Crisis del coronavirus

La industria editorial se apresura para adaptar sus novedades a un mundo marcado por el covid-19

Uno de los libreros de Tipos Infame, en Madrid, pone a punto el fondo de la librería.

Han sido dos meses, pero han parecido muchos más. Desde el pasado 14 de marzo, cuando se declaró el estado de alarma por la crisis del coronavirus, la industria editorial ha visto no solo cómo se paralizaba completamente su actividad —librerías e imprentas cerradas, editoriales teletrabajando e implantando ERTE— sino cómo cambiaba de la noche a la mañana su futuro inmediato. Las librerías han abierto, sí, pero no habrá ferias del libro este verano y será muy difícil organizar encuentros con el público, presentaciones o clubes de lectura, que suponen el grueso de la venta. Si muchas editoriales defienden la necesidad de detenerse y recapacitar, casi todas se han apresurado para adaptar sus novedades a los nuevos tiempos, un mundo cuyo protagonista es un tema que sus catálogos ni siquiera podían contemplar. 

El sello Capitán Swing, dedicado principalmente al ensayo político, ha remodelado casi por entero su catálogo de los próximos meses. "Lo primero fue pararlo todo, y luego estuvimos unas semanas que no sabíamos qué hacer", cuenta la editora Blanca Cambronero. Después de largos debates, tomaron una decisión doble: por un lado, lanzar en estos meses las que iban a ser sus apuestas de la temporada era hacerles un flaco favor; por otro, los lectores querrían títulos que les ayudaran a entender lo que les está ocurriendo. Con estos dos ejes, cambiaron toda su planificación. En los próximos meses, publicarán libros sobre el brote de cólera de Londres de 1854 (El mapa fantasma, de Steven Johnson), sobre la gripe de 1918 (La gran gripe, de John M. Barry) o sobre la expansión global de las enfermedades (Pandemia, de Sonia Shah). 

Otras editoriales se han decidido también por reducir sustancialmente el número de novedades, que en circunstancias normales habría sido alto: en estos meses se encadena Sant Jordi con las distintas ferias del libro, incluida la de Madrid, a lo que se añaden las compras antes de las vacaciones. En el caso de Galaxia Gutenberg, cuando se declaró el estado de alarma tenía 12 títulos en imprenta, que han tenido que ser redistribuidos a partir de finales de mayo y hasta otoño. Pero ¿con qué criterios reordenar el catálogo? ¿Qué libros tenían que llegar ya a las librerías y para cuáles era mejor esperar? "Con algunos, estaba bastante claro, porque eran de autores extranjeros que tenían que venir a España y eso era imposible. Estos los hemos pasado a otoño, esperando que puedan venir", cuenta el editor Joan Tarrida. "Otros son libros que necesitan un momento de lanzamiento más largo, dedicarles más esfuerzos, y esto no podíamos hacerlo concentrándolo en junio y julio". 

Elena Ramírez, directora de Seix Barral, recuerda también esos libros que se quedaron en el limbo, las novedades de febrero o marzo que apenas tuvieron tiempo para llegar al lector antes de que cerraran las librerías. "Para programar los títulos que vienen hasta el verano hemos tenido en cuenta que hay grandes libros que acababan de distribuirse cuando vino el cierre y tienen largo recorrido por delante como Noche y océano, de Raquel Taranilla [ganador del Biblioteca Breve], o A corazón abierto, de Elvira Lindo", explica. Estas novelas corren el riesgo, además, de ser sepultadas por las que lleguen y de que los medios se muestren menos interesados en ellas por no considerarlas novedades. Es lo mismo que le sucedió a Capitán Swing con apuestas como Las invisibles, el estudio de Peio H. Riaño sobre la presencia de mujeres en el Museo del Prado, o La bastarda, el relato autobiográfico de Violette Leduc. 

El virus se extiende por los libros

"¿Es excesivo sacar todo sobre este tema? ¿La gente va a estar cansada? Ese fue el gran debate que tuvimos", recuerda Blanca Cambronero. Y está claro qué idea ganó: de los diez libros que planean lanzar de aquí a agosto —aunque, ante la incertidumbre, puede haber más de un cambio—, ocho están relacionados con el covid-19, las pandemias o la enfermedad, desde una perspectiva histórica, científica o políticosocial. Lo explica Cambronero: "El espíritu de la editorial es el de generar un contexto y aportar análisis. Puede haber un hastío sobre el tema, pero también hay ganas de saber, de conocer puntos de vista más reflexionados, hechos con más tiempo". Porque buena parte de sus novedades son traducciones de libros que se han editado en los últimos años, como Un planeta de virus, del divulgador estadounidense Carl Zimmer, publicado en 2011. 

Las editoriales han tenido que ser ágiles en la compra de derechos. Lo ha sido Seix Barral con Diario de Wuhan, de la escritora china Fang FangDiario de Wuhan, que saldrá en julio en español. El libro es un testimonio de los dos meses de cuarentena estricta de esta provincia, y nació primero como blog. Elena Ramírez tuvo noticias de él antes de que España comenzara a preocuparse por el covid-19: "El diario tiene dos interpretaciones paralelas", explica, "la evolución del día a día de la pandemia desde el primer lugar donde brotó el coronavirus, que es verdaderamente fascinante porque eran pioneros en esta barbaridad, y la evolución de todos los intentos por silenciar a Fang Fang por parte de la ultraizquierda china". El mundo editorial parecía congelado, pero sus engranajes se movían. También los de la compra de derechos de traducción: "Fuimos muy rápidos. Jesús Rocamora, editor de Seix Barral, hizo una grandísima labor de búsqueda de información y de persuasión para su contratación". El libro llegará a Estados Unidos, a Italia, a Francia... pero quizás no se publique en China.

Hay otros plazos que se ajustan también al máximo, como los de la traducción misma, en el caso de los libros que llegan de fuera. La editora de Capitán Swing cuenta que El mapa fantasma se había publicado ya en España, por el sello Kantolla en 2008, por lo que junto a los derechos se compró también la antigua traducción, de Cristina Mbarichi Lumu. En otros casos, la editorial ya tenía los derechos de los libros desde hacía meses y había incluso encargado el trabajo, por lo que contaban con cierta ventaja. Pero ahora mismo los traductores de algunos títulos se afanan por llegar a tiempo a la edición, corrección ortotipográfica y, finalmente, a imprenta. Es el caso de Diario de Wuhan, que para cumplir los plazos se traduce tanto del chino como del texto inglés editado, "en constante contacto con la propia autora a medida que escribía", dice Ramírez. 

Una historia familiar

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Primeras lecciones del coronavirus

Porque ahí está el más difícil todavía, en los libros escritos por y para la crisis del coronavirus. Es el caso también de Pandemocracia, del filósofo Daniel Innerarity, un ensayo de 136 páginas —es decir, breve para los estándares del género y del propio autor— que lanzará Galaxia Gutenberg el 27 de mayo. "Íbamos viendo que Daniel estaba muy solicitado por los medios de comunicación, que pedían su opinión sobre lo que estaba ocurriendo", dice el editor Joan Tarrida. "Él iba tomando notas, reflexionando, y en cierto sentido todo esto era la cristalización de asuntos teóricos sobre los que él ya había escrito". Y aquí, de nuevo, el mismo debate: ¿es demasiado pronto?, ¿hace falta más tiempo para mirar las cosas con perspectiva? Tarrida se detiene unos segundos: "Hemos creído que la obligación de alguien como Daniel y de una editorial es ofrecer elementos al lector que le ayuden a su reflexión. Y la reflexión que quieran hacer los lectores hoy necesita de materiales hoy, no de dentro de diez meses".

También Capitán Swing ha llamado a dos autores con experiencia previa para que volcaran en un libro su aprendizaje sobre el coronavirus: en Epidemiocracia —título de trabajo, advierten—, a la venta en julio, se unen el médico y experto en salud pública Javier Padilla y el epidemiólogo Pedro Gullón. Y también espera en el catálogo El monstruo llama a la puerta, ensayo del sociólogo estadounidense Mike Davis sobre la relación entre el coronavirus, las grandes enfermedades virales y el sistema capitalista, publicado en el inglés original el pasado marzo. Una nueva inquietud editorial: que estos libros coyunturales tengan una vida corta en las estanterías. Blanca Cambronero trata de disiparla: "Quizás para algunos sea así, en el sentido de que quizás en otro contexto hubieran llegado a un público más minoritario. Pero las pandemias y las enfermedades no son un tema nuevo, y no es nuevo preguntarnos por cómo será todo esto en el futuro. Esperamos que estos libros sean una referencia y que puedan pasar a formar parte del fondo". Incertidumbre. Otra más. 

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