compiten por el Oso de Oro, premio que designará un
jurado presidido por Paul Verhoeven, y en el que se integra el mexicano Diego Luna, quien en rueda de prensa bromeó sobre el muro que el presidente Donald Trump pretende erigir entre su país y México. "Estando aquí voy a investigar sobre
la manera de derribar muros, ya que creo que hay muchos expertos
in situ", comentó en alusión al famoso Muro de Berlín que separó por la mitad a la ciudad alemana durante 28 largos años.
Por su parte, la actriz estadounidense
Maggie Gyllenhaal, también integrante del jurado, subrayó que deseaba que en Europa "la gente sepa que hay muchas personas en mi país que están dispuestas a resistir", frente a la xenofobia de Trump. El
apoyo a los refugiados es una de las divisas que flota en el ambiente de esta edición de la Berlinale, cuyo director, Dieter Kosslick, había declarado: "Tenemos un programa que dice 'sí a la vida' y artistas que describen todos los días la realidad abrumados por los apocalipsis, para los que siempre hay una salida".
Este año la Berlinale tendrá una
amplia participación iberoamericana, en la que sobresale la presencia brasileña, que incluye una cinta en la competencia oficial por los Osos,
Joaquim, de Marcelo Gomes, y por otro lado un peso importante de los documentales de creación. En el concurso estará también la chilena-española
Una mujer fantástica, de Sebastián Lelio (ganador ya del Oso de Plata por
Gloria), que narra un drama de enfrentamientos familiares con una mujer transexual (Daniela Vega) en el centro del huracán tras el fallecimiento de su pareja. Además, compite la portuguesa
Colo, de Teresa Villaverde. Fuera de concurso, pero también en el apartado oficial, se verá la española
El bar, estreno mundial de la última obra de Álex de la Iglesia.
En Berlinale Special, se han programado la española
La reina de España, de Fernando Trueba, con Penélope Cruz, y la cubana
Últimos días en La Habana, de Fernando Pérez, además del documental mexicano
La Libertad del Diablo, de Everardo González.
En cuanto a
Panorama, se verán las brasileñas
Como nossos pais, de Laís Bodanzky:
Vazante, de Daniela Thomas;
Vênus - Filó, a Fadinha Lésbica, de Sávio Leite (animación);
No intenso agora, de João Moreira Salles (documental) y
Pendular, de Julia Murat (también documental); las españolas
Pieles, de Eduardo Casanova, y
Política, manual de instrucciones, de Fernando León de Aranoa (documental) y el documental chileno
El pacto de Adriana, de Lissette Orozco.
Otro de los apartados con mayor programación, el
Forum, contará con la opera prima de Vladimir Durán,
Adiós entusiasmo, coproducida por Argentina y Colombia, país natal del director; otra argentina, Albertina Carri, presentará
Cuatreros, ya vista en Mar del Plata, obra creativa y de vanguardia, lo mismo que
El teatro de la desaparición, del escultor Adrián Villar Rojas. Otro documental en el Forum viene de México,
Casa Roshell, de la chilena Camila José Donoso; La peruana
Río Verde. El tiempo de los Yakurunas, de los hermanos Álvaro y Diego Sarmiento, es otra mezcla entre el documental y la ficción, como la española
El mar nos mira de lejos, de Manuel Muñoz. Finalmente, el brasileño Davi Pretto realiza un western moderno en
Rifle.
El apartado infantil y juvenil
Generation, incluirá a la mexicana de María Novaro
Tesoros; las brasileñas
As duas Irenes, de Fabio Meira;
Mulher do pai, de Cristiane Oliveira, y
Não devore meu coração!, de Felipe Bragança; las argentinas
Primero enero, de Darío Mascambroni, y
Soldado, de Manuel Abramovich, y la española
Verano 1993, de Carla Simón.
© E.E. (Berlín)-
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