Sector eléctrico

El Gobierno trabaja a contrarreloj para cambiar el sistema y decidir la subida de la luz de enero

El Gobierno decide subir la luz un 3,2% de forma inmediata para frenar la deuda eléctrica

El Gobierno se ha dado de bruces con un sistema eléctrico que no funciona. Busca a contrarreloj otro que evite sobresaltos y que justifique su intervención directa para fijar la subida de la luz de enero ignorando mercados y subastas. La realidad ha forzado a suspender la subasta trimestral CESUR del jueves, celebrada tras dos semanas de fuertes subidas especulativas de los precios del kilovatio.

Pero el Gobierno tiene un problema: la subasta CESUR, destacan fuentes del mercado sin relación con las grandes empresas, no ha hecho más que reflejar la brutal escalada de precios en el mercado mayorista diario (pool) detectada desde el 29 de noviembre. Ese día se conoció que Hacienda posponía a 2014 el pago de 3.600 millones de déficit a las eléctricas y empezaba un pulso entre el Gobierno y las compañías.

Es decir, que el problema no está en la subasta trimestral en sí misma, sino en la base: el mercado diario de electricidad, en el que operan las grandes empresas con dos trajes formalmente separados, como vendedoras (generadoras de electricidad) y compradoras (comercializadoras).

Huida de fondos y bancos

Ahora se abre una cuestión muy peliaguda. Si el Gobierno y la Comisión Nacional del Mercado y de la Competencia no justifican bien la suspensión, "el mercado de futuros en el que operan fondos y bancos puede desaparecer y con ellos, la liquidez del sistema" sostiene Jorge Morales (Plataforma por un Nuevo Modelo Energético).

La subasta suspendida marcó precios por encima de los 61 euros MGWh que obligaban a subir el recibo de la luz en enero más del 11%. El Ejecutivo, apoyado en la muleta de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) trabaja ahora para encontrar otro sistema que no provoque sobresaltos en un asunto tan sensible como la factura de la luz en plena crisis.

Lo que está bajo sospecha es una subasta que se ha celebrado en 25 ocasiones, que está regulada desde 2009 y que ha sido investigada en varias ocasiones por supuestas manipulaciones en los días previos a su celebración. Esa subasta permanece como mecanismo de fijación de precios incluso en la nueva Ley para el sector aprobada esta misma semana.

Un producto financiero más

A la subasta CESUR, que no compra o vende energía física, sino que opera como un mercado de futuros (lo que convierte al kilovatio en un producto financiero más), pueden acudir como compradoras las cinco comercializadoras de último recurso autorizadas a vender electricidad a los clientes acogidos a la tarifa regulada (menos de 10kw de potencia contratada). Esas comercializadoras son filiales de las cinco grandes compañías: Endesa, Iberdrola, Gas Natural Fenosa, EDP y E.ON España.

Las cinco compran a intermediarios financieros (bancos, fondos y oficinas de inversión) y a filiales de compraventa de otras eléctricas de medio mundo que "trabajan" con el precio del kilovatio como con cualquier otro producto: diamantes o patatas. Apuestan por un precio a futuro, y compran o venden embolsándose la diferencia cuando vencen los contratos. Entre los compradores puede haber bancos como Morgan Stanley, Deutsche Bank, Royal Bank os Scotland o Goldman Sachs. Especulan con los precios, lo que es tan legal como sabido.

"El Gobierno y especialmente el Ministerio de Industria trabajan en establecer un procedimiento que permita la determinación del precio de la energía conforme a criterios objetivos y transparentes de mercado, y que sea de aplicación el 1 de enero de 2014", indicó al término del Consejo de ministros la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría.

Para justificar la intervención en un mercado teóricamente liberalizado, el Ejecutivo insinúa que las empresas no han actuado con los criterios "objetivos y transparentes" Ejecutivo insinúa los que aludía la vicepresidenta. Sin embargo, como han destacado en público y en privado tanto las compañías eléctricas como la patronal que las agrupa, Unesa, no van a tener fácil demostrar que no han actuado conforma a las normas en vigor.

Sin nada extraño

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Las eléctricas destacan que en la subasta del jueves, supervisada por el operador del sistema Omie, no sucedió nada extraño, más allá de que acudieron menos agentes a comprar y vender, debido a las incertidumbres que vive el sector por la tramitación de la reforma energética y la pelea entre el Gobierno y las grandes empresas a cuenta del pago del défcit de tarifa. Fuentes de las empresas aseguran que apenas acudieron las comercializadoras de las eléctricas. Pero en un mercado libre, nadie está obligado a concurrir.

Con menos agentes en la subasta, un empresario al tanto del proceso, atribuyó el resultado a la realidad de un mercado "sin liquidez, roto desde semanas atrás" como se observaba en el mercado diario de electricidad.

Ayer viernes, tras la polémica suspensión, los precios en el mercado mayorista diario se desplomaron. De los más de 70 euros MGWh pasaron a 56,26 euros MGWh, casi un 40% inferiores a los precios de hace una semana. Tal volatilidad ilustra cómo está el mercado y la desconfianza de los operadores en la reforma que ha armado el Gobierno.

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