Excesos en las empresas

Suiza celebra una consulta para limitar los abusos salariales de los altos ejecutivos en las empresas

Suiza

Suiza, ocho millones de habitantes, 3,5% de tasa de paro y 79.000 dólares de renta per cápita se prepara para sacar los colores a una élite de menos de 5.000 personas. El país va a celebrar este domingo una consulta (referéndum)  para limitar las diferencias salariales en las grandes empresas. La propuesta es sencilla: que ningún ejecutivo pueda ganar en un mes en una empresa lo que el peor pagado de la misma compañía gana en un año. 12 a 1. Para que la propuesta prospere, tiene que ser apoyada en más de la mitad de los 26 cantones suizos, algo difícil.

El referéndum se celebra este domingo. Ha sido convocado por las Juventudes Socialistas Suizas (JUSO), los sindicatos y el Partido Social Demócrata. Los convocantes reunieron las 100.000 firmas necesarias para celebrar el refréndum en un tiempo récord, recogiendo un malestar extendido en toda Europa, por el aumento de las desigualdades salariales en las empresas, sobre todo en las grandes compañías cotizadas.

En muchas de esas empresas, los directivos, apoyados en estudios de consultoras bien pagadas por ellos mismos, aprueban incentivos, salarios e indemnizaciones que sólo desde hace unos años empiezan a ser sometidos a la aprobación de los accionistas en junta general.

Paraíso del secreto

En Suiza, el paraíso del secreto bancario, refugio de multinacionales ansiosas de ahorrar en impuestos y escaparate de la élite financiera, el aumento de las desigualdades también se ha dejado notar.

En marzo pasado el senador y empresario suizo Thomas Minder impulsó una consulta para someter los blindajes  e indemnizaciones en las empresas cotizadas a la aprobación de los accionistas.Thomas Minder impulsó una consulta La respuesta de la ciudadanía demostró hasta qué punto está sensibilizada.

Un 68% de los votantes votaron a favor de limitar la autonomía de los ejecutivos a la hora fijar sus retribuciones

.La propuesta ganó, además, en todos los cantones suizos (el país está dividido en 26), con lo que  se transformará en norma legal.

Minder remaba a favor de corriente. En febrero, la salida pactada del primer ejecutivo de la multinacional farmacéutica Novartis, Daniel Vasella, el directivo mejor pagado del país durante muchos años (16,4 millones de euros anuales) había levantado una gran polvareda.la salida pactada del primer ejecutivo Tras 25 años en la compañía y 17 de presidente, Vasella anunció su salida con una indemnización de 59 millones de euros. Desatada la polémica, Vasella manifestó su voluntad de renunciar a la misma.

Pero los suizos ya lo tenían claro: hay comportamientos que están fuera de control. En marzo, votaron en consecuencia. Dos años antes, en Reino Unido, esa sensación se había traducido en reclamaciones de accionistas en junta general para pedir cuentas a los directivos por sus salarios. Y en la Unión Europea, tímidamente se señalaba a los banqueros que sus incentivos y primas variables (Bonus) no podrán duplicar su salario fijo sin aprobación de los accionistas.

Nadie lo puede explicar

En Suiza, con un débil frente sindical, sin salario mínimo y donde las huelgas son muy raras, nadie ha sabido explicar la razón por la que es bueno que alguien gane 50, 100 o 300 veces más que otro en una misma empresa, cualificación al margen. 

Por el contrario, se ha asentado la sensación de que esa brecha, si aumenta, es perjudicial para el conjunto del sistema. No lo dicen sólo los convocantes del referéndum. En 2008, el G-20 destacó que "las políticas de retribución en el sector financiero, principalmente los cuantiosos bonus ligados al riesgo", eran uno de los factores que habían incentivado la toma de riesgos excesiva en busca de beficios a corto plazo y, en consecuencia, habían contribuido a generar la crisis financiera global. Una pescadilla que no sólo se muerde de la cola, sino que la devora.

La consulta suiza endurece, pero por muy poco, las recomendaciones del banquero John Pierpont Morgan, fundador de la banca de inversiones JP Morgan. John Pierpont recomendaba a sus empleados no dar créditos a empresas en las que el mejor pagado ganara 20 veces más que el empleado con menos sueldo.

La idea de JP Morgan

Ni en JP Morgan, ni en la banca en general ni en países como España cuajó la idea de JP. Los informes de la consultora Hay Group muestran que en 2010, la remuneración del consejero delegado medio de las 500 empresas estadounidenses más grandes ya era 430 veces mayor que el salario del trabajador medio.

No sólo en EE UU. En Alemania, explica el periodista Andy Robinson en el libro Un reportero en la Montaña Mágica la retribución del consejero delegado medio era 147 veces superior a la del trabajador medio, según datos del sindicato AFL-CIO.

¿Qué sucede en España? Que no es una excepción a la regla extendida entre los directivos anglosajones. Incluso los ha superado. Banqueros como el exconsejero delegado del Santander, Alfredo Sáenz, llegaron a cobrar 8,23 millones al año (360 veces el salario del trabajador español medio, de 22.790 euros anuales). Incluso es posible que un banquero, caso de Braulio Medel (Unicaja) se jubile en la Seguridad Social, cobre su pensión privada y siga al frente de la entidad.

La revista The Economist, con datos de la Federación Europea de Empleadores, según información recogida por La Celosía sostiene que un empleado medio de una compañía multinacional española tuvo que trabajar ocho días el año pasado para igualar lo cobrado por el consejero delegado en sólo una hora: 594 euros.

Si se toma como referencia el salario más bajo de la empresa, serían 21 días de trabajo necesario para alcanzar lo que gana en una hora el primer ejecutivo. España ocupa la cuarta posición en el ranking europeo de brecha salarial más alta.

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Tarea difícil

En Suiza, los convocantes de la consulta saben que no lo tienen fácil. En contra del referéndum celebrado en marzo, la convocatoria del domingo tiene un tinte de política de izquierdas que no favorece el sí en un país que tiende al centro.

Las empresas, agrupadas en la asociación SGV, han asegurado que si gana el sÍ, el sistema de pensiones y la recaudación de impuestos lo notarán. SGV menciona la cifra de 4.400 millones de euros anuales (3.277 millones de euros). Suceda lo que suceda, el referéndum suizo pone sobre la mesa un asunto, los abusos de una parte de la élite empresarial que ha actuado sin control durante mucho tiempo.

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