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Crisis del coronavirus

La mayoría de series españolas viven en la 'vieja' normalidad y obvian la existencia del coronavirus

Ana Milán en el rodaje de la serie 'ByAnaMilán'.

Madrid, 1914. Una resplandeciente mañana en un barrio burgués de la capital. El silbido de los pájaros acompaña a los transeúntes. Dos mujeres se saludan educadamente y comienzan una distendida conversación. Pero entonces sucede algo anormal. Otra persona atraviese la calle. En su rostro lleva lo que parece… una mascarilla quirúrgica. Podría tratarse de una intrigante novela de viajes en el tiempo que aprovecha la temática coronavírica. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Esta escena pertenece a Acacias 38, buque insignia de las tardes de La 1.

Como establecen los estrictos protocolos con los que se retomaron los rodajes, los figurantes tienen que llevar mascarilla en el set. Eso sí, lógicamente deberían quitársela cuando comienzan a filmarse las tomas para no dar pie a gazapos como este. Debido a este error, el covid-19 se coló en una ficción ambientada en un periodo anterior incluso a la pandemia de gripe de 1918. Lo curioso es que paralelamente no hay rastro de él en otras series ambientadas en la actualidad y rodadas después del confinamiento.

Cada vez que ficción y coronavirus se mezclan, aparece una serie de interrogantes: ¿tiene sentido obviar esta situación cuando es una parte tan activa de nuestro presente? ¿no estamos a la vez suficientemente hartos como para que el cine o las series nos sigan recordando esta distopía que nos ha tocado vivir? En las ficciones surgidas del confinamiento los expertos encontraban ventajas como la desdramatización e inconvenientes como el estrés ante la vuelta una y otra vez al mismo tema. Lo mismo puede decirse en cuanto a reflejar la realidad pandémica meses después de dejar atrás el enclaustramiento ‘duro’.

Bien es cierto que no es lo mismo tratar directamente el tema que incluirlo como mero elemento contextual. En Estados Unidos las nuevas temporadas de series médicas como Anatomía de Grey o The Good Doctor giran en torno a la crisis sanitaria. Por su parte, Los Simpson retrasó el estreno de su especial de Halloween (que incluye una pieza ambientada en las pasadas elecciones estadounidenses) para añadir mascarillas al rostro de algunos personajes, aunque la trascendencia de este cambio sea mínima en la trama.

Algunos creadores españoles no ven con buenos ojos ninguna de las dos alternativas y abogan por obviar el contexto pandémico. Javier Galán es guionista de ByAnaMilán, la última serie de Atresplayer Premium. En conversación con este medio, cuenta que nunca se plantearon incluir el virus como parte de la realidad. “Supongo que, en parte, porque es una comedia bastante luminosa con un tono simpático, y aquello oscurecía el asunto”.

Indica que ByAnaMilán empezó a concebirse a principios de junio, cuando “aquello pillaba muy pronto aún”. “Es una serie con un formato de 25 minutos... Yo creo que meterse en ese tema iba a dar más dolor de cabeza que otra cosa, no cabía y al final no es lo que importaba para una serie de Ana Milán”, explica Galán.

Lo curioso es que esta comedia surge durante el confinamiento. En concreto, el origen se encuentra en las historias de Instagram que la actriz Ana Milán compartió durante estos meses. En ellas relató anécdotas de todo tipo que amenizaron un periodo especialmente convulso a sus seguidores.

Más allá de su propia serie, Galán se muestra reacio a representar la pandemia en la ficción. Esgrime diversos argumentos: “En primer lugar, aún estamos en medio del asunto y no tenemos la suficiente perspectiva y madurez para hablar de ello (en unos meses podría envejecer fatal lo que contáramos ahora). Y, por otro lado, creo que ahora mismo la ficción es el único resquicio que nos queda para huir de la realidad tan terrible que estamos viviendo. Una ficción con mascarillas y distancias de seguridad sería profundamente desalentadora”.

Pequeños guiños y saltos en el tiempo

La inclusión de guiños anecdóticos puede ser una solución intermedia para sacar una sonrisa al público mediante una realidad que todos hemos vivido sin machacar un tema del que en muchas ocasiones queremos escapar. La segunda temporada de Señoras del (h)AMPA, estrenada hace algo más de un mes en Amazon Prime Video, optó por esta opción. En uno de sus episodios, un personaje pierde el gusto y otro insinúa que la razón podría ser el covid-19.

Una de las pocas series españolas que sí ha anunciado su intención de tratar directamente las consecuencias del coronavirus es nada menos que Cuéntame. Pese a su ambientación histórica, que en su temporada 21 se sitúa en 1992, el equipo de la serie ha dejado caer que la nueva temporada contará con un episodio especial en forma de flash-forward. Esto es, un salto temporal que nos permitirá ver a los Alcántara en pleno 2020, viviendo los estragos de la pandemia al igual que el resto de los españoles.

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Para el sociólogo y profesor titular de la Universidad Rey Juan Carlos Pablo Francescutti, tanto ignorar como abordar directamente el covid-19 son decisiones igualmente legítimas: “En la medida en que se trata de series de ficción, sus creadores tienen todo el derecho a incluir u omitir los elementos de la realidad que les parezcan. Si consideran que su público ya ha tenido demasiado de coronavirus y necesita distraerse o pensar en otras cosas, son libres de pensar así”.

“Cosa muy distinta sería una campaña de educación para la salud, que debe guiarse por criterios de eficacia en cuanto a la concienciación de la población respecto de unos asuntos determinados”, matiza Francescutti para remarcar que no corresponde a estas obras ninguna labor de concienciación.

El sociólogo apunta también que la relación de los creadores con el contexto actual no será estática: “Aunque ahora los guionistas no se sientan atraídos por llevar a la pantalla el tema de la pandemia, no descarto que cuando esta haya remitido, quizás, a toro pasado, se produzcan ficciones al respecto”. “El caso de Cuéntame apunta en ese sentido”, concluye.

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