Historia

'Ghostbusters' (Los cazafantasmas)

Portadas de algunos libros sobre historia y personajes españoles escritos por británicos.

Manifestó Paul Preston en cierta ocasión, y supongo que es una explicación que repetirá cuantas veces sus interlocutores se hayan interesado por este particular, que "en las universidades anglosajonas no existe la concentración que hay en España sobre la historia del propio país. Aquí, en la universidad, se estudia sobre todo la historia de España, pero en Gran Bretaña se estudia la de todos los países".

Decía además, y no es arriesgado aventurar que es algo que habrá contado en otros foros, que en su país se le da gran importancia a "la historia como disciplina académica. No se priman ciertos acontecimientos del propio país, sino que se ven todos los períodos y áreas como fuente de modos de investigar y analizar".

Y terminaba aseverando, y esto también debe haberlo reiterado unas cuantas veces, que "cuando se pregunta por la causa de por qué en Inglaterra existen tantos hispanistas, se podría decir que es por la misma razón que hay tantos ‘italianistas’, tantos ‘francesistas’, tantos ‘alemanistas’, ‘rusistas’, etc.".

Embridemos, pues, el orgullo: "No hay más británicos escribiendo sobre España que, por ejemplo, sobre Alemania o Francia, pero aquí nos hacéis mas caso, en parte por la escasez de historiadores fiables durante la dictadura", apunta Giles Tremlett, y con él coincide John Hooper: "no es solo España. La biografía de Mussolini más estimada en Italia fue escrita por un inglés. Y, ¿quién ha revelado la contribución de los chinos al desarrollo científico, tecnológico y cultural del occidente? No un chino, sino un tal Joseph Needham. No tengo una explicación. Quizás se debe a la lluvia. En Inglaterra llueve mucho, así que más gente se refugia en los archivos".

Será la lluvia inglesa, será el sol español, lo cierto es que el interés, por no decir la fascinación, existe, como demuestran los viajeros de los siglos XVIII y XIX o los historiadores y periodistas del XX y XXI. España, tan cerca… y tan lejos.

"El fenómeno del historiador británico se debe básicamente al franquismo, era muy difícil que un español/a pudiese investigar archivos o hablar con la gente", me dice Michael Eaude. "Ian Gibson ha contado que, cuando investigaba el asesinato de Lorca en los años 60 en Granada, habría sido imposible que un investigador/a de aquí lo hiciera sin que le denunciaran a la policía. Otro aspecto es la larga historia romántica de individuos británicos viajando en el Estado, desde Byron hasta Gerald Brenan. Y otro aspecto será la Guerra Civil que despertó mucha solidaridad con la República en la clase obrera y la izquierda británica. Ha habido, por tanto, mucha gente en las universidades británicas muy interesada en el Estado español, lo que produce muchos/as historiadores".

A esa tradición académica se acoge Vicky Hayward, "si conoces desde muy joven, por ejemplo, el trabajo de John H. Elliott, te influye porque te impone un modelo ejemplar de rigor y paciencia, el reto de bucear y no quedar en la superficie, las ganas de llegar a algo que merece la pena, y que sirve a mucha gente y a las próximas generaciones". Y hay, además, una calidez, "los españoles casi siempre nos dan la bienvenida, que no es poco". Es lo que Hooper, que llegó a España en 1976 y ahora es corresponsal en Roma, llama el "ingrediente X. Mi mujer dijo una vez que Italia encanta el corazón, pero España te agarra el alma. No puedo describirlo mejor".

'The Big Bang'

Hayward conoció nuestro país de pequeña y de vacaciones. "Antes de saber andar estaba desayunando pan con tomate, y con ocho años me llevaron a visitar el Museo del Prado. Luego fuimos de visita a las ruinas romanas de Ampurias y tuve la suerte de ver una actuación de Antonio Gades. Todo un compendio de experiencias inolvidables para una niña de campo inglés. Y me sentía ya muy cómoda con las formas de vida de aquí". Ahora es una experta en nuestra cocina, la riqueza de cuya cultura, "sus muchas influencias y diversidad, está muy poco estudiada. Por eso pensaba que podía poner mi granito de arena, haciendo buen uso de todo lo que había aprendido en otros contextos". Su última aportación: recuperar la figura de un precursor del siglo XVII, fray Juan Altamiras, cuyo recetario conoció a principios de los 90. "Conforme recreaba sus recetas iba dándome cuenta de su importancia histórica. Fue un proceso lento de descubrimiento porque había que leer el libro entre líneas y hacer mucho trabajo en archivos".

Eaude lleva por estos lares 28 años. "Siempre me he sentido a gusto aquí, más que en mi país de origen", afirma. Escritor y periodista, reside en Barcelona y es activista en movimientos sociales. De su pasión catalana dan fe dos trabajos, Catalonia: A Cultural History y Barcelona: The City That Re-invented Itself. "Mi posición es que los habitantes de Catalunya tienen un derecho a un voto sobre la independencia o no. Rajoy ha negado esta posibilidad. Por eso, creo legítima la vía unilateral. Añadiría que es un movimiento de abajo que ha arrastrado a la gente de Convergència, lo cual hace que sea un movimiento radical e interesante. La versión del PP de Puigdemont como manipulador loco es falsa". Lo conoce bien: aquí pueden ver y escuchar una entrevista (en inglés) que le hizo Marcela Topor, esposa de Puigdemont, y en la que al principio se mencionan las relaciones profesionales entre ellos.

Es, además, autor de Arturo Barea: triunfo en la medianoche del siglo y de Con el muerto a cuestas: Vázquez Montalbán y Barcelona.

"Tuve la suerte de descubrir a Arturo Barea en los años 70, me impresionó mucho. Hice un doctorado sobre él cuando nadie más lo había estudiado. Pude entrevistarme con bastante gente que lo había conocido. Mi 'biografía' es una crítica literaria con toques biográficos o bien una biografía con crítica literaria de su obra. Quiero decir que, con Barea, pude satisfacer dos intereses principales: lo literario y lo político. Como Orwell o Vázquez Montalbán, era un buen escritor y uno que sabía expresar ideas políticas sin dogmatismos".

Al creador de Carvalho llegó desde la admiración por su obra, libros que leía desde los 80. "En cierto modo, entré tanto en la Barcelona moderna y en la literatura española mediante él. Cuando murió sentí una rabia (aunque no le conocí) y escribí el libro en un arrebato de ira que duró tres meses. Después, claro, lo pulí y finalmente encontré a un editor".

'The English perspective'

Hooper (el único de los entrevistados que ya no vive aquí) y Tremlett tienen en común el haberse desempeñado en nuestro país como corresponsales.

El primero publicó en 1996 un libro, The New Spaniards (Los nuevos españoles), del que en su día se habló y escribió copiosamente. Fue mucho antes de que el país atravesara una crisis social, económica y política que lo ha sacudido de pies a cabeza. Le pregunto si, visto lo visto, cambiaría las conclusiones que alcanzó entonces. "Algunas sí, por supuesto. Mi juicio sobre la familia Real ha sido demasiado generoso. Y quizás tendría que poner más énfasis sobre la progresiva separación cultural de Cataluña del resto del país. Sin embargo, el énfasis estaba". En efecto, él percibió y así lo anotó, que desde hacía más de 20 años, "algunas partes de España se han vuelto progresivamente más singulares y puede que no pase mucho tiempo antes de que el País Vasco y Cataluña comiencen a sentirse ajenos a personas de otras partes del país". Pero también escribió que la cosa podía no ir mucho más allá si vascos y catalanes obtenían el estatus que corresponde a su singularidad objetiva. "¡No contaba con Mariano Rajoy!", exclama ahora.

El segundo ha cumplido ya dos décadas en España, país en el que se interesó con los trabajos de varios escritores e historiadores británicos (Laurie Lee, Orwell, Hugh Thomas, etc.). "Después me enamoré de Barcelona y luego de mi mujer". Miembro del Centro Cañada Blanch de la London School of Economics, es un periodista que escribe historia... ¿o un historiador interesado en la actualidad? "Ambas cosas a la vez. Para poder explicar el presente, hay que conocer el pasado, y a veces el presente te brinda oportunidades para entender el pasado. Lo que me atrae es, en palabras de Carlo Levi, el 'viaje difícil en el tiempo y el espacio".

Un viaje que le llevó a escribir la biografía de Catalina de Aragón: "La historia medieval me ha gustado desde niño. En este caso en concreto, la culpa la tiene Shakespeare y su obra sobre Enrique VIII, marido de Catalina, que la ve (con razón) como una figura clave en la historia de Inglaterra. Luego, a partir de allí, mi interés por su madre", Isabel la Católica.

Leyendo a los lectores

Leyendo a los lectores

Previamente había dado a imprenta España ante sus fantasmas, algunos de los cuales, comentamos, llevan tiempo alborotados… "Sí, aunque yo creo que la mejor manera de quitarnos de encima los fantasmas (del pasado) es hablando e investigando sobre ellos".

Escuchándolos, me pregunto qué dice de España y sus historiadores el hecho de que buena parte de la historiografía esté escrita por británicos. Tremlett me corrige: "ya no es así, ya que España tiene muchos historiadores propios muy buenos". Pero también cree "que es admirable la aceptación de puntos de vista de gente de fuera. Ojalá pasara así en el Reino Unido, ¡no tendríamos el maldito Brexit!Brexit".

Como él, Eaude piensa que no hace falta que nadie venga a escribirnos la historia, "ya que hay mucha gente de aquí muy capaz" de hacerlo. "Eso dicho, un ojo extranjero siempre puede ser capaz de ver aspectos de un problema que un ojo nativo no ve".

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