El inicio de temporada teatral será “una
declaración de intenciones”, según manifiesta Carme Portaceli, directora artística del Teatro Español, que presenta
El pan y la sal, producción del Teatro del Barrio en colaboración con el Teatro Español, Teatre Lliure y Teatro Central de Sevilla, junto al director teatral Andrés Lima y los actores Natalia Díaz y Alberto San Juan.
Esta obra, que retrata el juicio al magistrado
Baltasar Garzón por tratar de investigar los
crímenes de la dictadura franquista, marca este nuevo periodo que los dramaturgos dedican a “la memoria”, que será el hilo conductor de las próximas actividades, igual que la temporada anterior tuvo como temática las refugiadas de Jordania. Portaceli afirma que “
la memoria histórica es una deuda pendiente” y Lima añade que su intención es “hacer honor a quienes buscan la verdad” en un momento en el que el tema del
Valle de los Caídos “está tan de moda”.
El director teatral señala que había una cuestión de urgencia:
los testimonios. De hecho, han anunciado que después de la función del 20 de septiembre habrá un
encuentro del presidente de la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica (Emilio Silva) y algunos protagonistas reales con el público. Explican que buscan así que el público empatice (como
herramienta de reparación de la sociedad) con unas víctimas cuyas reclamaciones “no tienen que ver con ideologías o partidos políticos” sino con el “
sentido común”.
Los actores presentes en el acto han remarcado el contexto actual en el que la
ultraderecha prolifera para concienciar de sus
crímenes históricos y garantizar así la no repetición de violaciones de derechos humanos. “España es el segundo país (después de Camboya) que tiene mayor número de fosas comunes”, menciona San Juan; y se refiere
al silencio y al olvido al añadir que la memoria histórica incluye a los
bebés robados, los represaliados o los descendientes de las víctimas, ya que “su personalidad se ha formado de acuerdo a esto”. Natalia aclara que "dan voz" para reconocer a toda una parte de la sociedad. Los participantes aseveran que abordan este tema como artistas, pero ante todo como ciudadanos; como escribió Juan Mayorga en el día mundial del teatro en 2003, “el teatro es un arte político. No es posible hacer teatro y no hacer política”.
Esta forma de tratar un texto judicial para convertirlo en material teatral (“
sin una sola línea de ficción”, como la compañía lo define) no es el primero. En 2014, el Teatro del Barrio presentó
Ruz Bárcenas, que es una transcripción de las declaraciones del extesorero del PP Luis Bárcenas ante el juez Pablo Ruz, que se habían producido un año antes en la Audiencia Nacional.
Las funciones de la obra
El pan y la sal se podrán ver únicamente durante cuatro días: del
20 al 23 de septiembre, pues según la directora artística del teatro “es un reparto especial de gente que es difícil reunir”.
Este tipo de teatro es no sólo importante, sino muy necesario. Pues, lamentablemente, tenemos en España un porcentaje muy elevado (más del 75%) de jóvenes que no tienen ni idea de quién fue Franco. Si un pueblo "no sabe su pasado reciente, está condenado a repetirlo". Eso no debemos permitirlo.
Responder
Denunciar comentario
0
1