LA ECONOMÍA REAL

Los últimos datos de la economía real desmienten la euforia del banquero Botín

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El presidente del Banco Santander, Emilio Botín, está eufórico. Su país (tal y como lo explica no todo el mundo lo identifica con España)  vive un momento "fantástico". "A España" dijo el banquero este jueves en una presentación en Nueva York "le está llegando dinero para todo, para la Bolsa, la deuda pública y las inversiones directas". Este viernes se reafirmó en la Universidad de Harvard. "Creo que España está en un momento magnífico, están haciendo cosas fantásticas [...] estoy encantado y me encanta decirlo en Estados Unidos y en otros sitios", manifestó. En el país de Botín, los tipos de interés de la deuda han caído por debajo del 1%,

deuda algo desconocido desde 2010, el índice bursátil Ibex camina hacia los 10.000 puntos, las exportaciones crecen gracias a que los salarios se han devaluado a niveles del siglo pasado, como explicó el presidente de Caixabank, Isidro Fainé y en el tercer trimestre se ha dejado atrás la recesión.

Pero el país de Botín no estaría completo sin detallar la realidad que viven la mayor parte de sus ciudadanos, incluidos los 5.977.500 que, según la Encuesta de Población Activa (EPA) del segundo trimestre no encuentran un empleo. Esa realidad, alejada del término "fantástico", está marcada por los ajustes salariales, la precariedad y la dificultad para llegar a fin de mes.

¿Por qué Botín pisa a tope el acelerador del optimismo si todavía hay claroscuros en la economía? El economista José Carlos Díez lo tiene claro. En su cuenta de Twitter, al poco de conocerse la declaración del banquero, Díez escribió lo que en su opinión mueve el optimismo del banquero: 200.000 millones invertidos en bonos por el Banco de Santander a junio de 2013. La mayor parte de la inversión correspondía a deuda española. Como para tirar piedras al tejado.

En el país al que está llegando dinero para todo, hay gente que no le llega para nada. Eso explica que la morosidad bancaria, una vez que se trasapasaron los activos dañados al banco malo (Sareb) se haya sirtuado en niveles récord en medio siglo.

Morosidad disparada

La morosidad (tres meses o más sin pagarse) de los créditos concedidos por los bancos, cajas, cooperativas y establecimientos financieros de crédito (EFC) llegó al 12,12% en agosto. Son dos décimas más que el mes anterior y demuestran que lo peor, al menos para la banca, no ha pasado.

La cifra total de créditos dudosos se ha situado en 180.673 millones de euros. La morosidad cayó en diciembre de 2012 y febrero de este año por los efectos contables del traspaso de activos a Sareb, primero por parte de las cajas nacionalizadas (Bankia, NCG Banco y Catalunya Caixa) y después por las entidades del grupo 2 (Ceiss, BMN, Liberbank y Caja3). Pero el problema se mantiene.

No se trata sólo de la banca. El Instituto Nacional de Estadística, INE, ha publicado datos de facturación industrial y del sector servicios que también son preocupantes.  La cifra de negocios de la industria descendió un 9,6% en agosto respecto al mismo mes de 2012, mientras que las entradas de pedidos del sector retrocedieron un 5,4% en tasa interanual. Es la vuelta al terreno negativo tras los datos de julio.

Mal mes para los servicios

En servicios, sucedió lo mismo. agosto fue un mal mes.  El sector registró un descenso de su facturación del 4,5% en relación al mismo mes de 2012, una tasa 5,5 puntos inferior a la de julio.

El terreno de la euforia es reducido incluso a los que mantienen el tipo y tienen casa en propiedad. Si antes de la crisis el patrimonio promedio de cada hogar en España era de unos 320.000 euros, hoy ese patrimonio se ha reducido unos 75.000 euros, hasta los 245.000 euros, por la caída de los precios inmobiliarios, según el informe de la Asociación Centro de Predicción Económica (Ceprede).

Fantástico, el término utilizado por Botín, viene de fantasía. Y fantasía hubiera sido hace unos años una realidad en la que el sistema bancario hubiera recibido en torno a un 12% del producto interior bruto (PIB) en toda clase de ayudas (más de 125.000 milones de euros), incluido el rescate de 41.000 millones del préstamo europeo. La cifra la manejó antes del verano, en un curso, el presidente de la patronal bancaria (AEB), Miguel Martín.

Ese dinero sí ha llegado a la banca a chorros. Se puede añadir, además, la liquidez (más de 300.000 millones de euros) que el Banco Central Europeo (BCE) ha facilitado a las entidades. Entre otras cosas, ese dinero ha servido para que los bancos adquieran deuda nacional a tipos elevados.

Un negocio "fantástico". Pero no para el contribuyente. El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) da por perdidos 36.000 millones de los inyectados en 2012 en Bankia, Novagalicia (NCG), Catalunya Banc, Banco de Valencia, Caja España Ceiss y BMN. 

Para ser justos, hay que decir que ver la realidad a pie de acera desde la cúspide de un banco no es fácil. Obliga a un ejercicio de abstracción complicada. Porque es cierto que, a los banqueros les va bien. La Autoridad Bancaria Europea (EBA), en un estudio sobre ejecutivos del sector que superaron el millón de euros de ingresos, colocó a España en un lugar destacado: cuarto país de la UE con más ejecutivos (125) cobrando el millón del optimismo.

A pie de calle

Los ERE de la ‘recuperación’ económica

Es más fácil ver la realidad a pie de calle si en vez de presidir un banco se cobra una pensión. La reforma del Gobierno, que aleja la revalorización de las pensiones de la evolución de los precios, reducirá el valor real de las pensiones entre un 10% y un 12% hasta 2020. Son cálculos del economista Santos Miguel Ruesga, el único experto del comité encargado por el Gobierno de diseñar la reforma de las pensiones, que votoó en contra del documento final.

Los pensionistas, que en muchos casos soportan la carga de familias enteras sin ingresos (1.845.571 parados registrados no recibían nada del estado en septiembre pasado), forman parte de un colectivo, el de las familias, que ha visto cómo se desplomaba su capacidad de compra.

En 2010, cada hogar gastaba una media, según el INE, de 29.782 euros al año. Tres años después, la cifra ha caído a 28.152 euros. España ha registrado la mayor caída en ingresos disponibles de la UE tras Grecia, Bulgaria y Letonia (datos de Eurostat). No es, claramente, un momento "fantástico".

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