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¿Quién no quiere ver bailar a Michael Jordan?

Netflix ha desempaquetado en abril un regalo largamente guardado para los aficionados al baloncesto o simplemente a las grandes historias. El documental de 10 episodios El último baile, sobre Michael Jordan y la épica temporada en la NBA de los Chicago Bulls en 1997-98. Jordan, como siempre, ha vuelto a arrasar.

infoLibre ha tenido la ocasión de comentar esta pieza extraordinaria con el español que, probablemente, más cerca estuvo de los hechos que se cuentan, Antoni Daimiel. Encargado de las retrasmisiones de la liga americana desde el 95, se desplazaba con su compañero Andrés Montes y el equipo de Canal+ hasta Estados Unidos para contar desde allí las fases finales.

Daimiel explica la trascendencia de este largo relato largo que no pierde intensidad en ningún momento. La NBA, era dueña de las imágenes de toda la temporada 97-98 excepto en el caso de dos jugadores, Pat Ewing y Michael Jordan y en 2016 se consiguió la autorización del astro del basket para hacer este gran reportaje de aquella competición. “Incluso estas imágenes estaban guardadas separadas del resto del material de la NBA” detalla. En una entrevista de hace un año al diario El mundo, Daimiel elegía como mejor momento de su carrera la final del 98 en Utah, eje del documental.

“Una historia de vida, de egos”

Tras veintidós años, podemos acceder a material nuevo que desvela las interioridades de un equipo y unas estrellas legendarias. A pesar de que ha llevado casi 4 años hacer el reportaje, al final llegaron las prisas. Ya que no iba a haber finales en junio de este año, cuando estaba previsto estrenar, corrieron para llegar a la cuarentena y eso ha ayudado a tener una mayor difusión. Daimiel no se ha sorprendido del éxito, pero sí de ver cómo ha llegado El último baile a gente que no sigue el baloncesto: “También es una historia de vida, de egos, un debate sobre si hay que ser como era Jordan para ser un líder y ser el mejor”.

¿Y cómo era Jordan? “Yo le vi por primera vez en el All Stars del 96, en San Antonio y ya entonces comprobé como provocaba a su paso algo diferente. Tenía un halo especial, siempre sonriente, generoso, muy educado con la prensa y aficionados”, rememora Antoni Daimiel, quien ahora considera que estaba protegiendo su marca y sus negocios con Nike. “Luego hemos sabido que no era ni mucho menos el compañero ideal, el rival ideal, o el empleado ideal para los ejecutivos de los equipos en los que estuvo”.

Y aunque el centro absoluto es la estrella de los Bulls, considerado por muchos el mejor jugador de equipo de la historia, el título de la miniserie se debe a otro de los puntos fuertes de este relato. “Se centra en la frase, El último baile, que el entrenador Phil Jackson escribió en la pizarra en una de las primeras sesiones de equipo de la pretemporada 97-98”, refresca Daimiel. “Refleja un acontecimiento inédito en la historia del deporte y que ha seguido siéndolo después. Es un equipo dominante, ganador, con Jordan, Pippen, Rodman, Kukoc, Phil Jackson… Y comienzan la temporada sabiendo que ocurra lo que ocurra se van a disolver”. El director del club, Jerry Krause advirtió que aunque se ganasen los 82 partidos de la temporada regular, el entrenador, Phil Jackson no seguiría en su puesto. “Sabían que había un 99% de posibilidades de disolverse y aun así jugaron como vemos en el documental” continúa. El juego al que se refiere Daimiel es hipercompetitivo y ganador y levantado sobre presión, conflicto, adrenalina y lucha constante.

El documental puede ser disfrutado por cualquier persona. Las imágenes del juego son todo lo bonitas que el baloncesto puede ser; canastas imposibles, jugadas magistrales unas tras otras, una selección de los mejores momentos de algunos de los mejores jugadores en los mejores años de su vida. No sólo es deporte, es arte en movimiento. Y el drama humano es riquísimo. Biografías bien contadas, relaciones desmenuzadas, conflictos analizados con seriedad con más de cien testimonios: compañeros, rivales, analistas e incluso Obama, y como centro, la entrevista más larga de Jordan, desarrollada en cuatro largas sesiones. Tanto los productores ejecutivos, Michael Tollin y Jon Weinbach como el director, Jason Hehir, han desarrollado todas sus carreras en torno al deporte y el audiovisual.

Eso sí, preguntado por la ausencia de mujeres, y especialmente por la esposa de Michael Jordan durante sus mejores años profesionales, Juanita Vanoy, que algunas personas han interpretado como un veto del jugador, Daimiel aclara que la ex esposa de Jordan “siempre se distinguió por la búsqueda del anonimato y de no aparecer, ya cuando era la esposa del mejor deportista del momento. Y se sabía de su importancia, siempre se dijo que Juanita, unos años mayor que Michael Jordan, era quien le estructuraba y ordenaba, y ponía freno y calma. Ponía el cerebro para armonizar al Jordan deportista, al hombre de negocios y al padre de familia”.

“Después de la muerte de George Floyd, Michael Jordan tenía que posicionarse”

Después de la emisión de El último baile, Michael Jordan ha hablado de manera nunca vista en él de cuestiones sociales. “Hasta aquí hemos llegado”, ha dicho. “Siempre se le ha acusado de no mojarse en estos temas” aclara Daimiel, “y ahora que es el deportista del momento gracias a esta emisión cuando medio mundo estábamos encerrados en casa, no podía negarse a dar su opinión y no podía ser otra que la que ha dado contra el abuso policial y el racismo”. El documental puede tener parte del mérito, pero para Daimiel, posicionarse ahora era inevitable “tras la muerte de George Floyd, ciudadano de Minneapolis con su cuello bajo la rodilla de un policía, esos casi 9 minutos de imágenes no dan otra opción”. Por otro lado, el periodista nos recuerda que Jordan es propietario de los Charlotte Hornets, equipo de Carolina del Norte: “En ese estado aún hay mucha marginalidad en la comunidad afroamericana e incluso desde el punto de vista del negocio le convenía mojarse. Pero hay que destacar la acción de su marca Jordan Brand, el compromiso de donar 10 millones de dólares cada año durante 10 años hasta completar los cien millones, contra el racismo”. Y concluye, “La NBA es una de las ligas deportivas más progresistas en Estados Unidos y una de las más progresistas a nivel mundial”. Aunque también es cierto que ha habido racismo en cantidades enormes antes de George Floyd y Jordan no se posicionó tan claramente en esas ocasiones, como se recuerda vagamente en el propio documental.

Daimiel es un espectador atípico. Este documental le recuerda su propia vida: “La nostalgia me ha atrapado porque eran años en los que a mis veintitantos era comentarista en Canal + en las temporadas 95-96, 96-97 y 97-98 y viví las finales allí, in situ, en Seattle, Chicago y en Salt Lake City, en Utah”. Varios hechos y momentos le han impactado especialmente, “como escuchar a Dennis Rodman confesando que apenas tenía relación fuera del ámbito baloncestístico de entrenamientos o partidos con Scotty Pippen y Michael Jordan; la humillación pública que los jugadores hacían a su director general, Jerry Krause; y recordar cómo fue una sensación para mí y para Estados Unidos cuando Jordan confesó en público que a su llegada a los Bulls muchos de sus compañeros consumían droga en una habitación de hotel abiertamente”.

Entre los muchos personajes fascinantes que conocemos en el documental se encuentra Scotty Pippen, del que Daimiel destaca que “es atípico y eso le hace atractivo para un documental. Tenía madera de estrella y en mi opinión, por falta de personalidad, terminó como escudero”, valora. Cuando se opera fuera de tiempo porque se siente maltratado, cuando abandona un partido en el que es clave porque no está Jordan, “demuestra tener una personalidad frágil con una relación complicada con Jordan”, señala. Pippen oscila entre la traición y la lealtad a Jordan. El propio Daimiel recordaba hace dos días en Ilustres Ignorantes su encuentro casual con la ex esposa de Pippen en un bar.

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Preguntamos a Daimiel por el género del documental deportivo y se muestra totalmente partidario: “Hay que propiciar la televisión deportiva de calidad”. Aquí hace un recuerdo a Michael Robinson y a Informe Robinson, donde él mismo trabajó: “Además, ni las tertulias deportivas son tan baratas si tienen derechos de imagen y pagan a los participantes ni hacer reportajes tiene que ser tan caro”.

Nos recomienda sus documentales favoritos, especialmente Hoop dreams, que siguió durante años a dos promesas infantiles de baloncesto que no llegan a ser lo que se esperaba y nos sirven para repasar toda la sociedad de Chicago. Diego Maradona, de Asif Kapadia o Superdepor, te quiero igual, de Informe Robinson.

Y es que el deporte demuestra una y otra vez que se cuenta en imágenes con enorme emoción.

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