Feminismo

¡Otro libro de mujeres!

Portada de 'Mujeres que crean', de Grela Bravo.

Hace unos meses, Grela Bravo presentó su libro Mujeres que crean, un recorrido en forma de relato visual por 25 biografías de féminas artistas. "Quería hacer un libro diferente, que mostrara el trabajo de otras mujeres también de una manera distinta. Un pequeño homenaje al papel de la mujer en los últimos años en disciplinas culturales".

La nómina que compila no es de mujeres artistas nacidas en tiempos pretéritos en los que la labor de las artistas mujeres no se reconocía, sus elegidas se desempeñan en un país donde la igualdad, al menos sobre el papel, es un hecho. ¿No les extraña que las sigan llamando para proyectos "de mujeres"?, pregunto a Grela. "Entendieron desde el inicio muy bien el leitmotiv de mi propuesta. En el libro no hablamos de su trabajo en un contexto exclusivamente femenino, puesto que ninguna carrera profesional, y mucho menos ningún proyecto ni expresión artística, cabe en un ambiente exclusivo". Es, asegura, no tanto una reivindicación como un homenaje, "mi aplauso".

Otras obras sí se proclaman reivindicativas. "Cuando escribo sobre genealogía cultural femenina, creo que trato de alguna manera de 'hacer justicia', aunque suene muy grandilocuente –dice Ángeles Caso–. Soy de ese tipo de personas que se rebelan constantemente contra las injusticias, y la de que las mujeres sean ninguneadas por la historia por el simple hecho de ser mujeres, me pone enferma". Además, como historiadora cree que es importante restablecer la verdad histórica, "al menos en la medida en que podemos modestamente reconstruirla. Y la verdad histórica no es la que siempre nos han contado. Falta una mitad, la de la vida de las mujeres. Y, cuando no falta, a menudo ha sido contemplada con tópicos, estereotipos y hasta falsedades".

Es decir: considera que su obligación intelectual y ética es compartir con los demás su mirada (que es la de muchos) sobre esa mitad de la población. Y para demostrar lo inexcusable de su empeño recuerda que muchos amantes del arte "siguen creyendo que jamás hubo pintoras o escultoras, porque eso es lo que siempre les han contado. Pero esa no es la verdad: las hubo, muchas y muy buenas, lo que ocurre es que después han sido silenciadas, o incluso saqueadas, por un discurso patriarcal y androcéntrico que nos hemos tragado sin cuestionarlo". Un discurso que es necesario deconstruir, para "elaborar un nuevo relato de la historia con otra mirada más justa".

En la misma línea de combate se coloca Mª Ángeles Cabré. "Observando cómo las mujeres habían sido silenciadas, vi claro que había que combatir esa inercia negadora. Decidí, desde mi modestia de David, plantarle cara a ese Goliat cuya cruel goma de borrar las elimina con tan facilidad. Mi intención fue pues plantarle cara al olvido y recuperar a algunas figuras destacadísimas de las que o bien ya no se recuerda casi nada o bien se corre el riesgo de empezar a no recordar".

Una batalla política

Fruto de ese propósito son A contracorriente. Escritoras a la intemperie del siglo XX, Wonderwomen. 35 retratos de mujeres fascinantes y, en el ámbito catalán, Miralls creuats: Roig/Capmany o María Luz Morales. Pionera del periodismo. Libros que, como otros, cree necesarios "en tanto en cuanto las políticas públicas, los planes de estudio y las instituciones y empresas que deciden quién cuenta y quién no a día de hoy no están haciendo bien su trabajo. Sirven para que no se rompa la genealogía femenina y sobre todo para que las nuevas generaciones oigan por primera vez nombres que a los mayores nos resultan familiares pero a los y las jóvenes no".

Es una tarea que sería prescindible si estuviéramos caminando con paso firme hacia una mayor representación de ambos géneros, pero en su opinión y lamentablemente, no es así. "Al igual que en el actual mercado laboral, donde las más perjudicadas son las mujeres, las referencias femeninas son infinitamente más frágiles que las masculinas y deben ser reforzadas. Quiero recordar que son libros que se hacen a pulso, por lo general como trabajo de guerrilla, y que como tales no son tan sólo literatura sino apuestas políticas, al menos en mi caso".

Guerrilla, dice, y al escucharla una recuerda cómo Ángeles Caso tuvo que recurrir a la microfinanciación para sacar adelante un proyecto, Ellas mismas, que editoriales asentadas no quisieron propiciar y que sin embargo encontró el respaldo entusiasta de los lectores, un apoyo que también ha cosechado para preparar su Grandes maestras.

¡Otro libro de mujeres!, dirán algunos. Y en conversaciones, habrá quien manifieste un cierto cansancio ante la proliferación de este tipo de trabajos. Caso tiene la respuesta preparada. "¿Nos fatigan los miles y miles de más libros escritos por hombres sobre otros hombres...? A mí no, desde luego. Es más, muchos me interesan, me emocionan y me enriquecen. ¿Por qué tiene que ser entonces 'un rollo' que escribamos sobre mujeres...? No consigo entenderlo, salvo que quienes dicen eso estén dejándose llevar sin darse cuenta por un sentimiento misógino. O dándosela, no sé...".

Inevitablemente, en la conversación surge la polémica suscitada recientemente por la afirmación hecha por Javier Marías respecto a la obra de Gloria Fuertes: "sufrimos una campaña orquestada según la cual Gloria Fuertes era una grandísima poeta a la que debemos tomar muy en serio –escribió Marías–. Quizá yo sea el equivocado (a lo largo de mi ya larga vida), pero francamente, me resulta imposible suscribir tal mandato. Es más, es la clase de mandato que indefectiblemente me lleva a desconfiar de las reivindicaciones y redescubrimientos feministas de hoy, que acabarán por hacerle más daño que beneficio al arte hecho por mujeres".

Cabré no se asombra ante esas y otras opiniones vertidas. "Cierto, a Pérez Reverte, Javier Marías y otros muchos señores de pelo en pecho parece que les sienta fatal que recordemos que existió Gloria Fuertes, o que Djuna Barnes fue una escritora notabilísima y María Teresa León una figura importante del exilio español. Les molesta que el suicidio de Virginia Woolf la haya elevado a categoría de símbolo para el feminismo o que nos apoyemos en Frida Khalo, Carson McCullers o Marguerite Yourcenar para defender el talento femenino. Es evidente que valoran poco el talento de las mujeres".

“Puño en alto, mujeres de Iberia...”

“Puño en alto, mujeres de Iberia...”

'Eppur si muove'

Más allá de estas querellas concretas, Ángeles Caso cree percibir un enorme interés por parte de mucha gente, y no sólo mujeres, muchos hombres de mente abierta también se están sumando a esta recuperación. "Es un campo de la historiografía muy reciente, muy interesante y en el que hay aportaciones valiosísimas, que constituyen en sí una rama específica. En otros países lo tienen muy claro, y nadie se rasga las vestiduras, todo lo contrario. Son estudios y libros muy bienvenidos, cuyo contenido político es aplaudido por muchas personas e instituciones. Aquí, como tantas veces, vamos por detrás, y perdemos el tiempo debatiendo cosas que en sociedades de nuestro entorno están ya superadas".

En definitiva, nuestras interlocutoras sostienen que la proliferación de este tipo de libros es una demostración de que algo está cambiando, de que no hay marcha atrás. "Siento decirles a Pérez Reverte y Marías –es Cabré quien habla– que no queremos que los niños y niñas de hoy sean como ellos, sino que los queremos leyendo por igual a Shakespeare y a Virginia Woolf, sin prejuicios de género".

Más sobre este tema
stats