Novagalicia Banco

Feijóo opta por la solución que le permite conservar influencia sobre Novagalicia

El presidente de Banesco, Juan Carlos Escotet, saluda al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo,

Lo “mejor para todos”. El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, se esfuerza desde este miércoles en defender la decisión de vender Novagalicia Banco (NGB) al banco venezolano Banesco y en presentarla como una decisión estrictamente técnica y alejada de criterios políticos. Según él, que la entidad que guarda en caja la mitad de los ahorros de los gallegos pase a manos de un banco extranjero es lo “mejor para todos: los contribuyentes, Galicia y España".

La elección es tan "objetiva" que, a su juicio, "no conviene matizarla con criterios políticos". "Es tan contundente, tan clara y tan diáfana, que el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria decidió aceptarla de inmediato", enfatizó.

Claro que no todo el mundo está de acuerdo. De ahí que deba insistir una y otra vez en su versión de lo ocurrido. El jueves le preguntaron sobre la percepción en círculos financieros de que el resultado de esta operación supone su victoria en un pulso con el ministro de Economía, Luis de Guindos, más favorable a que una entidad española se hiciese con NCG. “Decir lo contrario es una calumnia", advirtió con cierto énfasis el presidente de la Xunta. "Intentar mezclar esto con la política es confundir", añadió. El que se oponga a esta decisión tendrá “sus razones”, pero no son las razones “de Galicia”, informa Europa Press.

Y esa es,. precisamente, una de las claves de la decisión. Explica porqué  la estrategia de Feijóo en este asunto después del fiasco que supuso la fallida fusión entre Caixa Galicia y Caixanova, que dio lugar a NGB y que fue apadrinada por su Gobierno, se ha centrado en intentar salvar los muebles: que el banco no cerrara y que mantuviese, al menos, la apariencia de que continúa vivo.

Y lo ha conseguido: Banesco ha anunciado su intención de poner NGB bajo control del Banco Etcheverría, una pequeña entidad (la más antigua de España) con sede en Betanzos que el banco venezolano controla desde el pasado abril. De hecho, el presidente de Banesco, Juan Carlos Escotet, ya ha especulado con la posibilidad de rebautizar NGB como Etcheverría, así como su voluntad de mantener la identidad gallega del banco.

Pese al vehemente desmentido de Feijóo, fuentes de la oposición se muestran convencidas de que ese objetivo, mantener la apariencia de galleguidad del banco, es lo que ha motivado la decisión política de elegir a Banesco y no a una entidad española que sin duda se hubiese limitado a absorber y rebautizar las sucursales. Según esta interpretación, los esfuerzos de Feijóo se dirigieron a impedir que Caixabank se quedara con NGB y trasladara a Cataluña las decisiones que afectan a los depósitos de la mitad de los gallegos, con la consiguiente pérdida de influencia que esto supondría para el Gobierno gallego.

Y no sólo para la Xunta, también para muchas empresas que durante años han tenido vínculos más que directos con las cajas gallegas, entre ellas el diario La Voz de Galicia. De hecho, el actual responsable de NGB es José María Castellano, que llegó a la presidencia ejecutiva del banco desde la vicepresidencia de la empresa editora de La Voz de Galicia. Todo con el patrocinio del propio Feijóo.

La animadversión a una solución española no era exclusiva del presidente gallego: el líder del BNG, Xavier Vence, acaba de calificar la venta de “mal menor”, porque no implicará "la desaparición inmediata de la entidad" que se derivaría de la compra por un banco español.

Si Banesco confirma la continuidad de Castellano o, en el peor de los casos, su sustitución por un ejecutivo de confianza de Feijóo y del lobby empresarial gallego que depende dee la financiación que siministran las antiguas cajas, se hará evidente cuál es el sentido de la apuesta del presidente de la Xunta, así como el hecho de haber tomado ya la decisión sin esperar a un escenario económico más favorable.

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Las prisas al vender por 1.000 millones una entidad en la que el FROB había inyectado 9.000 tienen como consecuencia unas pérdidas de nada menos que 8.000 millones. Algunos, además, como Alternativa Galega de Esquerdas, creen que NGB se ha vendido muy por debajo del valor real que se derivaría del decreto 14/2013. Apresuradamente.

Lo que nadie es capaz de aventurar es el escenario de futuro, sobre todo porque son demasiadas las incógnitas que plantea la entidad matriz venezolana, cuyo músculo financiero es en principio mucho más pequeño que el de su nueva adquisición. “La sardina se comió a la ballena”, resume un dirigente de la oposición buen conocedor de muchos de los entresijos de la operación.

Parece claro porqué Feijóo prefería el banco venezolano, pero la gran pregunta, todavía sin respuesta, es porqué Banesco ha comprado NGB, con una “oferta que no se sostiene”. habrá qaue esperar a ver cuáles son sus próximos movimientos.

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