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Videópatas, uno de los canales más populares y veteranos de la red, destripa YouTube a través de su experiencia

Lucía Díaz

Formado por Ángel Moraleda y Álvaro M. Román, Videópatas es uno de los canales más populares de la red. Valencianos veteranos en la plataforma de vídeo por excelencia, donde el secreto de su éxito reside en tener ganas de divertir y divertirse creando contenido de humor.

Casi 10 años después y con 507 millones de visitas alcanzadas, hablamos sobre la plataforma a través de su experiencia, su recorrido y lo difícil que es a día de hoy mantenerse en la cresta de la ola sin someterse a las nuevas imposiciones de YouTube, de las que hablaremos más tarde.

La calidad marca la diferencia. Ambos se formaron en el sector audiovisual y han reunido experiencia suficiente para dotar a sus vídeos de una calidad superior a la media de la plataforma. Primero hay que preguntarse qué es calidad: Ángel nos cuenta que un usuario de YouTube no valora tanto la calidad técnica pero sí unos mínimos: "Evidentemente tiene que verse y escucharse bien, pero al final lo que valora es que el contenido le aporte lo que le tiene que aportar. Si es didáctico que le enseñe, si es entretenimiento que entretenga, eso es lo más importante". También asegura –y puede comprobarse fácilmente– que en general el canal de Videópatas tiene más calidad que la media, ya que se han criado en el mundo audiovisual y han trabajado durante años en el sector.

No les gusta denominarse youtubers ya que el objetivo principal por el que decidieron abrir el canal fue para darle difusión a los contenidos de ficción con el que participaban en festivales y concursos y crear comunidad: "Creamos contenido digital: cortometrajes o spots publicitarios con los que íbamos a festivales y nos dimos cuenta que cada vez que creábamos algo nuevo y lo difundíamos entre nuestros amigos era como volver a empezar cada vez. Necesitábamos acumular la audiencia, la gente a la que le gusta nuestro contenido para que luego nos resultara más sencillo alcanzar los números para pasar de fases. Desde YouTube podíamos hacerlo".

Cuando comenzaron en 2012 creaban un contenido totalmente nuevo, sketches profesionales de humor: "Era algo que no existía", asegura Ángel. "Sólo había vlogs (videoblogs, personas hablando a cámara de gran variedad de temas) y gameplays (vídeos de personas jugando a videojuegos)". El contenido de Videópatas tampoco sale como churros. Un contenido elaborado, con periodicidad semanal y volumen suficiente abunda muy poco; y más siendo contenido de ficción en un canal con casi dos millones de suscriptores. "Básicamente hacemos humor. Decimos que contamos historias porque alguna vez hacemos algún vídeo más serio o dramático. En general nos centramos en historias cotidianas donde la gente pueda identificarse, con la premisa de 'qué pasaría si…' y metemos un elemento que no es tan común".

Su forma de trabajar también refleja estos años de formación audiovisual, evidente en sus vídeos: "Nos sentamos a escribir los guiones a nuestro ritmo", asegura Ángel, y nos cuenta que "han pasado diferentes guionistas por Videópatas a lo largo del tiempo y ahora el que más escribe es José Palacios, con el que nos vamos reuniendo, le contamos las ideas y una vez están escritos los guiones los vamos programando. Convocamos a los actores, aunque intentamos siempre aparecer nosotros también y nada, vamos publicando uno por semana". Este proceso pudiera parecer sencillo, pero hay que sumarle el tiempo de rodaje, el proceso creativo, la edición, postproducción y difusión por redes sociales. Ángel termina confesando entre risas que les queda el tiempo justo para dormir y respirar, pero también emplean un horario de trabajo como el de cualquier otra profesión: "Nos establecemos un horario de 09:00h a 18:00h o 19:00h depende del día e intentamos respetarlo. Tenemos un trabajo más común de lo habitual, pero también es muy difícil desconectar del todo y más con algo tan a mano como las redes sociales", asegurando que no notan la diferencia entre el uso profesional y particular de dichas redes.

Teniendo tal nivel de producción y calidad técnica, es habitual que se encuentren con la pregunta de por qué no dar el paso y trabajar como una productora al uso en vez de publicar únicamente su contenido en YouTube. La respuesta siempre es la misma: "Nos gustaría acabar en el cine, es verdad que en general todo lo que hacemos es dedicado a Videópatas, pero no descartamos en ningún momento colaborar con productoras de cine como tal o cerrar algo con una distribuidora. Fuera de eso, trabajar como productora haciendo productos para empresas no nos llama. Si habláramos de ficción, nos lo hemos planteado y nos gustaría trabajar para cualquier plataforma digital, pero es un poco complicado. Hay que conocer a la persona adecuada en el momento adecuado, pero no lo descartamos, ojalá en un futuro".

Destripando YouTube a través de su experiencia

A diferencia de plataformas como Vimeo, hay atributos que hacen muy especial a esta plataforma: el apartado de comentarios por el que recibir feedback y las relaciones interpersonales que se crean en base a cada vídeo son algunos ejemplos que favorecen que el usuario priorice YouTube como contenedor para sus creadores. Aunque a decir verdad, los entresijos de la misma en ocasiones –y cada vez más– dificultan el trabajo de muchos creadores que han preferido adaptarse a las nuevas conveniencias de YouTube, o lo que es lo mismo en palabras de Ángel: "Todo gira en torno al algoritmo. La gente dice que va cambiando y están obsesionados con cómo lo hace, pero al final siempre trata de lo mismo: beneficiar económicamente a YouTube. Y como cualquier empresa su algoritmo apuntará siempre a ese objetivo mayor, que es ganar dinero".

Precisamente debido a esto, no todos los contenidos de la plataforma son igual de rentables para el usuario ni para la plataforma. ¿Qué tipo de contenido es el que premia YouTube? Ángel nos cuenta lo que los comunes de los mortales desconocemos completamente, los entresijos de esta plataforma: "Tu canal va a funcionar tal y como está el algoritmo actualmente si tienes un contenido aceptable para las empresas, digamos apto para las marcas que quieren anunciarse en Youtube –que cada vez son más–, también ha de ser un contenido que derive en un crecimiento del número de usuarios en la plataforma y en la cantidad de tiempo que pasen en la misma. Entender esto significa entender el algoritmo, así de siempre y así de complicado".

También nos confiesa que en España es mucho más complicado profesionalizarse en la plataforma debido a que se ganan cantidades mucho más bajas siendo un canal hispanohablante que un canal anglosajón. Ángel nos cuenta que en general los canales americanos e ingleses se acercan más a lo que estamos acostumbrados a ver en cine o en televisión que los creadores en España, porque "salvo diez canales que pueden ganar muchísimo dinero, el resto de canales es prácticamente imposible tener personas contratadas y dotarle de mayor profesionalidad debido al bajo CPM (Costo por mil) que hay en España". El CPM en Marketing Digital y Publicidad vendría a ser lo mismo que el precio por kilo en el mercado tradicional de alimentación; o lo que es lo mismo, el precio que debe pagar el anunciante para obtener mil visitas a través de la publicidad en dicho contenido.

¿Si un creador de contenido decidiese dedicarse a ello, qué tendría que hacer entendiendo todo esto? Ángel nos desvela que lo primero que necesitaría es tener un volumen de visitas considerable: "Esto es más o menos difícil según entiendas el algoritmo, y vas a cobrar más o menos dependiendo de tu contenido, si es de nicho y los anunciantes están dispuestos a pagar más por estar presentes en ese contenido, vas a ganar más conceptualmente hablando que siendo un canal general como es el nuestro". También ayuda hacer vídeos con una duración más elevada; cuanta mayor sea la duración del vídeo más anuncios pueden implementarse: "ahora YouTube ha puesto la medida en ocho minutos. Si un vídeo de ocho minutos tiene las mismas visitas que un vídeo de un minuto podrá monetizar muchísimo mejor".

Siendo conocedores de estos mecanismos internos tratan de adecuar sus contenidos al algoritmo creando un contenido compa(r)tible, que la gente quiera ver hasta el final y con el que –asegura Ángel– la gente se siente identificada: "tenemos una retención de audiencia alta porque la gente empieza a verlo, funciona bien de visitas y no son demasiado largos. Es cierto que no es lo mismo hacer una pieza de más de ocho minutos currada que un vlog simplemente hablando a cámara o jugando a un juegovlog, que en ese sentido es mucho más sencillo que lo que hacemos nosotros".

Asegura que sus vídeos no caducan: "Tenemos vídeos de hace siete años que siguen funcionando y nos dan ingresos pasivamente. A corto plazo es más complicado, aunque si un vídeo funciona ahora hace que también los vídeos antiguos vayan funcionando y nos retroalimenten el propio canal, y con el acumulado vamos tirando".

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Pero no son pocos los creadores de contenido que han decidido ir mucho más allá. Nos cuenta Ángel que en los últimos años se lleva mucho vender un producto propio. Muchos compañeros suyos han decidido crear su propia línea de ropa o sacar sus propios libros: "El verdadero dinero no se gana desde la plataforma, es más conveniente utilizarla como altavoz y crear un producto –ya sea digital o físico– y ponerte a venderlo, incluso tus propios conocimientos. Hay muchísimas formas más de ganar dinero, pero nos tiraríamos un día entero hablando de esto".

Durante el confinamiento, el consumo de contenido digital ha disfrutado de una subida bastante importante, sobre todo el relacionado con la salud y el mundo fitness y canales de formación online: "Por lo que nos ha contado YouTube, las visitas en general en la plataforma han subido, pero nosotros no lo hemos notado, igual nuestro contenido no era tan atractivo como el de esos canales".

Como reflexión, también cabe destacar que para Ángel, el confinamiento ha traído una cosa clara: "Los medios digitales han salido reforzados. Muchas empresas y personas se han quedado sin trabajo porque no estaban digitalizadas. En España hay un mercado por explotar, lo hemos visto en empresas como Amazon o Netflix que todos sus productos están en Internet y se han visto reforzados. Le diría a la gente que tiene empresas, emprendedores y pequeños empresarios que no descuiden el sector digital. Tener una página web nunca está de más y personas que no estén trabajando y se quieran dedicar a ello, es posible. Hay un mercado y, sobre todo, en España aún queda muchísimo por explotar".

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