Premios y galardones

La escritora novel Raquel Taranilla, premio Biblioteca Breve 2020

La escritora Raquel Taranilla.

El premio Biblioteca Breve, otorgado por la editorial Seix Barral, ha reconocido la novela Noche y océano, de la escritora novel Raquel TaranillaNoche y océano. Así se ha anunciado en la mañana del lunes en un acto celebrado en el Museu Marítim de Barelona, con la presencia del jurado y de la autora. Noche y océano ha sido definido por el fallo del jurado como un libro de “aspecto lúdico y paródico”, una “historia rebosante de humor inteligente y enorme energía expresiva”. Taranilla (Barcelona, 1981) vive en Madrid desde 2016 y trabaja como profesora en la Facultad de Ciencias de la Información en la Universidad Complutense de Madrid. Publicó en 2015 el relato autobiográfico Mi cuerpo también, y esta es su primera novela. El Biblioteca Breve está dotado con 30.000 euros y es uno de los de mayor impacto mediático del mundo editorial español.

Noche y océano parte de una extraña noticia en el periódico: el robo del cráneo embalsamado del cineasta F. W. Murnau, un suceso real publicado en prensa en julio de 2015. La narradora y protagonista, Beatriz Silva, una joven doctora en Sociología que dedica su vida a la investigación universitaria, está convencida de que el autor del crimen es Quirós, director de culto y amigo de la propietaria de su casa, que llega un día para instalarse en la planta de arriba de su casa. La narradora, descrita por sí misma como una mujer “excesivamente alfabetizada”, una “bulímica de la cultura” según su autora, que sustituye el mundo real por la soledad de los libros y la alienación de la academia.

El jurado destacaba en el fallo la novela de Taranilla por estar “escrita con gran seguridad y aplomo, del todo inesperados en una primera novela”. De hecho, la librera Lola Larumbe, miembro del jurado, aseguraba que al leer el libro por primera vez pensó que el nombre de la autora podía tratarse del seudónimo de algún escritor veterano. Ella establecía lazos entre Noche y océano y autores como Eduardo Mendoza, Enrique Vila-Matas o David Foster Wallace, mientras que el cineasta Fernando León de Aranoa hablaba de ella como “un juego”; la escritora Clara Usón, también parte del jurado, la describía como una “novela posmoderna” que “se ríe de la novela posmoderna”, y Pere Gimferrer alababa una “voz personalísima” y una obra “completamente distinta de lo que se escribe y se publica”.

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“Envié la novela al premio sin ninguna fe”, decía Raquel Taranilla en la rueda de prensa mientras su hija correteaba por la sala. La escritora definía su propio libro como “una novela gótica sobre un enamoramiento”. “Bea es una lectora súper obediente, y también lo he sido, y es una mujer en una existencia precaria”, decía Taranilla sobre su narradora, una voz que definía como más poderosa que ella misma. Se refería a una precariedad material que tiene que ver con su oficio: “Bea y yo somos profesoras en la universidad española. Eso es algo heroico, y básicamente de lo que hablaba era de que es difícil poder dar clase o poder publicar en este lugar donde la investigación no está en absoluto reconocida. Yo he dejado de ser asociada este año: tengo 38 años”, reivindicaba. ¿Cómo decirle a sus alumnos que la carrera académica merece la pena? “Es una mierda la carrera académica, es durísima”, zanjaba. “La gente lo está pasando mal, de verdad”.

La autora —que se refería también a su procedencia, una familia “castellana” de clase obrera— aseguraba que su personaje hablaría del acto de entrega del premio “como ‘un acto del planeta cultura”, una aseveración que levantaba algunas risas entre el público, invitado a la celebración por este sello del Grupo Planeta. Entre todos los autores nombrados por el jurado, Taranilla mencionaba a Vila-Matas, en parte originario de este título: “A mí Aire de Dylan me sentó como una patada en toda la cara”, decía, refiriéndose a la novela del escritor catalán publicada en su mismo sello en 2012, “y poco después empecé a escribir esto”. Aire de Dylan fue descrita también como una crítica al posmodernismo, y llevaba consigo una oposición generacional entre la del Dylan y su padre, cuyo fantasma le persigue. Noche y océano funciona así como una respuesta al autor: “El retrato de mi generación que hace en esa novela me parecía doloroso e injusto”.

El galardón —a cuya entrega acudió este periódico invitado por la organización— se otorga desde 1958, con un paréntesis entre 1972 y 1999, tomando el nombre de la colección Biblioteca Breve. El jurado ha estado formado por la librera Lola Larumbe, el cineasta y guionista Fernando León de Aranoa, los escritores Pere Gimferrer y Clara Usón, y Elena Ramírez, editora de Seix Barral. La reunión donde se falló el premio tuvo lugar, según la propia editorial, el pasado 21 de enero, y en ella se acordó también destacar —y recomendar la publicación de— El desafortunado, del escritor argentino Ariel Magnus, contendiente también al premio.

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