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José Luis Rodríguez Zapatero: "Me resisto a ver series sobre política"

Zapatero aterrizó en Better call Saul sin haber visto la serie de la que surge su protagonista. Better call Saul“No he sido seguidor de Breaking Bad,” admite: “Lo intenté un par de veces y lo dejé. Ahora sí voy a verla, porque en esta, el protagonista y todos los personajes me están impresionando”.

De las diferentes líneas argumentales de la serie, la favorita del expresidente es la que afecta a los dos hermanos, Jimmy y Chuck: “Es un drama con una gran riqueza de tonalidades, y confieso que el personaje del hermano mayor, que físicamente me recuerda mucho al escritor Borges, y su enfermedad electromagnética, me hace engancharme muchísimo. Ese duelo entre hermanos, que es de inteligencia, de rencores, y de amor, que también hay, sobre todo por parte de Jimmy, me parece fantástico”. “Y me encantan las escenas de la manta”, ríe.

Preguntado por el personaje de Kim Wexler, interpretado por Rhea Seehorn, destaca, a parte de la labor de la actriz, “la lealtad del personaje a Jimmy, que no es fácil, él es complejo, arrastra desastres, problemas y ella le profesa un amor que en todo momento parece sincero, que trasciende al interés, a las circunstancias, al riesgo profesional, porque ella es una abogada muy seria que llega al límite por él. Ella no exhibe el amor que tiene por él, no le llama cariño, pero detectas que es un sentimiento auténtico y de fondo”.

Sobre la ambigüedad moral de varios personajes y como bordean la legalidad, el argumento que más le interesa es el de Mike: “Tiene una gran riqueza porque se ve una trayectoria que le pesa, tiene que hacer todo lo que está haciendo, al margen de la ley, por su nieta, que le recuerda el comportamiento que tuvo con su hijo, aparte de que Jonathan Banks es un actorazo. Transmite una bondad de fondo, una honestidad, renuncia a las acciones más violentas, se remite a su trayectoria como policía al que la vida ha llevado a circunstancias más difíciles. Me parece que en quien mejor está definida esa contradicción es en la figura de Mike”.

Las series que más le gustan son las de la América profunda, “esa América con un pie dentro de la ley y otro fuera, están fuera de la ley pero quieren estar dentro… y si tiene un toque de humor todavía me apasiona más. De ahí mi devoción por los hermanos Coen, por Tarantino, y las series así me apasionan porque ponen el prisma en una vertiente de la sociedad americana que seguramente antes o después traerá consecuencias, serias y graves a ese imperio, a ese gran país que tiene tantas cosas positivas que es Estados Unidos”.

Las tramas referidas a la frontera, al narcotráfico de Better call Saul también atraen especialmente a Zapatero, “conocer y comprender una parte de un fenómeno dramático que vive buena parte de Latinoamérica y países como Colombia y México, comprobar de una manera tan directa y tan viva, como hacen estas buenas series, que el narcotráfico viene a llenar un vacío que deja la sociedad, las instituciones, la falta de oportunidades, vacío que atrae a un montón de gente joven por el dinero que se gana, por el culto a la violencia. Es extraordinariamente positivo que haya tantas series sobre el mundo del narcotráfico y la violencia que se instala con normalidad. Incluso cuando se ven las series, cuando te metes dentro, lo ves con absoluta normalidad. Esto es lo que me parece una gran aportación”.

'Better call Saul': si necesitas una buena serie, llámale

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A parte de Better call Saul, Zapatero se confiesa como un gran consumidor de series, “He visto en mi vida cientos de ellas y es una de las cosas que más me motiva, que más me atrae, que más me hace vivir, en definitiva”. En esta cuarentena, especialmente, ya que dedica tres horas diarias a verlas, con su esposa, Sonsoles Espinosa, “además, lo hacemos siempre en común, y es otra manera de convivir; sintiendo cosas, viviendo cosas y compartiendo las series”.

El político socialista sitúa el origen de su afición a las series en Los Soprano, “una obra maestra, de una brillantez extraordinaria”. También es un gran seguidor de las ficciones que abordan los procedimientos en tribunales. “Soy muy aficionado a las series que muestran brillantes interrogatorios judiciales, me parece el momento álgido de la escritura del guionista”. Además de las primeras temporadas de Fargo, True detective, o Narcos, guarda un lugar a series más ligeras como Mujeres desesperadas, y la española Los hombres de Paco. Ahora es un gran seguidor de La casa de papel, también nacional. Y no olvida otra de sus favoritas, la británica Line of duty, que sigue a una unidad de asuntos internos de Birmingham.

Sin embargo, Zapatero reconoce aversión a un género en concreto, las series políticas: “me he resistido a ver alguna de las más famosas, porque –quizá es un prejuicio– la aproximación a cómo se desarrolla el proceso político no se corresponde a lo que veo en las series y la mayoría de ellas están salpicadas de hechos muy groseros. La vida política, en general, se mueve en parámetros de mayor seriedad y no tanto en el delito”. Hace una excepción con la serie danesa Borgen, especialmente sus dos primeras temporadas, en las que reconoce: “ahí si había un relato de cómo al menos yo he conocido el proceso político. Reconozco que como las series políticas siempre tienen un punto crítico puedo tener una defensa psicológica ante ellas”, ríe.

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