Crisis en la eurozona

Bruselas cuestiona la austeridad alemana por los desajustes de sus cuentas

La canciller alemana, Angela Merkel.

Alemania, para los defensores de las políticas de austeridad y de ajuste a toda costa, es el ejemplo a seguir.políticas de austeridad Un país serio, levantado por trabajadores con una alta productividad, poco dado al derroche, amante del orden y al que le espanta la especulación y el descontrol de los precios (inflación). Es la locomotora, exigente, pero locomotora, de la Unión Europea y de la moneda única.

Pero la Comisión Europea ha advertido de que va a abrir una investigación sobre las cuentas públicas del país que puede acabar en expediente sancionador. Las sanciones, que no se aplicado nunca, pueden llegar al 0,15 del país sancionado.

La desazón de Bruselas tiene que ver con los desequlibrios de la locomotora alemana, que vende productos al exterior a raudales y acumula capital hasta el punto de desequilibrar la eurozona.

Lo ha anunciado el comisario de Asuntos Económicos de la Comisión Europea, Olli Rehn, que ha pedido de nuevo a Berlín que facilite subidas salariales, aumente la inversión en infraestructuras y promueva la competencia en el sector servicios. Todo, para incentivar la demanda interna. 

Un superávit del 7%

Berlín, según las estimaciones de Bruselas, registrará un superávit por cuenta corriente del 7% este año, que sólo bajará al 6,6% en 2014 y al 6,4% en 2015, por encima del umbral del 6% del PIB.

Para los depauperados países del sur y para sus ciudadanos, el desequlibrio de las cuentas alemanas puede sonar a debate para economistas. Sin embargo, es un asunto clave. Porque muchos especialistas atribuyen a la política aplicada desde el año 2005 en Alemania la profunda crisis que ha empobrecido al Sur con devaluaciones internas, ha laminado las clases medias y ha incrementado las desigualdades hasta extremos impensables hace unos años.

Los defensores de la idea de una Alemania que ha actuado de forma insolidaria y poco coherente con la idea de una Europa en desarrollo armónico apuntan al canciller socialdemócrata Gerard Schroeder como el iniciador, en el año 2005, de los problemas que ahora atenazan a la UE y al euro.

Schroeder, según esa tesis, inició las políticas de desregulación laboral, tan alabadas por los economistas ultraliberales, que profundizaron la tendencia iniciada en Alemania al poco de crearse el euro (2000) de recortar salarios reales y aumentar exportaciones. Resultado: acumulación brutal de capitales que inflaron las burbujas en países periféricos y sembraron los problemas que acabaron por estallar con la crisis de 2008

Subidas salariales

¿Qué otra cosa podía hacer Alemania y no hizo para asegurar el éxito de la unión monetaria? La respuesta de los economistas críticos como Michael Pettis (columnista además del Financial Times) es simple: acomodar las subidas salariales al aumento de la competividad. Los famosos minijobs son la prueba de que Alemania apostó por lo contrario y cebó la bomba de la inestabilidad.

Alemania, en la década anterior al estallido de la crisis financiera redujo los salarios reales (subidas nominales descontada la inflación) en un 10%. Con el candado del euro cerrado (los países de la moneda única no pueden devaluar la moneda para ganar competitividad y vender más), la única posibilidad de equilibrar las cosas hubiera sido políticas expansivas en Alemania que dieran oxígeno a los socios más apurados. Pero la apuesta de la canciller Angela Merkel ha sido la austeridad.

Como ha recordado Rehn, Alemania supera el umbral previsto de superávit por cuenta corriente desde 2007. Y por ello Bruselas recomienda a Berlín aumentar la demanda doméstica con subidas salariales sostenibles, menos impuestos y más inversión en infraestructuras.

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También Francia

El vicepresidente económico de la Comisión aprovechó la alusión a Alemania para volver a pedir más reformas también a Francia, que ya ha sido expedientada otros años por desequilibrios económicos.

"Alemania no es el único Estado miembro cuyas políticas tienen efectos secundarios en el resto de la eurozona. En tanto que las dos mayores economías de la eurozona, Alemania y Francia tienen conjuntamente la llave para un mayor crecimiento y empleo en Europa", apuntó Rehn. 

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